El gobierno de España autorizó el paso de un buque cargado con plutonio, que hoy se acerca a las costas de este país en medio de fuertes protestas de organizaciones ecologistas.
El buque Pacific Teal, que cargó plutonio en Francia, partió del norte de ese país con destino a Japón, en virtud del convenio de abastecimiento entre esas dos naciones. Este miércoles está pasando a 75 millas del puerto de Finisterre, en la costa norte de España.
Desde allí bordeará más o menos a la misma distancia las costas de Portugal y seguirá hacia el sur, hasta doblar el Cabo de la Buena Esperanza, en Africa. Antes, navegará por las proximidades de las españolas Islas Canarias, ubicadas frente a la costa noroccidental de Africa.
La única medida que adoptó el gobierno español fue desplazar a un remolcador para que siga de cerca al buque y contar con una información propia sobre su itinerario, dijo el subdirector de seguridad de la Marina Mercante, Manuel Nogueira.
Antonio Calvo, portavoz autorizado del Consejo de Seguridad Nuclear, dijo a IPS que ese organismo acepta como bueno el control efectuado en el puerto francés de partida y el que se efectuará en el japonés, a su llegada.
Sólo si el buque ingresara dentro de la jurisdicción de las 12 millas costeras o si dentro de las 200 de actividad económica realizase cualquier tipo de operación que no sea la de navegar, las autoridades españolas intervendrían.
Así lo establecen, señaló Calvo, los reglamentos de la Agencia Internacional de Energía Atómica, organismo encargado de velar por la seguridad nuclear en todo el mundo.
Esa no es la opinión de las organizaciones ecologistas, que se movilizaron exigiendo que el gobierno vete el paso del buque, por considerar que un accidente acarrearía graves daños para el medio ambiente español.
Aunque pase a 75 millas, "si se hundiera en aguas profundas, la carga podría escapar de los contenedores y ser arrastrada por las mareas hasta la costa del país más cercano", dijo Carlos Bravo, un experto de la organización ambientalistas internacional Greenpeace.
Esa organización no gubernamental dirigió una carta al ministro de Fomento, Rafael Arias Salgado, recriminándole que aceptara las imposiciones de la industria nuclear, en una actitud que calificó de inaceptable.
En contraste con la posición del gobierno español, el de Portugal adoptó medidas para impedir que el Pacific Teal ingrese dentro de las 200 millas. Para lograrlo dispuso que la flota lusitana realice un patrullaje especial.
La actitud de Portugal es similar a la que adoptaron Argentina, Brasil, Uruguay y países del Caribe cuando barcos con residuos nucleares intentaron pasar dentro de las 200 millas de Zona de Exclusión Económica, en 1995.
La oposición de los países latinoamericanos, registrada en el primer viaje del Pacific Teal, decidió a los japoneses a cambiar de ruta y bordear el Cabo de la Buena Esperanza.
El acuerdo entre una empresa francesa y 10 japonesas prevé otros ocho viajes, en cada uno de los cuales transporta 40 contenedores de plutonio o residuos. El contrato franco-japonés establece que los residuos deben regresar al país proveedor. (FIN/IPS/td/ag/en/97
