PERU: El MRTA y su destino espectacular

Un año después de fracasar en su intento de ocupar el Congreso para canjear a los parlamentarios por sus militantes presos, la toma de la embajada de Japón y de un alto número de rehenes representa para el Movimiento Revolucionario Tupac Amaru (MRTA) de Perú un resonante éxito internacional.

El 5 de diciembre de 1995, la policia se anticipó al plan emerretista y asaltó su refugio en una vivienda situada en un barrio elegante de Lima, con el saldo de dos insurgentes muertos y varios heridos.

Pero hasta que no concluya el episodio, la captura de la embajada y la toma de rehenes ocurrida en la noche de este martes es sólo un éxito inicial, y el desenlace dependerá de los nervios y astucia de sus dirigentes y los de Fujimori y sus asesores de inteligencia que los enfrentan.

Sin duda, el MRTA está ganando hasta ahora, y ha conseguido un resultado tan espectacular como el que consiguió en 1987 cuando capturó Juanjuí, una ciudad de 100.000 habitantes en la selva nororiental, episodio que fue filmado por los camarógrafos invitados previamente por el grupo guerrillero.

O cuando ocurrió la cinematográfica fuga de su máximo líder, Victor Polay, de la cárcel de Lurigancho en Lima, en 1990, quien salió a través de un túnel de más de cien metros de largo.

Pero las columnas guerrilleras del MRTA que dominaron con facilidad a los 140 policías de Juanjuí, y luego desfilaron entre aplausos de la población en las calles de dicha ciudad, fueron perseguidas y diezmadas en pocos meses.

Igualmente, Polay fue recapturado en 1992, cuando, algo subido de peso, con un peinado diferente y bigote nuevo, tomaba café en un barrio de clase media de Lima, y desde entonces está preso en una carcel de máxima seguridad.

La captura de la embajada japonesa fue casi anunciada en febrero pasado por su líder en libertad más importante, Néstor Serpa.

El dirigente remitió entonces un video al matutino opositor izquierdista "La República", en el que advirtió que su organización no abandonaba la intención de liberar a sus militantes presos mediante un canje.

La entrevista autofilmada fue publicada por La República, y probablemente desestimada por los jefes de los servicios de inteligencia, quienes convencieron a Fujimori que el MRTA ya no tenía estructura política ni insurgente para intentar nada.

El 29 de agosto de este año, los guardiacárceles del penal Miguel Castro, en Lima, detuvieron a una mujer, María Montero, quién portaba una carta de Serpa para uno de los líderes del MRTA en dicha prisión.

La misiva anunciaba la preparación de una importante operativo, y les pedía que se mantuvieran en guardia para realizar alguna forma de "participación activa" de respaldo cuando ocurriera lo anunciado.

El MRTA es una organización de línea "foquista", cuyos militantes son reclutados en su mayoría en los ambientes universitarios y tienen un nivel de politización y discurso más desarrollado que las bases del maoísta Sendero Luminoso, organización subversiva no sólo rival sino enemiga.

En 1989, los grupos guerrilleros del MRTA en las selvas de San Martín se enfrentaron con las armas por el control del territorio y el manejo de la protección armada que pagaban las bandas de narcotraficantes.

Sendero Luminoso, cuyos militantes son considerados por el MRTA como "carentes de formación política pero fanáticos" los hicieron salir de San Martín después de matar a los emerretistas que encontraban, y a algunos campesinos que les habían dado apoyo.

"No estábamos dispuestos a competir en crueldad con Sendero y de ninguna manera mataríamos a los campesinos que le dieran agua a los senderistas", explicó a IPS Walter Palacios, uno de sus dirigentes medios y actualmente refugiado en algún lugar de Europa.

La diferencia entre Sendero y el MRTA no estriba únicamente en el diferente manejo de la información y la publicidad política, sino también en la naturaleza de sus objetivos de acción.

"El líder senderista libre más importante, Oscar 'Felciano' Ramírez, prioriza el trabajo de bases y trata de crear nuevamente un territorio liberado en la selva", comenta el sociólogo Flavio Solórzano.

Serpa en cambio, añade, sueña con liberar espectacularmente a su jefe y marchar luego triunfalmente hacia algún campamento en la montaña.

Solórzano, vinculado a la Universidad Católica de Lima, aludía a la propuesta contenida en el primer comunicado difundido por fax por los emerretistas desde la embajada nipona.

En dicho comunicado se conmina a Fujiimori a liberar a todos los militantes del MRTA presos, que se les deje marchar hacia algún lugar de la selva y que el Estado peruano les pague una suma de dinero no precisada, por concepto de reparación de guerra.

Según los servicios de inteligencia, los 458 emerretistas presos cuya libertad se busca con la captura de la embajada nipona son casi la totalidad de los efectivos de la organización, y para el operativo de la noche del martes el grupo ha recurrido a los cuadros que lograron reagrupar.

Añaden que probablemente quienes participaron en la toma de la embajada son militantes de "partidos hermanos", es decir de organizaciones insurgentes de algunos otros paises latinoamericanos. (FIN/IPS/al/jc/ip/96

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