Enfrentado a los desafíos de la pertura económica, el Grupo de los 77 y China (G-77) decidió abandonar la retórica del pasado y asumir una posición pragmática para plantear el problema del desarrollo a través de la cooperación Sur-Sur.
El golpe de timón se produjo al término de la reunión sobre comercio, finanzas e inversiones que concluyó este miércoles en Costa Rica y que congregó a 300 delegados de gobiernos, cámaras de comercio e industria y agencias de asistencia de Naciones Unidas.
A juicio de los participantes, los países del Sur asumieron un nuevo impulso al revitalizar los planteamientos de un plan de acción aprobado en Caracas en 1981 y cuyos lineamientos no fueron llevados a la práctica.
En este sentido los delegados consideraron que la propuesta de la conferencia Sur-Sur se caracteriza ahora por un lenguaje "moderno y actualizado" acorde con una realidad dominada por la liberalización comercial y la superación de la Guerra Fría.
Asimismo estimaron que la cooperación de los países en desarrollo debe ser vista como un complemento del diálogo Norte- Sur.
En ese sentido, sostuvieron, hay que abandonar el discurso confrontativo frente al mundo industrializado que prevaleció especialmente en las décadas del 60 y 70.
"Ahora no se trata de determinar si la globalización es buena o mala sino que es una realidad que hay que enfrentar con acciones inteligentes", dijo el embajador costarricense Fernando Berrocal, quien en 1996 presidió el G-77, constituido por 132 naciones en vías de desarrollo.
El ministro costarricense de Relaciones Exteriores, Fernando Naranjo, manifestó que a los países en desarrollo "se les abre ahora un mundo de posibilidades" y deben aprovechar ese potencial para incentivar las inversiones, finanzas y comercio intrarregional.
"La cooperación Sur-Sur asegura nuestra plena integración en la economía globalizada y el progreso económico del próximo siglo surgirá de los países en desarrollo", resaltó Naranjo.
Es una "responsabilidad ética y moral" del G-77 promover un desarrollo horizontal entre los países del Sur para ayudar a los más pobres a insertarse en la dinámica de la economía mundial, precisó.
El nuevo giro del G-77 se puso en evidencia al abrir espacio a la participación del sector privado en los esfuerzos por promover el desarrollo en el Sur.
Por primera vez en la historia del grupo, participaron en una conferencia del foro autoridades de las cámaras empresariales e industriales de los países miembros.
La reunión de San José propuso la creación de una alianza entre los sectores público y privado para acelerar los esfuerzos cooperativos y de solidaridad entre las naciones del Grupo de los 77, creada en 1964, cuando la Guerra Fría estaba en su apogeo.
El G-77 procurará asumir un papel más activo en la toma de decisiones y mejorar las condiciones de comercio y acceso a los mercados internacionales de los países del Sur.
En este sentido, propugnó la eliminación de las barreras proteccionistas de los países industrializados.
Por otra parte, decidió incrementar los esfuerzos por la generación de nuevos empleos, inversiones extranjeras directas y buscar una pronta salida a los problemas de la deuda externa que aqueja a los países en vías de desarrollo, estimada en 1,7 billones de dólares.
Finalmente, el foro recomendó la realización de una cumbre mundial sobre cooperación Sur-Sur para antes del año 2000. (FIN/IPS/yo/dg/dv-ip-if/97)
