Representantes de países de Africa en el Banco Mundial y el FMI tomaron la delantera para definir por sí mismos sus prioridades y metas de desarrollo, tras décadas de aceptar recetas de las instituciones bancarias.
En una reunión de tres días finalizada este viernes en París, representantes de Africa en el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional (FMI) se reunieron con donantes al continente para discutir una iniciativa de respaldo en fuentes africanas para desarrollar las capacidades de sus instituciones.
"Hemos notado que muchos esfuerzos hechos para impulsar las capacidades de Africa por el Banco Mundial no han tenido éxito", dijo Marcel Doupamby-Matoka, ministro de Finanzas y Economía de Gabón y presidente del grupo africano.
La raíz del problema es que "los africanos deben definir sus propias necesidades. No queremos desarrollo a cualquier precio", dijo Matoka.
Los ministros africanos llegaron a París armados con las conclusiones del grupo de trabajo que estudió el impacto de las políticas del Banco Mundial para mejorar las capacidades de las instituciones africanas.
El informe propone la organización de un grupo consultivo con representantes africanos y donantes, con la meta de criticar los errores con ánimo constructivo.
Africa reconoce que debe ser capaz de gestionar sus propios recursos, planificar y ejecutar sus propios programas de reforma, desarrollar cuadros mediante la educación y la capacitación y brindar servicios sociales básicos.
La transparencia y la responsabilidad son esenciales para llevar adelante una "buena" gestión gubernamental. El sector público debe ser despolitizado y profesionalizado, y es necesario modificar el sistema de reclutamiento y promoción.
El Banco Mundial, según el informe, invirtió en capacitación y desarrollo de la potencialidad de los pueblos, pero a menudo se queja de que sus clientes carecen de habilidades para llevar a cabo las tareas.
Según un estudio del Banco Mundial, sólo 28 por ciento de los proyectos financiados por la institución alcanzaron sus objetivos.
Pero para los africanos, los esfuerzos fracasados del Banco Mundial pueden explicarse por una mala interpretación de lo que significa colocar el poder en manos de la gente y las estructuras de gobierno, con un resultado de actividades limitadas y políticas incoherentes.
Los programas para reformar el servicio público también fueron mal concebidos, y no dieron importancia suficiente a la educación superior.
Los beneficiarios del Banco Mundial creen que la institución los recargó con requisitos burocráticos sin tener en cuenta las capacidades de los gobiernos africanos.
Asimismo, favoreció la asistencia técnica extranjera y dejó a un lado a los especialistas locales. (FIN/IPS/tra-en/ao/mom/rj/lp/if-dv/97
