Argentina cuestionó hoy al ministro de Defensa de Grab Bretaña, Michael Portillo, quien reivindicó la necesidad de una fuerte presencia militar de su país en las islas Malvinas.
Portillo se encuentra realizando una visita al archipiélago en coincidencia con el 164 aniversario de la ocupación de ese territorio del Atántico sur por tropas de su país.
El vicecanciller argentino, Andrés Cisneros, calificó de "anacrónica" la postura de Portillo, quien consideró que Argentina constituye "una amenaza" para los malvinenses y destaco que la presencia militar británica "es mejor de lo que era" antes de la guerra de 74 dias en el Atlántico Sur, en 1982.
Luego del conflicto bélico con Buenos Aires, Londres instaló en las islas una dotación militar fuertemente pertrechada de unos 2.000 efectivos -similar al número de los habitantes civiles del lugar- cuya inspección es uno de los motivos principales de la visita de Portillo.
"Posiciones como esas, despues de 14 años (de la guerra), después del cambio fenomenal que ha introducido Argentina en su política exterior e interna son totalmente anacrónicas", se lamentó Cisneros.
El restablecimiento de las relaciones bilaterales, en 1990, fue uno de los primeros signos de los cambios en la política exterior del gobierno del presidente Carlos Menem.
La reanudación de los lazos argentino-británicos incluyó un acuerdo denominado "paraguas protector", que impide citar la reivindicación de la soberania en las Malvinas, en el marco de los vínculos bilaterales.
La reapertura de las respectivas embajadas redundó en una multiplicación de los lazos comerciales, en particular de inversiones británicas en Argentina, que aprovecharon en amplio proceso de privatizaciones de empresas públicas en la nación sudamericana.
Al cumplirse este viernes el 164 aniversario de la ocupación británica en las Malvinas, de donde fueron desalojados habitantes y autoridades argentinas, la cancillería calificó de "ilegal e ilegítima" esa posesión.
Tras esa reivindicacion de los derechos territoriales en las islas, el comunicado reiteró la disposición de las autoridades argentinas al diálogo para alcanzar una solución "pacífica, justa y duradera" en el litigio.
Sin embargo, Londres expresó en numerosas ocasiones su rechazo a tratar el tema, así como también de una reciente propuesta de Menem para ejercer una soberania compartida en las islas del Atlántico Sur.
La negativa a admitir el planteo de Menem fue considerado como el fracaso de la llamada política de "seducción" llevada a cabo por el canciller Guido Di Tella respecto a los súbditos de la corona británica instalado en las Malvinas.
Di Tella considera que una mejor relación con los "kelpers" (nombre inglés de los malvinenses) permitiría acercar posiciones para el tratamiento de la soberanía con Londres.
Concentrada en esa estrategia y en la de evitar que surjan fricciones con el Reino Unido, Argentina fue perdiendo presencia en sus reclamos en los foros internacionales, en los que contaba con un fuerte respaldo de países del Tercer Mundo. (FIN/IPS/of/dg/ip/97