CINE: "Evita" se trata más de la fama que de la política

La versión cinematográfica de la ópera- rock "Evita", sobre la vida de la argentina Eva Perón, logró gran éxito de público a poco de su estreno y fue aclamada por los críticos en la entrega de los premios "Globo de Oro", tras años de controversia y proyectos truncos.

Muchos la consideran una señal del renacimiento del género musical, pero, de ser así, se trata de un fenómeno extraño y moderno.

"Evita", basada en la ópera-rock de Andrew Lloyd Webber y Tim Rice y producida por Hollywood Pictures, parece menos una comedia musical que el más largo vídeo musical jamás filmado, y es menos sobre Eva que sobre Madonna, la actiz y cantante que encarna a la mítica esposa del presidente Juan Domingo Perón.

Por lo tanto, es menos una película sobre una figura histórica que sobre la forma como las estrellas de rock alcanzan y sobrellevan su celebridad.

En una sola semana de exhibición en varias ciudades de Estados Unidos, "Evita" recaudó alrededor de 20 millones de dólares. Sus espectadores son, fundamentalmente, hispanos que atestaron las salas de Nueva York y San Antonio, Texas.

Pero lo que esta audiencia encuentra en la pantalla tiene poco que ver con la estrella de la radio devenida en líder política que fue Eva Perón, quien en las décadas del 30 y del 40 fue símbolo viviente del gobierno populista de sesgo autoritario que condujo el general Juan Domingo Perón en Argentina.

Esa Evita fue tanto una astuta operadora política como una mujer perteneciente a la clase baja que resistió a la élite que dominaba entonces el país latinoamericano, la cual llevaba un rumboso estilo de vida importado de Europa.

Pero Evita es, en el filme, un icono "pop" que llega a la gran ciudad de Buenos Aires, seduce a los poderosos para impulsar su carrera y, en definitiva, gana la adhesión nacional hasta convertirse en una heroína de masas.

Si eso se parece más a la vida de Madonna, que ganó el Globo de Oro a la mejor actriz, que a la de Eva Perón, es adecuado que la popular estrella musical estadounidense esté allí para prestarle su cuerpo.

La presencia de Madonna, célebre por las alusiones sexuales que contienen sus canciones, y el retrato poco lisonjero que el filme traza de Perón, a cuyo Partido Justicialista pertenece el actual presidente Carlos Saúl Menem, enfurecieron a los argentinos aun antes del estreno de la película.

El resultado final muestra la devoción con que el pueblo adoró a Evita, pero los argentinos que adhieren a sus ideas o a su figura todavía tendrán pocas razones para sentirse satisfechos frente a la confusa forma como se interpreta a la era peronista.

Algunos de los problemas que obstaculizaron el registro cinematográfico de "Evita", estrenada en los teatros de Gran Bretaña en la década del 70, respondieron a las interpretaciones históricas que sus responsables hicieron de su protagonista.

El cineasta estadounidense Oliver Stone, quien escribió el guión junto a su director definitivo, el británico Alan Parker, ha dicho que Eva Perón fue, esencialmente, una fascista.

Rice, quien escribió las letras de la ópera-rock, también tiene un punto de vista cínico respecto de Evita y de los políticos argentinos en general, pero rescata su figura porque poseía "un poquito de estrellato" ("just a little bit of star quality"), como afirma en una de las canciones.

La dirección de Parker, mientras tanto, es ampulosa y muestra multitudes de campesinos, soldados y absortos admiradores afiatadamente coreografiadas, precisamente el tipo de marchas de corte fascista que Stone pretendía criticar.

En medio de ese vacío, Madonna utiliza su propio toque de "estrellato", y, en ese sentido, oscila entre la vulnerabilidad adolescente, la frialdad y la egolatría.

Cuando Evita le canta a sus modistos que quiere modelos de Christian Dior, o afirma en su agonía que la deben amar, la imagen de Madonna es lo que brilla con más claridad.

Entonces, ¿de qué se trata el filme si no es acerca de la celebridad de las estrellas de rock?

El actor español Antonio Banderas se roba la escena con los comentarios cínicos del personaje que encarna, denominado "Che". Pero si esa figura se refiere al revolucionario argentino-cubano Ernesto "Che" Guevara, se queda corto.

Este "Che" es una especie de vocero del pueblo y bufón de corte, que se lamenta por vivir en la Argentina de la década del 30 con una voz que se parece misteriosamente a la del cantante estadounidense Neil Diamond.

En medio de las estrepitosas guitarras rockeras, las pesadas baladas y las espantosas melodías pentagramadas por Lloyd Webber, las apelaciones de Che para que Evita interceda a favor del pueblo argentino es un elemento necesario.

Al final del filme, mientras bailan un tango, Che acusa a Evita de vender ilusiones a la gente. Ella se defiende y dice que, en cambio, les dio esperanza. La escena es efectiva, pero poco clara.

Del mismo modo, el actor británico Jonathan Pryce está convincente en su papel de Juan Domingo Perón, un burócrata inseguro cuando está solo y una presencia decidida y marcial en presencia de otros.

"Ella es como un diamante", canta Perón, con una mezcla de encantamiento y disgusto, para referirse a la lucha de Evita por los pobres "descamisados".

Pero los puntos altos de la película, como la famosa "Don't Cry for Me, Argentina" ("No llores por mí, Argentina"), aquí presentada adrede como un lamento del famoso ante la celebridad, quedan sepultados por el exceso de canciones estrepitosas y rechinantes.

Muchas escenas importantes de la ópera-rock, como la visita de buena voluntad de Eva Perón al dictador de España Francisco Franco o la que da cuenta de la admiración de Perón por el líder fascista italiano Benito Mussolini, son pasadas por alto en el filme.

La "evitamanía", de cualquier modo, llegó para quedarse. La película obtuvo los Globos de Oro (premio considerado la antesala de los Oscar) a la mejor comedia musical, la mejor actriz y la mejor canción original, y la actuación de Banderas y la dirección de Parker también fueron nominadas.

Las tiendas venden ropa, accesorios y maquillajes que remedan a "Evita". El dúo español "Los del Río", famosos por "Macarena" y sus innumerables versiones", le pusieron a su nuevo disco el nombre de "Viva Evita".

Y la traductora Helen Lane ya concluyó la traducción al inglés de "Santa Evita", la fascinante novela del argentino Tomás Eloy Martínez. (FIN/IPS/tra-en/fah/mj/cr ip/96

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