El caso de Timor Oriental no se reduce a un conflicto entre Portugal e Indonesia, ante todo se trata de un enfrentamiento entre Jakarta y la comunidad internacional, sostiene una nota de la cancillería lusa divulgada hoy.
Por este motivo, Lisboa no ve ninguna ventaja "en sustituir a la ONU por otro foro de negociación", expresa el documento en respuesta a presuntas iniciativas de Noruega para mediar en el conflicto, originado en 1975 cuando Indonesia invadió la ex colonia portuguesa del sudeste asiático.
Añade que el foro ideal es el de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), porque el problema de Timor aparece cuando "el régimen indonesio violó el Derecho Internacional al invadir el territorio, hecho que llevó a la ONU a reconocer a Portugal como administrador hasta el referendo por la autodeterminación".
Aclara que Noruega "no hizo ninguna propuesta de esa naturaleza a Portugal" durante los encuentros de los primeros ministros el martes 10, en ocasión de la entrega del Premio Nobel de la Paz al obispo Carlos Filipe Ximenes Belo y al coordinador de la resistencia timoresa en el exterior, José Ramos-Horta.
Sin embargo, la nota concluye aseverando que el gobierno luso considera "deseables" todos los esfuerzos internacionales que "puedan conducir a Indonesia a una postura más constructiva en las negociaciones" que se realizan semestralmente hace cuatro años en el ámbito de la ONU.
Por otra parte, el gobierno portugués anunció su apoyo a la petición del obispo Ximenes Belo, quien solicitó el martes en Oslo que Timor sea aceptado "al menos como observador" en la Comunidad de Países de Lengua Portuguesa (CPLP).
La CPLP, fundada durante la cumbre de jefes de Estado lusófonos celebrada en Lisboa en junio de este año, congrega a los africanos Angola, Cabo Verde, Guinea-Bissau, Mozambique y Santo Tomé- Príncipe, al sudamericano Brasil y a Portugal.
En la oportunidad, Ramos-Horta solicitó el ingreso de Timor a la comunidad lusoparlante, pero contó con la abierta hostilidad de Brasil, según palabras del canciller Luiz Felipe Lampreia, porque "no conviene irritar a Indonesia".
Durante el anterior gobierno brasileño, presidido por Itamar Franco, el ex ministro de Cultura, José Aparecido de Oliveira cambió radicalmente la postura de ignorar a Timor, al apoyar y reconocer a Ramos-Horta como representante oficial de "un país invadido, donde el portugués es la lengua de la resistencia".
Al asumir el actual presidente hace dos años, el "dossier" Timor fue nuevamente archivado por Brasil, pero otra vez reabierto tras el Nobel de la Paz a Ximenes Belo y Ramos Horta, este último recibido oficialmente el mes pasado por el presidente Fernando Henrique Cardoso.
El caso de Timor ha continuado siendo una prioridad en las actividades de Itamar Franco, demostrada al asistir en Oslo a la entrega del premio el martes pasado.
En la próxima reunión ministerial de la CPLP en julio de 1997, será votada la propuesta de Ximenes Belo, que según los analistas locales difícilmente podrá ser rechazada por Brasil, debido al creciente prestigio internacional del obispo y a la fuerte determinación del resto de los países de expresión portuguesa.
Entretanto, hoy se confirmó en Lisboa el encuentro el lunes en Bonn entre Ximenes Belo y el jefe del gobierno alemán, Helmut Kohl, interpretado en la capital portuguesa como "resultado de las presiones de la oposición parlamentaria alemana, que desea ver a Kohl distanciarse del régimen indonesio".
Por su parte, Ramos-Horta tambien viajará este fin de semana a Alemania, invitado a Dresde y Leipzig por el gobierno de Sajonia y a Stuttgart por la cúpula de la Iglesia Luterana. (FIN/IPS/mdq/jc/ip/96