Desde temprana hora de hoy comenzaron a llegar numerosas delegaciones del interior y de la capital a la Plaza Mayor de la Constitución en la ciudad de Guatemala, ubicada frente al Palacio Nacional, sede del gobierno y escenario de la firma de la paz entre el gobierno y la guerrilla.
Al mediodía local (18 gmt) la plaza ya se encontraba totalmente abarrotada y gigantescas pancartas de la guerrillera Unidad Revolucionaria Nacional Guatemalteca (URNG), así como del Frente Farabundo Martí de El Salvador y otras organizaciones de izquierda, se podían observar desde lejos.
Indígenas con sus coloridas vestimentas, campesinos con sombreros, estudiantes, trabajadores, convirtieron a la plaza central en un verdadero hormiguero humano, nadie se quería perder la fiesta de la paz.
Organizaciones sociales, religiosas, sindicales, pro-derechos humanos, y los a partir de este domingo ex guerrilleros que ya pueden actuar legalmente en el país, nadie quería dejar de festejar el fin de 36 años de conflicto armado interno.
El acuerdo de paz firme y duradera entre el gobierno y la URNG fue firmado también, como testigos de honor, por los mandatarios que asistieron al acto histórico.
El Palacio Nacional, una obra arquitectónica del barroco español con influencia mudéjar, testigo mudo de siniestras confabulaciones en el pasado, fue el escenario de la firma de la paz.
El antiguo edificio que desde el año que viene, por disposición del Presidente Alvaro Arzú, dejará de ser sede del gobierno para convertirse en un museo, vio embellecidos sus jardines, y sus paredes lavadas para causar una buena impresión a los visitantes.
Por lo menos 300 personas entre carpinteros, jardineros, conserjes, electricistas y técnicos de audio y video, ultimaban el sábado los detalles para el acto, coordinados por el Ministro de Cultura y Deportes, Augusto Vela.
También fueron desalojados los vendedores ambulantes que normalmente abarrotan las aceras del centro capitalino y la avenida principal, la antigua "Calle Real", hoy llamda sexta avenida, lucía limpia y despejada.
Mientras en la Plaza Mayor se llevan a cabo desde el sábado diversos espectáculos artísticos y culturales, los mayas rechazaron la celebración de rituales en la ceremonia pública de la firma de la paz.
La llamada "Comisión Nacional Permanente de Espiritualidad Maya" indicó que la alta espiritualidad es "una característica esencial de nuestros ancestros mayas" pero los actos culturales, conferencias y ceremoniales deben hacerse "en lugares específicos".
En un comunicado dirigido a los pueblos indígenas del mundo y a la población en general, la Comisión señaló que los lugares apropiados para los rituales deben ser establecidos previamente, de acuerdo a la cronología milenaria de este pueblo, "para mantener el contacto directo con el espíritu de nuestros abuelos".
Aclararon que la Comisión no avala la celebración de ceremoniales mayas en lugares públicos, porque conllevan "la folklorización de nuestra espiritualidad".
No obstante, "en apoyo a la firma de la paz", la Comisión realizó una ceremonia maya en el sitio sagrado Kaminal Juyú, en esta capital, para pedir a Tz'aqol B'itol, creador y formador, "porque la paz sea un hecho entre nuestros pueblos". (FIN/IPS/cz/jc/ip/96