AFRICA ORIENTAL: Seguridad alimentaria amenazada

Drásticas medidas serán necesarias para impedir la repetición de la hambruna que mató a millones de personas en el cuerno de Africa en los años 80 y comienzos de los 90, según observadores regionales e internacionales.

En los últimos tres meses, funcionarios de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) y otras instituciones advirtieron que la seguridad alimentaria está amenazada en Etiopía, Eritrea, Kenia, Somalia y Sudán.

La última alarma sonó la semana pasada, cuando un encuentro de funcionarios locales y de la ONU en Hargeisa, capital de la república separatista de Somalilandia (sin reconocimiento internacional), solicitó ayuda urgente para contrarrestar una sequía que afectó pozos y arruinó áreas de pastoreo.

El problema requiere una solución definitiva, ya que la sequía ocurre "casi anualmente", destacó Magdi Dawabi, representante de UNICEF (Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia) presente en el encuentro de Hargeisa.

Millones de personas y animales están amenazados por la grave sequía, que ha afectado partes de Etiopía, Eritrea, Sudán y Kenia.

La precaria situación alimentaria de la región fue destacada en noviembre por la Autoridad Internacional sobre Desarrollo (IGAD).

La IGAD está integrada por Djibouti, Etiopía, Eritrea, Kenia, Somalia, Sudán y Uganda. El territorio de todos estos países es árido o semiárido, ya que 46 por ciento de la superficie total de 5,2 millones de kilómetros cuadrados recibe menos de 400 milímetros de lluvia anualmente.

"La subregión es propensa a sequías graves y recurrentes, que perjudican la agricultura y la ganadería, medio de subsistencia de la vasta mayoría de los 130 millones de habitantes del área", destacó el secretario ejecutivo de IGAD, Tkeste Ghebray, en una conferencia celebrada en Nairobi el pasado noviembre.

En Kenia, por ejemplo, las proyecciones del Ministerio de Agricultura demuestran que la cosecha de maíz de la temporada 1996- 97 será de 2,1 millones de toneladas, frente a 2,3 millones en el período 1995-96.

El Plan Nacional de Desarrollo para el período 1997-2001 atribuye el déficit a los cambios climáticos y la escasez de lluvias, que se ausentaron en las tres últimas temporadas agrícolas.

El gobierno del presidente Daniel Arap Moi recibe creciente presión para declarar zona de desastre a la provincia del noreste, en la frontera con Somalia.

Legisladores kenianos señalaron que la medida promovería la intervención de agencias internacionales de ayuda humanitaria, que suministrarían alimentos.

En una reciente conferencia de prensa en Nairobi, los legisladores dijeron que varias comunidades de pastores ya perdieron "un número considerable" de cabezas de ganado.

Unos seis millones de personas afectadas por la sequía y desplazadas en la subregión de IGAD dependían de la ayuda alimentaria el año pasado, según el secretario ejecutivo del grupo.

Ghebray atribuyó la disminución de la producción de alimentos por habitante en la subregión a más de 15 años de "conflictos civiles y políticas macroeconómicas inapropiadas, que han impedido que el desarrollo agrícola acompañe el crecimiento de la población".

Uno de los países más afectados por el conflicto es Sudán. La semana pasada, el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) y el gobierno etíope informaron que unos 5.000 sudaneses llegaron a Etiopía huyendo de la sequía, la hambruna y el renovado conflicto entre el gobierno y rebeldes, y se prevé que llegarán más.

La Asociación para la Ayuda y la Rehabilitación de Sudán, el brazo humanitario del rebelde Ejército Popular de Liberación de Sudán, también advirtió contra una grave escasez de alimentos en 1997 en el país, donde hace 10 años unas 300.000 personas murieron de desnutrición.

Además, "las economías de la subregión se estancaron, agravando la pobreza, que coloca a casi la mitad de la población en riesgo de perder el acceso a una alimentación adecuada", señaló Ghebray.

"La mayoría de los países de la subregión se encuentran entre los más pobres del mundo, y en consecuencia son los más inseguros en términos alimentarios", añadió.

Esto es evidente en Etiopía, con un ingreso anual por habitante de 110 dólares, uno de los más bajos del mundo. Cerca de 45 por ciento de los 56 millones de etíopes viven en la pobreza.

La mayoría de los agricultores etíopes tienen acceso limitado a la tierra cultivable y no puede adquirir alimentos suficientes para sus familias, ni comprar equipos que puedan aumentar su productividad.

El fracaso de cosechas y la concentración de personas desplazadas agravan el problema de la inseguridad alimentaria en Etiopía, donde aproximadamente un millón de personas murieron de hambre en 1984.

En 1996, el Programa Mundial de Alimentos de las Naciones Unidas debió otorgar al país ayuda alimentaria de emergencia por un valor de 10,4 millones de dólares para unas 500.000 personas en diversas regiones.

La inseguridad alimentaria sigue siendo preocupante en toda Africa, ya que 13 países, incluidos Zaire, Liberia, Burundi, Sierra Leona y Eritrea sufren permanentemente de escasez de alimentos, según la FAO (Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación).

Aunque el suministro de alimentos mejoró en general en Africa subsahariana, unos 215 millones de personas (o 40 por ciento de la población de la región) aún padecen desnutrición crónica.

"Esa cifra podría aumentar a 265 millones en el año 2010 si no se toman medidas para detener la actual tendencia", advirtió Abdur Rashid, jefe del Sistema de Información y Advertencia Temprana de la FAO.

"A menos que se realicen asignaciones excepcionales de ayuda alimentaria, es probable que en varios países africanos gran parte de la población no obtenga alimentos suficientes", agregó. (FIN/IPS/tra-en/mn/jm/kb/ml/dv/97

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