Los rumores y las especulaciones se apoderaron del escenario político de Filipinas cuando aún falta un año y medio para las elecciones presidenciales.
Los analistas políticos han estado especialmente ocupados durante el último mes, después de que el presidente Fidel Ramos fue sometido a una operación quirúrgica en la arteria carótida y se dieron cuenta de que se acerca el fin de su período de seis años en junio de 1998.
Ramos, bajo cuyo liderazgo se registró la recuperación económica de Filipinas en los últimos cinco años, no puede presentarse a la reelección por disposición constitucional.
Este límite, junto a los problemas de salud del mandatario, generaron una larga lista de aspirantes a sucederle.
"Desafortunadamente, la salud de Ramos abrió demasiado temprano la caja de Pandora", se lamentó el analista político Amando Doronila.
Por lo menos siete personas, entre políticos y funcionarios ministeriales, son mencionados como candidatos presidenciales. Ninguno de ellos acalló las especulaciones sobre sus ambiciones.
Entre ellos figuran el vicepresidente Joseph Estrada, el ministro de Defensa, Renato de Villa, el portavoz de la Cámara de Representantes, José de Venecia, el secretario de Finanzas, Roberto de Ocampo, y los senadores Gloria Arroyo, Edgardo Angara y Miriam Santiago.
Estrada, quien también ejerce como rudo conductor de la lucha contra el crimen, goza de popularidad entre la población más pobre, entre otras razones porque fue una estrella de cine en su juventud.
De Villa, De Venecia y De Ocampo cuentan, según observadores, con la simpatía de Ramos. El presidente, quien ganó las elecciones de 1992 con el apoyo de su predecesora, Corazón Aquino, dice no hacer otra cosa que trabajar en su "pequeña lista" de candidatos.
Militar de carrera y ex jefe del ejército, al igual que Ramos, De Villa alimentó las especulaciones hasta que el mandatario debió entrar al quirófano. Entonces, dijo que tomaría su decisión en pocos meses.
"Estamos preparados para eso", confirmó De Villa, a quien se le llama "clonación de Ramos" debido a las similitudes que tiene con el presidente.
"Me gustaría ser, si es posible, candidato del gobierno. Estuve con el presidente durante mucho tiempo y solo sería natural y lógico que me presentara por el partido que él lidera", afirmó el actual ministro de Defensa.
Desde que De Villa anunció que estaba dispuesto a comparecer ante las urnas, comenzó a "parecer un candidato, caminar como un candidato y hablar como un candidato", según el diario The Philippine Daily Enquirer.
El hecho que De Villa y De Ocampo sean mencionados como potenciales sucesores de Ramos es una señal de que los políticos desean mantener las conquistas alcanzadas por el presidente, especialmente en materia económica.
Los empresarios desean un líder que conserve la estrategia que produjo un crecimiento económico de alrededor de 7,8 por ciento en 1996. Y, para muchos, la similitud de De Villa con Ramos, fundamentalmente el hecho de que se trata de un militar, es un punto a su favor.
Para otros, se trata de una simplificación extrema.
De Ocampo, ex alto funcionario del Banco Mundial asociado durante mucho tiempo a Ramos, ingresó a la lista de aspirantes debido a su protagonismo en el proceso de reformas económicas como secretario de Finanzas.
"Generalmente no esquivo un desafío, especialmente si es difícil", dijo De Ocampo cuando se le consultó al respecto.
"Imagino que una de las razones por las que se me incluye en la lista es porque se percibe que hago un buen trabajo. Por eso, la conclusión que saco es que debería hacer más de lo mismo", agregó De Ocampo.
Tanto De Villa como De Ocampo proceden de campos de actividad distintas a la pura política.
Los simpatizantes de Estrada acusan a la senadora Arroyo de vínculos con los operadores del juego y sostienen que De Villa y De Ocampo son aspirantes "elitistas". Por su parte, De Venecia, un político de la vieja escuela, afirma que De Villa podría ser su candidato a la vicepresidencia.
Una encuesta efectuada en diciembre por la institución independiente Estaciones del Clima Social entre 1.200 entrevistados en todo el país señala que Arroyo derrota a Estrada en materia de intención de voto. El estudio no incluyó a De Villa ni a De Ocampo.
Ramos, por ahora, mantiene silencio respecto del candidato que respaldará y afirma que no procurará reformar la constitución para pugnar por la reelección. Pero algunos comienzan a dudar de su sinceridad.
De hecho, dos grupos políticos comenzaron por separado una campaña popular en tal sentido para permitir que Ramos lleve las riendas del gobierno durante otro período.
La Iglesia Católica, que participó en la campaña para derrocar al dictador Ferdinando Marcos en 1986 y catapultó a Corazón Aquino a la presidencia, aún no ha tomado una decisión respecto de las próximas elecciones.
"Hay momentos en que se permite a sacerdotes católicos adherir a un candidato, y las adhesiones que se produzcan podrían, eventualmente, conducirnos a un pronunciamiento conjunto", dijo el obispo auxiliar de Manila, Teodoro Bacani.
Es difícil que la Iglesia Católica respalde a Estrada, a pesar de su popularidad entre los pobres, porque tiene fama de mujeriego. Pero el vicepresidente cree que la voz del pueblo es más fuerte que las maquinarias políticas, el apoyo de los empresarios o la bendición religiosa.
"No soy un ángel, pero quizás sea menos malo", ironizó.
Mientras tanto, los astrólogos y adivinos se hacen su agosto. Y, en ese sentido, De Villa y De Ocampo "se destacan significativamente", según Paul Lau, un conocido astrólogo de Hong Kong.
Lau dijo a la televisión de Manila que Estrada debería prestar atención a su salud, "especialmente su hígado y sus pulmones", cuando comience el año del Búfalo de Fuego en febrero. (FIN/IPS/tra-en/js/cpg/mj/ip/97
