El comando guerrillero del Movimiento Revolucionario Tupac Amaru (MRTA) que retiene a 83 de los 600 rehenes tomados el 17 de diciembre en la embajada de Japón en Perú, abandonó la exigencia de liberar a sus 458 compañeros presos y pide ahora que se mejore su situación carcelaria.
En consonancia con el último comunicado de Néstor Cerpa, jefe del comando del MRTA, emitido el día 28, en el que ya no figura la demanda de libertad de los emerretistas presos, este lunes aparecieron carteles en una ventana de la embajada japonesa reclamando trato humano para los presos.
Esa ventana era utilizada hasta entonces exclusivamente por los rehenes, cuyos carteles reclamaban al gobierno el suministro de agua y energía eléctrica cortados desde el día siguiente del copamiento de la embajada.
El sábado se produjo el primer encuentro directo entre Cerpa y el ministro de Educación, Domingo Palermo, negociador designado por el presidente Alberto Fujimori, quien al abandonar la sede diplomática dijo a la prensa que "se han producido avances hacia la solución de este grave incidente".
Se supone que el cambio de la actitud del MRTA refleja el compromiso entre los guerrilleros y las autoridades peruanas para resolver pacíficamente el problema de los rehenes, entre los que se encuentran el canciller Francisco Tudela, el embajador de Japón y Santiago Fujimori, hermano del presidente.
Además de la promesa de Fujimori a Cerpa y a la veintena de guerrilleros que lo secundan de que podrán abandonar el país si liberan a todos los rehenes, se supone que ha aceptado algunas medidas de alivio al riguroso aislamiento de los emerretistas presos, quienes sólo pueden recibir una visita familiar al mes.
Algunas fuentes, entre los que figura Manuel Romero, editor del diario "Gestión" y uno de los rehenes liberados por Cerpa, el jefe guerrillero ha solicitado a las empresas japonesas cuyos representantes en Perú figuran entre los cautivos que se le pague dinero en efectivo como un "impuesto de guerra".
"El gobierno peruano no está dispuesto a pagar, pero tampoco está en condiciones de impedir que Cerpa llegue a algún tipo de acuerdo financiero con el gobierno de Tokio o las empresas niponas", comentó Romero.
Por otro lado, según diversos trascendidos, la cancillería peruana sigue de cerca pero no interviene en las gestiones que realizan los representantes del MRTA en el exterior para conseguir que el grupo sea acogido como refugiado en algún país.
Se suponía anteriormente que ese país sería Cuba, que ya ha recibido insurgentes en calidad de asilados, pero al parecer Cerpa prefiere algún país europeo. Sin embargo habría recibido respuestas desalentadoras de Suecia y Dinamarca.
Este domingo fue un día calmo en la embajada, sin otra noticia que el ingreso del avituallamiento diario, mientras en el exterior, más allá de la tierra de nadie que hace respetar la policía, proseguía la feria creada por la presencia permanente de alrededor de 300 periodistas, fotógrafos y camarógrafos.
Algunas emisoras japonesas de TV y la CNN de Estados Unidos han alquilado casas vecinas a la embajada pagando, según se dice, hasta 15.000 dólares por mes a sus propietarios, quienes se mudaron por temor a un epílogo sangriento, pero la mayoría de los periodistas ha acampado en calle.
Los hombres y mujeres de prensa ocupan los jardines y aceras, comen y duermen en espacios que en convenio tácito los demás respetan, y utilizan los servicios higiénicos móviles instalados por el municipio del elegante distrito de San Isidro, en donde está situada la embajada japonesa. (FIN/IPS/al/jc/ip/96