Un grupo de parlamentarios suecos declaró hoy su disgusto ante el Congreso legislativo de Argentina por la virtual paralización de la investigación del caso de una joven sueca desaparecida durante la dictadura militar (1976-83).
Al cumplirse 20 años del secuestro de Dagmar Hagelin, 33 legisladores suecos manifestaron malestar por las demoras en la investigación y reclamaron en una carta al Congreso argentino que se extremen esfuerzos para conocer el destino final de la víctima.
Según testimonios recogidos por sus familiares, Hagelin, de 24 años e hija del diplomático Ragnar Hagelin, fue secuestrada el 27 de enero de 1977 en la localidad de Palomar, provincia de Buenos Aires, cuando se dirigía a la casa de su amiga Norma Burgos.
Burgos había sido detenida en la víspera por un comando de la armada encabezado por el capitán Alfredo Astíz y confesó bajo tortura que esperaba la visita de María Antonia Berger, líder barrial de la organización guerrillera izquierdista Montoneros y físicamente parecida a Hagelin.
Al acercarse a la casa de Burgos, Hagelin fue atacada por Astíz y sus hombres. Testigos aseguraron que el propio Astíz le ordenó que se detuviera y la baleó en la cabeza, tras lo cual la llevaron con rumbo desconocido.
Un amigo de Astíz aseguró que Dagmar ingresó muerta a la Escuela de Mecánica de la Armada, donde funcionaba un centro clandestino de detención y torturas. Pero una sobreviviente de esa prisión ilegal aseguró haber visto y hablado con Hagelin.
La sobreviviente, Mercedes Carazo, declaró que uno de los militares a cargo de la escuela naval ordenó el "traslado" de Hagelin, un término que en la jerga de los represores significaba la muerte, y después de eso no volvió a verla.
Astíz fue procesado por el caso Hagelin y por la desaparición de dos monjas francesas ese mismo año. Pero el Congreso argentino votó la llamada ley de obediencia debida, que libró de proceso penal a los militares que participaron de la represión ilegal por orden de sus superiores.
No obstante, Astíz fue procesado y condenado en ausencia en Francia y tiene pedido de captura internacional. Interpol lo detendría si abandonara territorio argentino.
Los familiares de Hagelin pretenden, en primer lugar, conocer el destino que tuvo la joven sueca, ya que no hay posibilidad legal de que los responsables de su secuestro sean condenados. (FIN/IPS/mv/ff/hd/97