BOSNIA-HERZEGOVINA: El "doble juego" de los serbios en Bosnia

Los serbios que mantienen la Republika Srpska (RS) en territorio de Bosnia-Herzegovina desarrollan un doble juego debido a la presión internacional para que abandonen el separatismo y también a las divisiones internas.

La dirigencia serbia en la RS debe demostrar que cumple el acuerdo de paz firmado en 1995 en Dayton, Estados Unidos, para conformar a los mediadores internacionales. Pero ante su propia población mantiene el discurso xenofóbico y arrogante que desplegó en las elecciones de septiembre pasado.

La tensión entre Pale, proclamada capital de la entidad no estatal conocida como RS, y los de Sarajevo, capital de Serbia, disminuyó. Pero la existente entre los dirigentes de la RS, menos evidente durante la guerra, se incrementó.

El conflicto entre los serbios en Pale alcanzó su punto culminante en noviembre pasado, durante la rebelión de los generales de los serbios en Bosnia liderados por su comandante, general Ratko Mladic, acusado de crímenes de guerra.

El 8 de noviembre, la presidenta de la RS, Biljana Plavsic, sucesora del también sospechoso de crímenes de guerra Radovan Karadzic, destituyó a toda la plana mayor del ejército, Mladic incluido.

Pero Mladic y otros generales, entre ellos sus asistentes Manojlo Milovanovic y Milan Gvero, se rehusaron a aceptar el cese.

Milovanovic, en una entrevista que concedió al periódico Dnevni Telegraf, de Belgrado, acusó a las autoridades en Pale de "confiar y colaborar demasiado con la comunidad internacional" para cumplir con "el espíritu del acuerdo de Dayton".

En la noche entre el 11 y el 12 de noviembre, las autoridades militares destituidas, con Mladic a la cabeza, secuestraron a un grupo de civiles, entre ellos tres ministros de gobierno y dos integrantes del parlamento, y los mantuvieron en su poder durante cinco días.

Pero Plavsic se arrogó sus derechos como comandante suprema de las fuerzas armadas y presidenta del Consejo Supremo de Defensa. La orden fue confirmada tras un pacto el 28 de noviembre.

Con la entrega de la autoridad a los nuevos comandantes el 24 de diciembre, el general Pero Colic quedó al frente de las fuerzas armadas. Milovanovic firmó en nombre de Mladic.

El ejército de los serbios en Bosnia-Herzegovina había tenido la credibilidad necesaria para sustituir a la dirigencia política durante la guerra, pero no quiso hacerlo entonces. Los generales cambiaron de idea en noviembre, pero ya era demasiado tarde.

Sin embargo, la hostilidad reprimida entre los militares y los dirigentes civiles continúa sin solución.

Al finalizar la guerra, la influencia política del ejército disminuyó. Su fuerza militar, limitada a 12.043 soldados según el acuerdo de Dayton, no representa una amenaza a nadie, por lo que es casi irrelevante que lo conduzca el general Mladic o el desconocido general Colic.

Los comandantes de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) y los altos representantes de la comunidad internacional en Bosnia-Herzegovina respaldan el cese de Mladic y elogiaron la firmeza del liderazgo político de la RS en el episodio.

Occidente manifestó su beneplácito ante la forma como las autoridades de la RS desmantelan incluso su propio compromiso constitucional separatista.

Apenas dos días antes de las elecciones de septiembre, el periódico oficial del enclave serbio, Sluzbeni Glasnik RS, publicó dos enmiendas constitucionales aprobadas por el parlamento el 12 de ese mes.

Las reformas borraban todos los artículos que contuvieran los términos "independiente" y "soberanía". El parlamento renunció a sus atribuciones en torno al cambio de fronteras y a las referidas a la asociación de la RS a unirse a otros estados en acuerdos de confederación o similares.

La RS renunció a tener un cuerpo de política exterior independiente de la república de Bosnia-Herzegovina, y solo podrá ratificar acuerdos rubricados por ese estado con terceros países u organizaciones internacionales una vez que los apruebe el parlamento bosnio.

A fines de noviembre, Robert Frowick, representante de la Organización para la Seguridad y la Cooperación de Europa (OSCE), recompensó a Plavsic al firmar con la presidenta un acuerdo secreto sobre un controvertido reglamento electoral.

El pacto permite que en las próximas elecciones municipales los votantes no solo sufraguen en las jurisdicciones donde se registraron antes de la guerra o en el presente, sino en aquéllas donde "pretenden vivir en el futuro".

En septiembre, ello permitió que candidatos serbios en Bosnia- Herzegovina establecieran una amplia ingeniería electoral que le aseguró mayorías masivas en áreas clave en disputa como Brcko, Srebrenica y Zvornik.

El propio Frowick aseguró que el reglamento no se utilizaría, pero su restauración fue una gran concesión de la OSCE. Refugiados bosnios pidieron la renuncia del funcionario internacional, a quien acusaron de fortalecer los efectos de las matanzas de la "limpieza étnica".

De 83 legisladores que componen el Parlamento Popular de la Republika Srpska, 18 procedían de otra entidad, la Federación Croato Musulmana, quienes abandonaron la sesión inaugural debido a la apelación a himnos y símbolos de la religión cristiana ortodoxa.

Los diputados del gobernante Partído Democrático Serbio (SDS) impidieron así a la oposición y a los diputados no serbios asumir sus funciones parlamentarias. En la segunda sesión se dispuso que no se admitirían los votos de quienes no hicieran un voto de lealtad a la RS.

Así quedó perfectamente claro la actitud del SDS y otros partidos serbios hacia sus vecinos de la federación. El líder del bloque parlamentario del SDS, Vojislav Maksimovic, manifestó durante la sesión que "los caballeros de la Federación no están aquí para construir sino para destruir a la RS".

El partido gobernante también impidió el funcionamiento de medios de comunicación independientes. El 20 de octubre, la imprenta de propiedad estatal se negó a imprimir la publicación opositora Dnevne Nezavisne Novine y la socialista Alternativa, para lo cual pretextó dificultades técnicas.

Las autoridades de la RS fueron aun más rígidas en lo que respecta al retorno de musulmanes a sus poblados de origen desde Bosnia-Herzegovina.

En octubre, las áreas de Doboj y Prijedor fueron sacudidas por bombas que destruyeron viviendas de musulmanes, un nuevo mensaje dirigido a que no regresaran a sus hogares. El mes siguiente, se registró un grave choque entre musulmanes y serbios en los poblados de Gajevi y Koraj.

La realidad de la RS luego del acuerdo de Dayton y de las elecciones se aplaca lenta y cautelosamente, con ocasionales ecos de guerra.

(*) Perica Vucinic escribe para la revista semanal Vreme, de Belgrado. Faida Rahmanovic es periodista de la revista Svijet. Este artículo llega a IPS por acuerdo con el Instituto de Información sobre la Guerra y la Paz con sede en Londres. (FIN/IPS/tra-en/wr/rj/mj/ip/97

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