El presidente de Zaire, Mobutu Sese Seko, cuyo poder pareció debilitarse últimamente, volvió a ocupar el primer plano de la atención pública como la única fuerza que podría impedir la desintegración de su país.
Mobutu, quien recientemente se sometió a una intervención quirúrgica debido a un cáncer de próstata, interrumpió su convalescencia de cuatro meses en Europa para regresar a su país natal centroafricano, el martes.
El líder, que parecía destinado al olvido tras la guerra fría, cuando los aliados occidentales que lo habían respaldado como baluarte contra el comunismo comenzaron a acusarlo de despotismo y corrupción, aprovechó la crisis de los Grandes Lagos para reafirmar su importancia en la estabilidad regional.
Esta visión de Mobutu fue respaldada por miles de personas que le dieron la bienvenida cantándole en lengua lingala: "Papá ha vuelto, Kabila se irá".
Los manifestantes se referían al líder de una de las partes en pugna en el este de país, en un conflicto estallado hace tres meses cuando extremistas hutu refugiados de Ruanda y miembros de gobiernos locales instigaron ataques contra los banyamulenge, una comunidad tutsi que se estableció en Zaire hace tres siglos.
La última ola de violencia se produjo a raíz de la propuesta de Kinshasa de separar a los ciudadanos zaireños de la población tutsi en el este del país.
Los rebeldes banyamulenge, conocidos como la Alianza de Fuerzas Democráticas para la Liberación de Congo-Zaire y encabezados por Laurent Kabila, conquistaron gran parte del territorio nacional y se proponen marchar sobre la capital para derrocar a Mobutu, que gobierna desde hace 30 años.
Debido al temor a que los banyamulenge reaviven antiguas tensiones étnicas y políticas, algunos zaireños esperan que Mobutu ejerza el liderazgno necesario para que el desmoralizado ejército aplaste a los insurgentes.
Mobutu interrumpió su descanso en Niza, Francia, a causa de la crisis en el este del país, declaró el portavoz Lumbana Kapasa.
"Es cierto que la llegada de Mobutu no resolverá todo mágicamente, pero sabemos que con él, podríamos recuperar el territorio que ha sido ocupado por el enemigo", dijo un funcionario de la embajada de Zaire en Congo, que solicitó reserva.
"En realidad, eso es todo lo que los zaireños esperan de él ahora. Por supuesto que además hay problemas sociales y económicos, pero en este momento lo más urgente es la expulsión de los invasores", destacó el diplomático.
Sin embargo, algunos zaireños desconfían de que el mandatario pueda lograr alguna victoria de peso para su pueblo.
"No hay que engañarse", advirtió Moutombo Saki, una empresaria zaireña residente en la capital de Congo.
"Durante su dictadura de más de 30 años, Mobutu sólo produjo desorden y miseria. ?Será posible que ahora, que no le queda mucha vida, pueda cambiar las cosas?", preguntó. (FIN/IPS/tra-en/nrn/mn/jm/pm/ml/ip/96