El Banco Mundial enfrenta el dilema de publicar íntegra o parcialmente un informe que anuncia estragos ambientales en Chile por la construcción del complejo hidroeléctrico de Pangue, sobre el río Biobio, patrocinado por la Corporación Financiera Internacional (CFI).
El informe, preparado por un experto independiente, fue solicitado por el Banco Mundial para investigar la denuncia de que la CFI, una agencia afiliada al mismo banco que promueve la inversión privada, ignoró normas ambientales y los derechos de pueblos indígenas al aprobar el proyecto de Pangue.
El proyecto, comenzado en 1990, contempla la construcción de una cadena de cinco represas hidroeléctricas. Ha sido cuestionado por ambientalistas, indígenas, defensores de derechos humanos e incluso por funcionarios chilenos.
Según la demanda presentada al Banco Mundial, el complejo hidroeléctrico tendrá efecto devastador en el ambiente y en las comunidades asentadas a lo largo del Biobio, el mayor y más caudaloso de Chile, que nace en la cordillera de los Andes y desemboca en el océano Pacífico tras recorrer 370 kilómetros.
Las obras y los embalses proyectados afectarán drásticamente la ecología de la cuencia del Biobio, la pesca artesanal e industrial en las fértiles aguas de la boca del río y el medio de vida de casi un millón de personas, advirtió el Grupo de Acción por el Biobio, una organización no gubernamental (ONG) chilena.
Varias ONG exigen al presidente del Banco Mundial, James Wolfensohn, que haga pública la totalidad del informe, pero funcionarios de la CFI pretenden suprimir los capítulos más importantes del documento, según fuentes del banco.
La CFI aguardará el informe para "determinar el momento y la forma de la publicación de los resultados de la investigación", dijo Mark Constantine, gerente de relaciones públicas de esa agencia.
El cliente del CFI en el proyecto de Pangue es Endesa, la mayor empresa de electricidad de Chile, privatizada en 1989 por el gobierno militar del general Augusto Pinochet (1973-1990).
El destino del informe dará la medida de la declarada voluntad del presidente del Banco Mundial de atender los reclamos de las organizaciones civiles. También pondrá a prueba la responsabilidad de la CFI ante sus propias operaciones, destacaron funcionarios y observadores.
Aún los mayores críticos del Banco Mundial elogiaron la decisión de Wolfensohn de pedir la investigación independiente del proyecto de Pangue y de habilitar mecanismos para las demandas de toda comunidad que fuera perjudicada por actividades financiadas por la CFI.
El informe fue redactado por Jay Hair, ex presidente de la Federación Nacional de Vida Silvestre, de Estados Unidos, y de la Unión Mundial para la Naturaleza, conocida también por las siglas IUCN.
La versión definitiva será entregada a fines de este mes a Wolfensohn y a Jennik Lindbaek, director ejecutivo de la CFI y, en tanto, funcionarios de esa agencia analizan un borrador del mismo documento.
Fuentes de la CFI y del Banco Mundial aseguraron que el borrador del trabajo de Hair confirma las denuncias que dieron lugar a la investigación y contiene un duro enjuiciamiento a la primera de las dos instituciones.
El Grupo de Acción por el Biobio afirmó en su demanda, presentada en noviembre de 1995 al Banco Mundial, que la CFI no realizó una adecuada evaluación de impacto ambiental al aprobar el proyecto, para el que destinó un crédito por 70 millones de dólares.
La agencia pasó por alto tanto estudios sobre las consecuencias ambientales del previsto complejo hidroeléctrico como supuestas violaciones de Endesa de los términos del contrato de préstamo, aseguró la ONG chilena.
"El río Biobio y su cuenca conforman una de las más importantes biorregiones de Chile", se explicó en la demanda.
El escarpado territorio del curso alto del río alberga a unos 10.000 indígenas pehuenches, sobrevivientes de siglos de incursiones armadas del poder central y de tentativas del gobierno de Pinochet de trasladarlos a reservas conocidas como "reducciones".
Los pehuenches perderán grandes extensiones de tierra una vez completadas las obras del complejo hidroeléctrico e inundados los embalses.
Los indígenas solicitaron compensaciones a la Fundación Pehuen, creada por la CFI para proteger sus intereses, pero fueron ignorados por su pretendido protector, denunció el Grupo de Acción por el Biobio
"La Fundación Pehuen y representantes de Pangue/Endesa presionan a las comunidades pehuenches en procura de su reasentamiento", pese a que la legislación chilena garantiza su derecho a "permanecer en su territorio", se advirtió en el documento.
Mientras, aumenta en el área pehuenche la actividad maderera, el sector inmobiliario crece desordenadamente en las riberas de los futuros embalses y tierras que los indígenas reclaman como propia son transferidas "a nuevos propietarios privados", se agregó.
El Banco Mundial desestimó inicialmente la demanda del Grupo de Acción por el Biobio, arguyendo que su panel independiente de investigación no estaba autorizado a abordar proyectos de la CFI.
Wolfensohn pidió luego la investigación de Hair, mientras las ONG redoblaban su protesta y funcionarios del Banco Mundial atribuían a la CFI la elusión de responsabilidades. (FIN/IPS/tra- en/aa/yjc/ff/en pr/97