Los dirigentes de la oposición serbia en Yugoslavia están determinados a prolongar las protestas iniciadas hace cinco semanas, aunque el presidente Slobodan Milosevic anunció que serán reprimidas.
"Continuaré marchando y hago un llamado a los ciudadanos a que marchen conmigo", dijo Vuk Draskovic, líder de Zajedno, coalición opositora que coordinó las marchas contra la anulación de las elecciones municipales en varias ciudades de Serbia.
Después de permitir que las protestas continuaran, el gobierno y sus simpatizantes salieron a las calles esta semana, con enfrentamientos en los que 58 personas resultaron heridas.
A última hora de este miércoles, la policía de Belgrado emitió un comunicado advirtiendo a "todos aquellos que bloqueen el tráfico y el movimiento en la capital" que actuará de acuerdo con la ley para evitar mayores disturbios del orden público.
Violentos enfrentamientos se produjeron después que Milosevic y su gobernante Partido Socialista de Serbia (SPS) organizara el martes una manifestación en el centro de Belgrado, a pocos metros del punto de reunión de la protesta de Zajedno.
Unos 40.000 simpatizantes de Milosevic, transportados desde ciudades provinciales de Serbia en filas organizadas de autobuses y trenes, confrontaron a unos 25.000 integrantes de Zajedno.
Huevos, manzanas, repollos y piedras fueron arrojados por los manifestantes, algunos de los cuales se enfrentaron a golpes de puño. El incidente más serio se produjo cuando un miembro del SPS abrió fuejo contra la masa de Zajedno, hiriendo a un hombre en la cabeza.
Este jueves la víctima se debatía entre la vida y la muerte en el hospital. La policía separó a ambos grupos sólo cuando pareció que aumentaría la violencia.
El discurso de Milosevic, el primero ante el público desde el comienzo de las protestas de Zajedno, fue dedicado a "la quinta columna" o "aquellos que intentan desestabilizar Serbia", según se refirió a los partidos de oposición.
La televisión de Belgrado, que sigue al gobierno, situó en 500.000 el número de simpatizantes en la manifestación.
Estados Unidos se sumó a varios países occidentales que condenaron los hechos del martes, y el portavoz del Departamento de Estado, Strobe Talbott, dijo que Washington "responsabiliza al gobierno de Serbia de las acciones violentas de los manifestantes".
Los líderes de Zajedno afirman que Milosevic se encamina hacia mayor represión y guerra civil, mientras analistas sostienen que el gobierno intentó agravar la situación para declarar un estado de emergencia.
Draskovic dijo que "sólo personas mentalmente desequilibradas pueden traer a masas ebrias y armadas con una tarea especial, la de derramar sangre en esta ciudad".
Una misión de la Organización de Seguridad y Cooperación en Europa (OSCE) deberá publicar esta semana un informe sobre las elecciones del 17 de noviembre. (FIN/IPS/tra-en/vpz/fn/lp/ip-hd96