Recientes rebrotes de violencia en América Latina podrían reforzar coyunturalmente el papel de las Fuerzas Armadas en la región, favorecidos por la vigencia de un modelo socioeconómico excluyente de las grandes mayorías.
Tal es la opinión concidente de investigadores y analistas de instituciones mexicanas consultados al respecto por IPS, quienes señalaron que el aumento de los altos índices de pobreza e injusticia no permite prever otros desarrollos.
El resurgimiento de grupos guerrilleros en México durante los últimos tres años y su reactivación en Perú y Colombia, contrastan con la pacificación formal alcanzada en América Central, reflejando reacciones diferenciadas frente a la actual situación, señalaron.
Soledad González Montes, experta de la entidad universitaria El Colegio de México, dijo que "hechos como la aparición en junio del Ejército Popular Revolucionario en el estado mexicano de Guerrero o la toma de la embajada japonesa en Lima son síntomas".
"Ya no se puede hablar, como se pretendía en otras épocas, de influencias foráneas, del comunismo internacional, de la Unión Soviética o de Cuba, por lo que resulta innegable que la génesis es básicamente interna", afirmó.
Según González Montes sucesos como esos o como, en escala menor, la fuga de dirigentes del Frente Popular Manuel Rodríguez de una cárcel chilena, potencian en lo inmediato un papel más protagónico del ejército, "fundamentalmente como excusa".
Pero la especialista en ciencias sociales advirtió que el reforzamiento de las Fuerzas Armadas en la región puede predecirse como resultado de la inestabilidad y la violencia derivadas de un esquema socioeconómico que margina a las grandes mayorías.
Descartó en cambio que se pueda hablar ya de un "neomilitarismo", puesto que hasta ahora la conducta castrense no trascendió los límites técnicos de la represión ni llegó a influir directamente en las esferas político-institucionales.
La investigadora sostuvo que el reequipamiento militar en las Fuerzas Armadas del área se ha venido dando de modo preventivo durante los últimos años y no es incompatible con un acotamiento de sus funciones a su estricta jurisdicción específica.
"Muchos préstamos atados incluyen como condición o como anexos la compra de equipo represivo", agregó.
A su vez Carlos Tur Donatti, profesor-investigador de la Universidad Nacional Autónoma de México, puso el acento en que existen brotes de violencia inorgánicos, y no sólo los que responden a entidades políticas o guerrilleras.
Tur Donatti adujo que "las fuerzas armadas latinoamericanas no tienen hoy necesidad de ocupar protagonismos políticos porque el esquema neoliberal se impuso en general por vías institucionales y electorales".
Señaló que "sólo en caso de que el poder de los bloques socioeconómicos dominantes sea puesto en peligro, ya sea por vía electoral o a través de movimientos armados o de explosiones de rebelión popular, puede volver a haber intervención militar".
"Más allá de lo estrictamente político, el descontrol de la delincuencia y la inseguridad, junto con la incertidumbre económica reinante en todo el ámbito regional confirman que la desigualdad genera violencia", concluyó. (FIN/IPS/emv/dg/ip/97