ARGENTINA: Asesinato de periodista agudiza la lucha por el poder

El asesinato del reportero gráfico José Luis Cabezas, el más grave atentado a la prensa de Argentina desde el retorno a la democracia en 1983, se sumó como un elemento trágico e inesperado a la lucha política por la sucesión del presidente Carlos Menem.

El mismo sábado, cuando el cadáver de Cabezas fue hallado en su automóvil, carbonizado y con un disparo en la sien, dirigentes del oficialismo lanzaban los primeros fuegos del proyecto de una nueva reforma constitucional para una segunda reelección de Menem en 1999.

El senador Eduardo Menem, hermano del presidente, consideró que "no sería conveniente, ni razonable, ni favorable en este momento, reformar la constitución nada más que por la reelección".

Pero el tema inquieta al principal candidato a suceder a Menem en la presidencia, el gobernador de la provincia de Buenos Aires, Eduardo Duhalde.

El brutal asesinato de Cabezas, repudiado por organismos nacionales e internacionales, ocurrió muy cerca de la casa de verano de Duhalde. "Buscaron un golpe de efecto al elegir el sitio", declaró el gobernador.

Duhalde es el aspirante con más posibilidades de lograr la candidatura presidencial del Partido Justicialista (Peronista), pero el caso del periodista asesinado estalló entre sus manos el fin de semana, cuando el gobernador se proponía lanzar su ofensiva desde el balneario de Pinamar.

La policía de la provincia de Buenos Aires está bajo sospecha. Los custodios de Duhalde no repararon en el secuestro de Cabezas, que ocurrió a metros de la casa del gobernador. El reportero investigaba a una banda de policías bonaerenses vinculada a graves delitos.

El crimen quedó así en medio de la disputa política latente entre el presidente y el gobernador, considerados las dos principales figuras del escenario político argentino.

El sábado, el senador Jorge Yoma, colaborador directo de Menem, anunció que en febrero presentará un proyecto de reglamentación de la consulta popular, que podría servir para que la población se pronuncie sobre la eventualidad de una nueva reforma constitucional.

La constitución fue modificada en 1994 a instancias del oficialismo para introducir la posibilidad de la reelección del presidente. Así, Menem quedó habilitado como candidato para un segundo período, que ganó en 1995.

Pero la reforma estableció que el presidente sólo puede ser reelecto una vez.

La llamadada "re-reelección" tiene el apoyo de empresarios que, si bien observan la caída del respaldo popular a Menem, reducido ahora a 19 por ciento, según las últimas encuestas, también consideran que el actual presidente garantiza la continuidad del modelo económico.

El mandatario rechaza el desafío. "Para los que se rasgan las vestiduras por ese tema, para la oposición que quiere unirse para destruir a Menem y el menemismo, yo digo que he resuelto no entrar en este juego de la reelección porque ya cumplí una etapa", afirmó.

El analista político Eduardo van der Kooy señalo que Duhalde "no logra convencer" a los empresarios como candidato a presidente. Tamién advirtió que el gobernador "parece incapaz de quebrar cierto dominio psicológico que Menem ejerce sobre él".

Menem logró torcer a su favor la iniciativa de Duhalde de convocar a una cumbre del Partido Justicialista para debatir y proponer cambios en el rumbo económico a fin de atacar el desempleo y el malestar social por los efectos del modelo de ajuste.

El presidente se colocó a la cabeza de la reunión, realizada este mes, y consiguió que sus ministros cosechen aplausos de apasionada adhesión luego de informar de la marcha de los asuntos que cada uno tiene en agenda.

En este esquema de poder, el asesinato de Cabezas, ocurrido en el balneario de Pinamar, golpea fuertemente a Duhalde, que debió renunciar a sus vacaciones. El gobernador ofreció el lunes 100.000 dólares a quien aporte datos sobre los asesinos, y este martes sólo atinó a triplicar la oferta.

Versiones periodísticas señalaron que el reportero trabajaba en un libro que revelaría las vinculaciones entre la policía de la provincia de Buenos Aires y una serie de graves delitos, como los atentados contra la embajada de Israel (1992) y contra una institución judío-argentina (1994), el tráfico de drogas y el comercio de vehículos robados.

Inclusive, en una de las últimas ediciones de la revista Noticias, donde trabajaba Cabezas, el reportero había publicado un informe sobre una serie de robos a residencias veraniegas en Pinamar, en los que estaría involucrada la policía.

Portavoces de Duhalde reconocieron que el asesinato del periodista tuvo impacto en las disputas internas del jsuticialismo.

"No descartamos que haya policías implicados en el asesinato de Cabezas, pero creemos que los que difunden esa información son gente del gobierno que no quiere ver a Duhalde presidente", dijo un dirigente justicialista. (FIN/IPS/mv/ff/ip/97

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