CHINA: Gobierno "vende" a parejas política de "un solo hijo"

Los funcionarios de planificación familiar de China recorren el país cual vendedores de seguros en busca de "clientes", las parejas jóvenes que enfrentan un futuro incierto a raiz de las reformas economicas.

Tanta insistencia dio réditos en un condado de la provincia meridional de Hunan, donde las autoridades atribuyen la reducción de la natalidad a la mitad y la duplicación del ingreso por persona en apenas cinco años a los programas oficiales que otorgan beneficios a quienes se acojan a ellos.

Como si se tratara de un argumento de venta, los funcionarios recomiendan a las parejas que tengan un solo hijo, a lo sumo dos, para gozar de los incentivos mediante los cuales, se supone, los hogares que acepten pondrán un pie firme en el camino hacia la prosperidad financiera.

La campaña apunta a abatir el crecimiento de la población y, al mismo tiempo, la pobreza en las provincias rurales. Para participar en el programa, las familias deben comprometerse a tener un solo hijo o, cuanto mucho, dos, en el caso de que el primero sea niña.

"El principio del programa es dar tratamiento económico preferencial a las familias participantes para que se enriquezcan más que las restantes", explicó Xiong Xicheng, director de la comisión de planificación familiar del condado de Changsha, en la provincia de Hunan.

"Los participantes también reciben anticonceptivos sistemáticamente, así como servicios de salud y pólizas de seguros personales de las que se verán beneficiados en la vejez", agregó Xiong.

El gobierno de China pretende invertir la percepción dominante de un país donde las tradiciones consideran a los hijos el mejor recurso para la ancianidad, y para eso procura convencer a las parejas de que se asegurarán su futuro financiero si siguen la política de "un solo hijo".

Esta estrategia es implementada de forma especial en las provincias rurales, donde durante centurias se ha entendido que cuantos más hijos tenga una familia más manos habrá en las plantaciones y más llenos estarán los platos de arroz.

El gobierno apunta contra esta tradición a medida que el país se apresta a ingresar a un nuevo milenio con más de 1.200 bocas que alimentar y los campos agrícolas exhaustos.

La estricta política de "un solo hijo" lanzada a finales de la década del 70 procura, según las autoridades, abatir el crecimiento de la población a través de la persuasión. Sin embargo, diversas organizaciones de derechos humanos informaron sobre varios episodios de coerción y abortos forzados.

El gobierno de China admitió que pudo haber casos de abuso de autoridad por parte de autoridades que se excedieron en su celo o aun de funcionarios corruptos, pero negaron que se hubiera registrado una coerción sistemática.

La estrategia, según Beijing, consistió en intentar que los ciudadanos se convencieran por sí mismos a través de la persuasión de los méritos de una familia reducida.

"La planificación familiar es una gran estrategia dirigida a elevar la calidad de vida de todo el país. Muchos agricultores aún no lo comprenden, a pesar de que se beneficiarían con ella. Debemos, simplemente, golpear a la puerta de las granjas para persuadir a la gente", sostuvo Xiong.

El granjero Peng Bingqiu, de 33 años, es uno de aquéllos que dice haberse beneficiado por el sistema de incentivos a quienes aceptan la política de "un solo hijo".

Una inundación arrasó en 1991 las 65 hectáreas de naranjeros que cultivaba Peng y lo dejó sin nada, excepto los cuatro integrantes de su familia. "Las naranjas eran mi medio de vida", recordó.

Pero ese mismo año su poblado fue uno de los 524 del condado de Changsha a los que apuntó el sistema de incentivos del gobierno en su fase experimental. Peng firmó el compromiso de inmediato, y no tiene quejas.

El gobierno local ofreció a Peng, gracias al programa, la opción por mantener o no el contrato que había firmado con la alcaldía por el usufructo de sus tierras, susceptibles, como comprobó, de inundación.

Luego, el programa le ofreció un préstamo a bajos intereses que invirtió en la producción de viñas. Hoy, cuenta con 20 empleados de tiempo completo, recoge una cosecha anual de 75 toneladas y posee una casa nueva de dos pisos.

"Estoy muy feliz con mis hijas de ocho y seis años. Antes pensaba que hijos varones me ayudarían en la granja. Pero ahora comprendo que la tecnología y el financiamiento son más importantes. Espero que mis hijas aprendan lo que sea necesario para ayudarme en el futuro", dijo Peng.

Las autoridades han utilizado el caso de Peng para promocionar el programa en los poblados rurales de todo el país.

Según una investigación de la Comisión de Planificación Familiar de la provincia de Hunan, las familias de más de 96 por ciento de los residentes del condado de Changsha se unieron al programa antes de fines de 1995.

Además de servicios de salud e incentivos fiscales, los funcionarios afirman que más de 9.000 beneficiarios hallaron empleo en empresas locales gracias al sistema.

Muchos también aprovecharon los préstamos a bajo interés, que ascendieron a 375.000 dólares desde el lanzamiento del sistema.

La tasa de natalidad en el condado de Changsha cayó de 20,64 por mil en 1990 a 11,53 por mil en 1995, al tiempo que el ingreso neto anual por persona se elevó de de 115 a 250 dólares, aproximadamente.

"Lo que realmente nos alienta no son las cifras, sino el cambio en la mentalidad de la gente acerca de la planificación familiar. En apenas seis años, el concepto se arraigó en el país. Y casi nadie escucha hablar del aborto como mecanismo de control de la natalidad", concluyó Xiong. (FIN/IPS/tra-en/cy/cpg/mj/pr if hd/96

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