Medio centenar de funcionarios y expertos de América Latina, el Caribe y Estados Unidos, analizarán este miércoles en Venezuela fórmulas para un aprovechamiento económico del gran potencial de la región en biodiversidad.
El encuentro es organizado por el Sistema Económico Latinoamericano (SELA) en su sede en Caracas y va a tocar el sensible tema del derecho a beneficiarse de un patrimonio que como el biológico fue considerado tradicionalmente de libre uso.
La región latinoamericana posee 35,6 por ciento de los recursos genéticos del planeta para la producción agroalimentaria y el 34,5 por ciento para la producción industrial, según cifras dadas este martes por el SELA.
Pero el desarrollo de esos recursos provenientes de su ingente biodiversidad ha sido realizado por el Norte industrial, donde se multiplicaron leyes hechas a su medida para mantener el control sobre la transferencia de tecnología y el posterior uso de recursos del Sur en desarrollo a los que tiene libre acceso.
La búsqueda de mecanismos que permitan a la región beneficiarse de los usos agroalimentarios e industriales de sus recursos fitogenéticos va a orientar la cita de dos días en Caracas, explicaron portavoces del SELA.
Las naciones originadoras de diversidad y recursos géneticos apenas han comenzado a ganar conciencia sober la necesidad de establecer normas comunes y controles respecto al acceso y uso por terceros países de su patrimonio, plantea un estudio elaborado por el organismo regional.
Detrás de América Latina, la región donde se concentra la mayor riqueza fitogenética es la de Asia centro-occidental, con 30 por ciento de los recursos para la producción alimentaria y 10 por ciento de los usados para el área industrial.
La reunión analizará temas como la valoración económica de la biodiversidad, el inventario, conservación y uso de los recursos genéticos, y las cuestiones jurídicas referentes a los derechos de los agricultores, el acceso a los recuross y la propiedad intelecutal.
Un documento del SELA indica que un viejo paradigma sobre el uso de la biodiversidad fue sustituido por otro más perverso para el Sur al imponerse una política de patentes proteccionistas en el Norte, que obliga a buscar un tercer paradigma de equilibrio.
Inicialmente el principio del libre acceso y uso de la biodiversidad, por ser considerada un patrimonio de la humanidad, era equilibrado porque los países con mayor desarrollo tecnológico en materia agrícola,facilitaban ese conocimiento a las naciones que lo necesitasen.
Pero desde la década de los 70, la creciente privatización de la investigación agrícola y los altos costos de la tecnología especializada provocaron el surgimiento de mecanismos de protección y patentamiento de las llamadas "invenciones biológicas".
Una nueva realidad que eliminó el equilibrio previo y ante la cual los países del Sur, con América Latina a la cabeza, deben responder con un "proteccionismo sano" de su patrimonio vegetal, que les permita beneficiarse de un recurso que les pertenece.
El cómo hacerlo será una interrogante a la que la cita del SELA como otras que se han dado a nivel global en el mundo en los ultimos años busca responder, explicaron portavoces del organismo. (FIN/IPS/eg/dg/en/97