La caña aún sorprende por la cantidad de derivados que ofrece. Además del azúcar, el alcohol, el ron, el bagazo que genera energía y la vinaza que fertiliza, su levadura se convierte en importante fuente de proteínas.
Subproducto del proceso de fermentación para hacer alcohol, la levadura es simplemente botada en la mayor parte de las destilerías que se multiplicaron en Brasil en los últimos 21 años, impulsadas por el programa nacional de sustitución del petróleo por un combustible de fuente renovable.
Rica en proteínas, de las que contiene 40 por ciento, presenta una combinación de aminoácidos que la hace "un promotor de crecimiento" superior al afrecho de soja en la alimentación animal, explicó a IPS Guilherme Leira Filho.
Ese ingeniero industrial, que trabaja hace 16 años en la central azucarera Jardest, de Jardinópolis, en el interior del estado de Sao Paulo, atribuye al producto gran futuro, basándose en diez años de investigaciones y producción de la levadura.
Una experiencia hecha en escuelas de Brasilia reveló que alumnos alimentados con cinco gramos diarias del producto mejoraron su desempeño escolar.
Además la levadura es barata. Cada tonelada destinada a alimentación animal vale 250 dólares en las destilerias.
Para consumo humano exige cuidados adicionales de higiene y mejores equipos, lo que elevará sus costos, pero seguirá siendo una proteína barata, confía Leira.
Con una producción anual de más de 12.000 millones de litros de alcohol, Brasil aparece como un proveedor natural de la levadura de caña, en realidad el fermento excedente que se forma en el procesamiento de las destilerías.
Pero por ahora sólo algunas centrales, todas del Estado de Sao Paulo, aprovechan comercialmente ese residuo y venden cerca de 35.000 toneladas por año, la mayor parte al exterior.
Ya hay condiciones para producir entre 250.000 y 280.000 toneladas, señaló Ricardo Barbalho, zootécnico de ICC Comercio y Exportación, empresa que distribuye el producto en el mercado interno y externo.
Teóricamente la producción podría ser de 1,2 millones de toneladas, ya que cada litro de alcohol arroja 100 gramos de levadura.
Pero a las empresas les interesa poco un producto que puede elevar su facturación en sólo 0,5 por ciento, ante las sumas que representan el alcohol y cualquier combustible automotor, señaló Barbalho.
Para hacer levedura comerciable, hay que secarla, lo que exige inversiones que los empresarios no quieren desviar de su negocio principal.
Sin embargo, para Leira Filho las centrales deben aprovechar todos los subproductos, ante la crisis y los cambios que sufre el programa del alcohol carburante en Brasil, que tiende a perder sus subsidios gubernamentales.
Con 200.000 dólares se puede comprar una secadora de ocho toneladas diarias, operada por cinco personas. Al valor actual, la inversión se recupera en un máximo de dos años.
El mercado es gigantesco y "la demanda supera la oferta actualmente", sostuvo Leira, ejemplificando con una reciente visita de empresarios italianos que pretendían adquirir 10.000 toneladas de la Jardest, cuya producción anual es de 1.500 toneladas.
China importa mucha levedura para alimentar la piscicultura y puercos. Europa es otro gran mercado. La ICC destina a la exportación más de 60 por ciento del volumen que comercializa. Dentro de Brasil creció la demanda de la industria de alimentos animales.
La levadura sigue en su mayor parte siendo utilizada como fertilizante de la propia caña, junto con la vinaza. El problema, según Leira, es que se la compara con el afrecho de soja, para evaluar si es viable económicamente.
Como la soja es más barata y tiene un contenido en proteínas algo más elevado, la gente descarta el nuevo producto. Pero "es muy distinto", se está probando que la levadura ofrece muchas ventajas, por promover el desarrollo animal, argumentó Leira.
"Aumenta la vida productiva de las gallinas, mejora los huevos, acelera el destete de los vacunos y el crecimiento de los peces", asegura Joao Figueiredo Ferraz, director de la Jardest.
Universidades brasileñas están realizando investigaciones incluso sobre formas prometedoras de aumentar su conenido proteico.
Con la comprobación científica de sus ventajas, la levedura tiende a ser reconocida como derivado noble de la caña y ampliar su producción y su mercado, concluyó Leira Filho.
