MERCOSUR: Avances en la cumbre por debajo de las expectativas

La XI reunión del Consejo del Mercosur concluyó hoy en esta ciudad con afirmaciones de elevada autoestima del bloque, reconocido como un éxito a nivel internacional, pese a la frustración de algunas expectativas.

El presidente de Brasil, Fernando Henrique Cardoso, llegó a declarar que, por su "nivel de integración superior", el Mercosur tiene experiencias que transmitir al Tratado de Libre Comercio de América del Norte.

Un balance con mucho humor no ocultó la persistencia de discrepancias, especialmente entre Brasil y Argentina, así como que no se lograron algunas metas anunciadas para esta cumbre, como el acuerdo normativo para las negociaciones de libre comercio con la Comunidad Andina.

Se espera que a fines de 1997 toda América del Sur se convierta en una zona de libre comercio, según el embajador argentino en Brasil, Diego Guelar, confiando en avances en el diálogo con Colombia, Ecuador, Perú y Venezuela.

Pero el presidente de Uruguay, Julio Sanguinetti, reconoció las dificultades y previó que nuevas asociaciones al Mercosur "serán mucho más lentas" que las de Chile y Bolivia.

Cardoso señaló obstáculos en "desigualdades internas" entre los andinos, que recomiendan la negociación país por país y no con el grupo.

El mismo acuerdo con Bolivia, firmado en Fortaleza, no se alcanzó sin tropiezos y aplazamientos.

El comunicado final de la cumbre señala que su vigencia se hará efectiva "a lo largo de 1997", sin confirmar la información de que sería en abril y frustrando anuncios anteriores que apuntaban el 1 de enero.

En Fortaleza se firmaron en total 51 acuerdos y resoluciones, pero algunos de los más importantes sólo formalizaron aplazamientos. Los países miembros asumieron compromisos, aunque a plazos más largos, destacó un diplomático brasileño.

Así sucedió con los acuerdos complementarios sobre salvaguardias comerciales y defensa de la competencia. Un "período de transición" postergó para el año 2001 la vigencia de reglas comunes del Mercosur para combatir el "dumping", monopolios y prácticas que afectan el libre mercado.

En la cuestión del azúcar, el cuero y de políticas públicas que afectan el mercado, los temas que más dividen a Brasil y Argentina, se decidió crear grupos de estudio "ad hoc", para presentar propuestas dentro de cinco meses en los dos primeros casos y sin plazo en el tercero.

Brasil quiere incluir el azúcar, de que es el mayor exportador mundial y con una competitividad incuestionable, en los acuerdos del Mercosur, aunque de forma gradual hasta el 2001. Argentina y Paraguay quieren alargar el plazo hasta el 2006, temiendo el desempleo de centenares de miles de trabajadores azucareros.

Ese tipo de problemas sociales y la reconversión de actividades no competitivas son responsabilidad interna de cada país, sostuvo el presidente brasileño.

Brasil ya abrió su mercado al trigo argentino, de mayor productividad y calidad, y soportó las pérdidas que ocasionó a su agricultura y trabajadores, afirmó Renato Marques, jefe de Integración de la cancillería brasileña.

El gobierno argentino sustenta su posición principalmente en el reclamo de la eliminación de políticas públicas que distorsionan la competencia. El azúcar brasileño recibe subsidios indirectos del programa de alcohol carburante, producido a partir de la misma materia prima, la caña de azúcar.

En la medida en que se armonicen el tratamiento tributario y créditos preferenciales, y se eliminen subsidios, "que no existen en Argentina", es posible reducir todos los aranceles entre los países del Mercosur, declaró el ministro de Economía argentino, Roque Fernndez, al diario Jornal do Brasil.

En ese punto, surge ahora un conflicto que debe agitar las relaciones bilaterales y del Mercosur. El presidente de Argentina, Carlos Menem, dejó en claro que su gobierno puede castigar el anunciado plan brasileño de conceder incentivos fiscales para que montadoras se instalen en el noreste del país.

Menem amenazó adoptar medidas similares, ofreciendo también ventajas a la industria automotriz en Argentina, extendiendo así a todo el bloque la "guerra fiscal" que ya tiene lugar entre los estados y municipios brasileños en la disputa por inversiones de las empresas transnacionales del sector.

La cumbre de Fortaleza representó avances, al ampliar las fronteras con la inclusión de Bolivia en la zona de libre comercio y extender los acuerdos del Mercosur más allá de cuestiones comerciales y arancelarias.

Con el acuerdo sobre transporte aéreo subregional, que permitirá establecer vuelos directos entre ciudades medianas del interior, ingresó en el sector de servicios que Brasil siempre se resistió a incluir en sus pactos internacionales.

Acuerdos de integración cultural y educativa, con convenios sobre posgrado y formación de recursos humanos, y especialmente la aceptación conjunta de derechos de consumidores por encima de las fronteras, introducen la dimensión social al bloque, abriendo camino a una comunidad de poblaciones y no sólo de empresas.

La cumbre del Mercosur, sin embargo, no ha sido un éxito completo porque el gobierno brasileño había generado expectativas mucho más ambiciosas, en su deseo de exhibir más logros que los posibles durante su presidencia de turno del bloque, que en el próximo semestre será ejercida por Paraguay. (FIN/IPS/mo/ag/if/96

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