La policía de Perú interroga a un militante del Movimiento Revolucionario Túpac Amaru (MRTA), presuntamente capturado el domingo por la noche cuando trataba de escabullirse junto con 225 rehenes liberados al exterior de la tomada embajada de Japón en esta capital.
El MRTA aún tiene en su poder la sede diplomática y retiene a otros 142 rehenes.
Fuentes policiales informaron que los interrogadores tratan de establecer si el guerrillero es un desertor o si, por el contrario, fue comisionado por sus mandos para desarrollar algún contacto con el exterior.
Si el militante arrestado fue enviado a negociar, ello reflejaría la incomunicación de Néstor Cerpa, jefe del comando del MRTA que capturó la embajada de Japón el día 17, quien debe conducir las negociaciones con el presidente Alberto Fujimori para resolver la crisis.
Cerpa, uno de los líderes más antiguos del MRTA, es considerado un típico mando militar de reducido desarrollo político.
El comando bajo sus órdenes capturó la embajada con eficiencia técnica, pero Cerpa manifestó desde entonces una errática conducta política.
En las primeras 14 horas de operativo amenazó al gobierno de Fujimori con comenzar los fusilamientos de rehenes si no se liberaba a militantes de su partido presos en varias cárceles de Perú.
Al tercer día, Cerpa ofreció a Fujimori la entrega de armas y la conversión del MRTA en un partido de acción legal a cambio de la libertad de los militantes presos.
El dirigente guerrillero también pidió que se le habilitara una conversación telefónica con sus mandos políticos, presos en la carcel de Yanamayo, con la supuesta intención de conocer sus condiciones de salud.
Supuestamente, la negativa de Fujimori a aceptar este pedido tuvo la finalidad de no dar a Cerpa la oportunidad de recibir consejo y orientación política para manejar las negociaciones, que habrían entrado a su fase final. (FIN/IPS/al/mj/ip/96
