ARGENTINA: Menem pide apoyo a su partido en un año clave

El presidente de Argentina, Carlos Menem, exhortó hoy al gobernante Partido Justicialista (peronismo) a dejar de lado las diferencias y alinearse en el respaldo a su gestión económica con miras a las elecciones legislativas de octubre.

En momentos en que su popularidad ronda 10 por ciento según varias encuestas, Menem logró ponerse al frente de su partido en una cumbre de dirigentes del interior, legisladores y ministros del oficialismo que se celebró este sábado en la ciudad de Chapadmalal, 400 kilómetros al sur de Buenos Aires.

Menem defendió su gestión, pidió apoyo para el plan económico, anunció que aquéllos que se fueron del partido serían bien recibidos si deseaban volver y advirtió que las puertas del peronismo también están abiertas para que se retiren quienes no estén de acuerdo con sus políticas.

El mandatario aludió así al ex cantante y ex gobernador de la provincia de Tucumán Ramón "Palito" Ortega, quien pretende ser candidato a la presidencia por el oficialismo en 1999 pero no cuenta con respaldo partidario.

Ortega reclama internas abiertas para que se elija al candidato, pero Menem descartó ese mecanismo.

La denominada "cumbre" de Chapadmalal respondió a una iniciativa del gobernador de la provincia de Buenos Aires, Eduardo Duhalde, principal candidato del oficialismo a las elecciones presidenciales de 1999, quien cuenta con más posibilidades que Ortega.

En realidad, Duhalde y los dirigentes de su entorno habían imaginado una reunión en la que el partido discutiera cambios al modelo económico para bajar el desempleo y reducir los efectos sociales no deseados del ajuste.

Sin embargo, a medida que corría el mes de enero, el sector "menemista" del partido y el propio Menem lograron que la reunión transcurriera sin debate. Apenas se produjeron exposiciones de la situación por parte de los ministros, gobernadores y otros dirigentes.

La cita apunta a delinear una estrategia dirigida a que el gobierno retenga la primera minoría del Congreso en las elecciones de octubre.

El sector liderado por Duhalde teme que un mal resultado en esas elecciones represente una derrota anticipada del oficialismo en los comicios presidenciales.

El menemismo, en cambio, cree que un triunfo rotundo en las legislativas podría abrir la puerta a una reforma constitucional que permita a Menem postularse a un tercer período.

Mientras tanto, el presidente y su hermano, el senador Eduardo Menem, ratificaron este sábado que el modelo económico está fuera de discusión, aun cuando representa para el gobierno una pérdida de popularidad.

Esta sentencia fue la que decidió a la cúpula de la central sindical Confederación General del Trabajo (CGT) a no asistir a la cumbre.

A pesar de que está alineada con el peronismo, la dirigencia de la CGT está enfrentada con el gobierno de Menem por la falta de una política de reactivación del empleo y la producción de las pequeñas y medianas empresas y por una cuestionada iniciativa de reforma laboral introducida por el gobierno.

El proyecto de flexibilización laboral provocó tres huelgas generales en cinco meses durante 1995. Esta semana, los gremialistas se reunieron con tres ministros del gobierno de Menem para acercar posiciones antes de la "cumbre", pero no alcanzó para ganar toda su confianza.

Durante la reunión de Chapadmalal, el ministro de Economía, Roque Fernández, destacó los avances logrados durante sus seis meses de gestión en la producción agrícola y las inversiones en minería, y pronosticó que en 1997 el producto crecerá cinco por ciento.

Pero el sucesor de Domingo Cavallo apenas auguró que el desempleo bajará de 17,3 a 15 por ciento si es que se cumple con las estimaciones de producción.

Fernández aseguró que la población comenzará a sentir los beneficios del crecimiento en julio y agosto, poco antes de los comicios.

Por su parte el ministro de Trabajo, Armando Caro Figueroa, admitió que "el gobierno no quiere convivir con la desocupación" y prometió que el gobierno procurará avanzar en ese terreno lo hará con el consenso de la central sindical, por la que manifestó respeto y reconocimiento.

La central sindical había pedido reiteradamente la renuncia de Caro Figueroa, pero esta semana, tras el inicio del diálogo, se descongelaron los vínculos.

El gobierno, los sindicatos y los empresarios prevén ahora reunirse para alcanzar un pacto social que permita modernizar la legislación laboral y crear empleo. (FIN/IPS/mv/mj/ip if/96

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