Una nueva agenda y un plan de acción para llevar a la práctica los conceptos de integración y cooperación horizontal serán el objetivo principal de la reunión que delegados de 108 países miembros del Grupo de los 77 (G-77) y China sostendrán en San José la semana próxima.
El encuentro, que tendrá lugar entre el lunes y el miércoles, apunta a una actualización del Plan de Caracas, adoptad en 1981, y que por circunstancias geopolíticas daba mayor cabida a la confrontación Norte-Sur.
Fernando Naranjo, canciller de Costa Rica, dijo que desde la reunión de Caracas no se había producido un encuentro como el de la próxima semana en San José, en el cual se planteará el futuro de la organización.
Con este encuentro Costa Rica concluirá su período anual al frente del grupo, integrado por 132 países. Durante su gestión, san José intentó cohesionar el conglomerado para asumir el reto de la globalización.
Naranjo considera que el G-77 entró en el último bienio en un proceso de fortalecimiento, a diferencia de los primeros años de la década, cuando se pensaba que ya no tenía cabida en un mundo unipolar y globalizado comercialmente.
Afirmó que la nueva agenda del G-77 debe ser más positiva que la de Caracas, porque las circunstancias son diferentes.
Los temas centrales del encuentro serán comercio, inversiones y finanzas, apuntando a la elaboración de estrategias innovadoras para acelerar la cooperación económica y financiera entre los 132 miembros.
"Se trata de volver los ojos hacia nosotros mismos. Hasta hace pocos años nuestra meta era el mercado europeo, el japonés o el de Estados Unidos. Ahora queremos ver hacia nuestros mercados", señaló Naranjo.
En ese terreno ya se ha avanzado. Hasta hace dos años, destacó el canciller, los convenios de protección de inversiones se firmaban entre un país industrializado y otro en desarrollo. "Ahora no es así. Todos los países centroamericanos, por ejemplo, firmaron un tratado similar con Chile".
También indicó que entrar al Tratado de Libre Comercio de América del Norte dejó de ser la máxima aspiración de los países latinoamericanos.
Fernando Berrocal, embajador de Costa Rica ante Naciones Unidas, considera que es el momento de la acción.
La reunión Sur-Sur de San José cerrará el miércoles con dos documentos: la declaración de San José y el Plan de Acción para los próximos 10 años.
El texo que será suscrito pondrá el acento en la autonomía del Grupo y destacará el éxito cosechado por naciones en desarrollo con la apertura de sus economías.
Inicialmente se había invitado al encuentro a cinco presidentes, uno por cada región.
Pero ninguna de las invitaciones fue aceptada, "por compromisos previos" de los mandatarios escogidos -según dijo Naranjo- y la reunión será atendida mayormente por embajadores destacados en Naciones Unidas y algunos ministros.
Los que si asistirán son los directores de agencias de Naciones Unidas y algunos de organismos financieros internacionales.
Entre ellos destacan Richard Frank, vicepresidente del Banco Mundial, Gustav Speth, administrador del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo, Mauricio de María y Campos, director de la Organización de Naciones Unidas para el Desarrollo Industrial, y Enrique Iglesias, presidente del Banco Interamericano de Desarrollo. (FIN/IPS/mso/dg/if-ip/97