Los serbios continuaron hoy sus protestas callejeras pacíficas, sin desanimarse por el fallo de la Corte Suprema, que este fin de semana rechazó las apelaciones de la oposición a la anulación de las elecciones municipales del 17 de noviembre en las ciudades donde ganaron sus candidatos.
"El fallo demuestra que ya no existe el sistema jurídico de Serbia, y que sólo funciona por la voluntad política del régimen", comentó Goran Draganic, asesor legal de la coalición opositora Zajedno (Juntos), que había presentado el recurso en unión de la propia Comisión Electoral de Belgrado (GIK).
El presidente de la GIK, Radomir Lazarevic, dijo a la prensa este domingo que la Comisión no está satisfecha con el fallo de la Corte Suprema de Serbia y ya ha apelado ante la Suprema Corte Federal de Yugoslavia, el fiscal general serbio y el fiscal general federal.
La GIK demanda que sea revisado el fallo de la Corte Suprema de Serbia, según el cual la ley electoral fue violada en las zonas donde la oposición venció al Partido Socialista de Serbia (SPS), cuyo líder es el presidente serbio, Slobodan Milosevic.
De acuerdo con la GIK, Zajedno ganó más de 60 escaños en la asamblea municipal de Belgrado, de 110 miembros. Ante ese resultado, el aparato del SPS inundó de inmediato los tribunales de Belgrado y de otras ciudades donde la oposición había triunfado, con denuncias de fraude electoral.
Las demandas fueron admitidas por los magistrados, que responden al gobernante SPS, y se reprodujeron los fallos que anularon las elecciones en Belgrado y las principales ciudades de Serbia, donde Zajedno había triunfado.
Cada tarde durante las últimas semanas, las calles de Belgrado son recorridas por multitudes de hasta 100.000 personas, que conducen pacíficamente los tres líderes de Zajedno, Vuk Draskovic, Zoran Djindjic y Vesna Pesic.
Draskivic declaró este domingo a los periodistas que "las protestas pacíficas continuarán hasta que Milosevic renuncie, después del más grande fraude electoral realizado en la historia de este país".
"Espero que mañana, o pasado mañana, Milosevic emplee a la policía, tal vez el ejército, pero nosotros no nos detendremos", añadió el líder nacionalista.
"No estamos enfrentados a una dictadura de partido único sino a una dictadura de cama única", exclamó Draskovic en referencia al tándem que Milosevic forma con su esposa, Mirjana Markovic, líder de un partido neomarxista aliado con el PSP de su marido.
"Nos encontramos en la misma situación que Rumania antes de la caída de Ceausescu", añadió, aludiendo a los últimos días del ex dictador rumano, Nicolae Ceausescu. "Ahora tenemos un solo objetivo: la renuncia".
"No es ésta la hora de hacer caso a los tribunales", subrayó Dfindjic. "Esta no es una protesta contra los jueces, es una protesta por una Serbia nueva y moderna, por otra Serbia".
Draskovic dijo el viernes que la oposición está pronta para hacerse cargo de la administración y tiene listo un "gobierno democrático".
"Ya hemos organizado un gobierno democrático para la nueva Serbia, y hemos formado un consejo de Estado que tomaría el poder y convocaría nuevas elecciones", anunció Draskovic.
Zajedno está recibiendo cada día nuevos apoyos, incluso algunos inesperados como el de Adem Demaci, uno de los líderes de la acosada comunidad serbia de albanos que habita en la provincia de Kosovo.
Milosevic, sin embargo, permanece imperturbable. La presidenta del Comité para la Protección de los Periodistas, con sede en Estados Unidos, Kati Marton, que visitó este fin de semana al Presidente, es la esposa del diplomático estadounidense y ex mediador en Bosnia, Richard Holbrooke.
Marton informó que Milosevic hizo trizas un memorando sobre libertad de prensa que le fue presentado para su firma, y que prometió no usar la fuerza para aplastar las protestas que se expanden por todo el país. (FIN/IPS/tra-en/vpz/rj/arl/ip/96