Los indicadores económicos sugieren que las dinámicas economías de Asia oriental deberían comenzar a recuperarse en 1997 de la caída de las exportaciones que enlenteció el crecimiento en 1996, una vez que la región se estabilice políticamente.
Las principales instituciones financieras concluyeron que las predicciones sobre la reversión del crecimiento económico de la región más próspera del mundo eran prematuras, aunque se prevé que la tasa de crecimiento permanecerá debajo de la marca de ocho por ciento lograda en 1994 y 1995.
El año 1996 ha sido un período de "ajuste moderado" y una especie de "parada de descanso" en la trayectoria exportadora de Asia oriental, según economistas del Instituto de Economías en Desarrollo (IED), de Japón.
La recuperación de las exportaciones y el aumento de la inversión extranjera seguramente permitirán a la región superar su "etapa de reajuste" y ésta continuará creciendo a un ritmo promedial de 7,8 por ciento en 1997, predijeron.
Los economistas del Banco de Desarrollo de Asia (BDA), con sede en Manila, llegaron a conclusiones similares.
"Es probable que el próximo año se produzca un resurgimiento del crecimiento de las exportaciones en Asia, y tanto la producción como la exportación vuelvan a los niveles de 1995", opinó el economista Ernesto Pernia, del BDA.
"Asia en desarrollo", expresión que el Banco utiliza para referirse a los "tigres" del este, sudeste y sur de Asia, creció 8,3 por ciento en 1994 y 7,9 por ciento el año pasado.
La disminución del índice de crecimiento se debe en parte a las medidas adoptadas por los gobiernos de China y Malasia para impedir el recalentamiento de sus economías, pero otro motivo importante es la desaceleración del incremento de las exportaciones de la región.
Tras alcanzar cifras récord en 1995, el crecimiento de las exportaciones cayó de 28 por ciento en el primer semestre de 1995 a siete por ciento en la primera mitad de este año.
Un factor clave en la disminución, que afectó más duramente a China y Tailandia, fue la caída en la demanda mundial de componentes electrónicos y productos relacionados con las computadoras.
No obstante, los economistas asiáticos confían en que se producirá una recuperación en 1997, salvo que haya inestabilidad política.
Por ejemplo, los economistas observarán de cerca la devolución de Hong Kong a China el 30 de junio de 1997 y el tipo de política – económica o de otro tipo- que adoptará Beijing una vez que asuma el control. En este frente, a menos a corto plazo, no se esperan grandes cambios.
Sí se prevé que la entrega de la colonia británica "tendrá efectos positivos como la estimulación del turismo" en breve, destacó Mitsuru Toida, analista del Departamento de Investigación y Previsiones del IED.
Sin embargo, es difícil realizar pronósticos a largo plazo, manifestó Toida.
Más dignos de atención aún son los acontecimientos en el estrecho de Taiwan y la península de Corea, dos potenciales puntos de inflamación, como quedó demostrado este año.
En cuanto a Taiwan, se debe tener en cuenta la tensión producida en la relación Taipei-Beijing en ocasión de las elecciones presidenciales en la isla, en marzo de este año, y la realización de intimidatorias pruebas militares en la costa oriental de China.
Los analistas creen que un traspaso tranquilo de Hong Kong aumentaría la confianza de Beijing para reunirse con lo que considera una "isla renegada".
Mientras, en la península de Corea, las relaciones norte-sur se deterioraron este año mientras las autoridades de Pyongyang debieron hacer frente a una adversa situación económica exacerbada por la sequía, que afectó gravemente al sector agrícola.
Agencias internacionales de ayuda humanitaria advierten que decenas de miles de norcoreanos corren riesgo de morir de hambre, y algunos analistas creen que el gobierno podría recurrir a la guerra para distraer a la población de sus dificultades económicas.
Pero una vez restablecida la relativa paz que reinó en la península desde el fin de la guerra de 1950-53, el próximo año debería ser bueno para Corea del Sur, opinan los observadores, y lo mismo se aplica a Taiwan y Hong Kong.
Se prevé que las exportaciones de Corea del Sur crecerán 10 por ciento, una tasa relativamente alta aunque tres puntos por debajo de la de 1996, y las de Taiwán se incrementarán ocho por ciento, un punto menos que Hong Kong.
El panorama también se presenta alentador en el sudeste de Asia, según los analistas.
Malasia y Tailandia, que en 1996 sufrieron una reducción de sus exportaciones -compensada parcialmente por la sostenida demanda doméstica-, probablemente se beneficiarán de la enorme inversión en infraestructura el próximo año, afirma el Instituto de Economías en Desarrollo.
Se espera que Malasia registre una tasa de crecimiento económico de ocho por ciento (0,3 por ciento más que este año) y Tailandia de 7,5 por ciento (0,6 por ciento superior a la de 1996).
También están poniéndose al día en términos de desarrollo económico Indonesia y Filipinas, de acuerdo con el IED. Se prevé que Indonesia alcanzará en 1997 un índice de crecimiento de las exportaciones de 11 por ciento, y Filipinas nada menos que 19,5 por ciento.
Al mismo tiempo, el consumo en Indonesia y Filipinas aumentará 7,7 y 5,1 por ciento, mientras las inversiones disminuirán 2,8 por ciento y aumentarán 10,2 por ciento respectivamente, según las previsiones.
"Como resultado, se pronostica un crecimiento económico para ambos países de 7,1 por ciento para 1997, es decir, aproximadamente lo mismo que el año pasado", indicó Daisuke Hiratsuka, otro analista del IED.
"Esto parece significar que las exportaciones e inversiones de Filipinas comenzaron a aumentar fortaleciéndose entre sí, como sucedió en Malasia y Tailandia", observó Hiratsuka.
Con respecto a China, los economistas asiáticos predicen otro buen año, aunque probablemente se produzca un enlentecimiento en el crecimiento del producto interno bruto (PIB).
El BDA prevé que la tasa de crecimiento del PIB de China, cuya economía creció en índices de dos dígitos desde 1992 y es propensa al recalentamiento, caerá a 9,5 por ciento, frente a 11,8 por ciento en 1994 y 10,2 por ciento el año pasado.
Quizá más importante todavía, los analistas del IED predicen un incremento de 2,2 por ciento en las exportaciones y una caída de 24 a 11 por ciento en las importaciones.
Mientras, la tasa de inflación se mantendría en 8,3 por ciento, permaneciendo por debajo del 10 por ciento por segundo año consecutivo.
"En conjunto, se prevé que 1997 será un buen año para las economías de Asia oriental, excepto por pequeños aumentos de precio", señaló Ishii.
Se estima que el crecimiento promedio será de 7,8 por ciento (0,3 por ciento superior al de 1996) y la tasa de inflación se situará en 6,1 por ciento (0,9 por ciento inferior a la de 1996).
Se puede afirmar que la región está "en camino hacia la recuperación y el crecimiento sostenido", según los economistas del IED. (FIN/IPS/tra-en/mk/cpg/ml/ip-if/96