El gobierno de Venezuela decretó el fin de la huelga de los 27.000 médicos que laboran en el sector público, pero la mayoría de los hospitales del país permanecían hoy sin atención.
La Federación Médica de Venezuela convocó a una asamblea para decidir qué medida adoptar frente a la acción del presidente Rafael Caldera, en base a una llamada "reanudación de faena" que fuerza la vuelta al trabajo a los que operan áreas de interés público.
El ministro del Trabajo, José Garrido, dijo que quienes desatiendan la orden perderán su puesto por abandono del trabajo, mientras que el fiscal general, Iván Badell, expresó que si algún paciente muere el médico responsable incurrirá en el delito de homicidio culposo.
El decreto presidencial fija los salarios de los médicos que laboran en 226 hospitales públicos en unos 462 dólares, cuando los médicos demandaban mil dólares, pero suma una serie de beneficios que mejoran aún más el ingreso global.
Desde 1994, los salarios de este sector estaban fijados entre 144 y 240 dólares, una cifra que los médicos consideran insuficiente para vivir en un país donde la inflación alcanzó este año la tasa de 103 por ciento.
El gobierno calificó en el decreto como ilegal e inconstitucional la suspensión de la atención de salud.
Directivos gremiales, como Pompeyo Cardenas, calificaron la medida como "inaceptable" y criticaron que en el decreto, donde se establecen unilataralmente los nuevos salarios de los médicos, no se dice nada sobre la dotación de insumos de los hospitales, que también es uno de sus reclamos.
El presidente de los colegios médicos del área metropolitana de Caracas, Douglas Natera, acusó al gobierno de sostener una posición de "Herodes", cuyo asesinato de inocentes en coincidencia con el nacimiento de Jesucristo, se conmemora en este sábado.
El presidente de la Federación Médica, Fernando Bianco, pidió a los médicos mantenerse concentrados en sus sedes gremiales, hasta una decisión de la convocada asamblea.
En hospitales como el Pérez de León, que sirve a una populosa zona del este de Caracas, se aseguró que no había personal médico disponible y que los enfermos que no habían podido ser dados de alta o desplazados a clínicas privadas, seguían atendidos por enfermeras.
Una de esas auxiliares reconoció que disponían de teléfonos donde ubicar a los médicos si se presentaba una situación desesperada.
Pero en otros centros de salud de la capital sí había un flujo creciente de médicos, algunos de los cuales se negaron a secundar la huelga desde su comienzo.
"Es inadmisible que se me muera un paciente porque no estoy y además, si eso pasa, a la cárcel voy a ir yo y no uno de los de la federación", como comentó bajo anonimato un médico del hospital Domingo Luciani, también en la capital.
El diario El Nacional afirmó este sábado que la huelga médica es un episodio más de "un país que se desmembra", donde una población cada día mas empobrecida y por tanto dependiente de la salud pública pierde su derecho a ser atendida, y el médico batalla por no ser pobre él mismo.
El senador del izquierdista Partido Radical, el general retirado Alberto Müller, resaltó que hospitales sin algodón mientras el país cierra el año con 15.000 millones de dólares de reservas, evidencia hasta qué punto la neoliberal lógica macroeconómica está divorciada de su realidad social. (FIN/IPS/eg/jc/he-if/96