Suministros gratuitos, patrocinios corporativos y donaciones crearon una cultura por la cual el acto de amamantar a los hijos fue reemplazado en muchas partes del mundo por el biberón.
Activistas, planificadores de desarrollo y grupos dedicados a la niñez se reunieron esta semana en Bangkok para promover la crianza natural de bebés, preocupados por la creciente sustitución de la leche materna con dudosas fórmulas de alimentación infantil.
El Foro Global de WABA, que delibera en la capital tailandesa, pretende llevar el mensaje del amamantamiento a los gobiernos, dirigentes políticos y profesionales de la salud, para proteger esa práctica natural en comunidades donde aún es prevalente.
"El foro global es la primera oportunidad para encontrarnos cara a cara y determinar donde hemos estado y hacia donde vamos", declaró Anwar Fazal, responsable de WABA, que es una alianza internacional de grupos e individuos fundada hace cinco años.
Durante los próximos días, el foro se propone examinar en Bangkok el valor de la leche materna, examinar las fuerzas de mercado que influyen en los consumidores de alimentos, e identificar esfuerzos nacionales exitosos para controlar la venta de productos alimenticios basándose en razones sanitarias y éticas.
En la reunión están presentes más de 350 participantes de todas partes del mundo. Muchos de los delegados hacen campañas en favor del amamantamiento en sus propios países.
"(Esta es) la primera gran conferencia sobre la niñez que ha sido organizada sin el patrocinio de grandes compañías", apuntó Urban Jonsson, jefe en el sur de Asia del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF).
Los expertos opinan que el acto de amamantar no solo evita la desnutrición en los niños sino previene tambien infecciones, diarreas y deshidratación, que figuran entre las principales causas de mortalidad infantil. No obstante, gigantescas empresas de alimentos lácteos promueven sus productos como ideales para bebés.
Participantes en la reunión citaron el caso de una madre paquistaní que usó una muestra gratuita de un sustituto de leche materna. En pocas semanas, su bebé recien nacido debió ser hospitalizado por severa deshidratación y diarrea, causada por la mezcla del alimento con agua contaminada en biberones no estériles.
Otra madre en Estados Unidos tambien casi pierde a su bebé neonato por motivos similares. Recibió muestras gratuitas de alimento infantil cuando dejó el hospital. Las instrucciones para el uso estaban escritas en inglés, un idioma que le resultaba difícil leer dado su orígen hispano.
Cuando se agotaron las muestras, compró la misma marca en el supermercado pero se trataba de un concentrado. El bebé hubiera muerto si no hubiera recibido urgente tratamiento médico.
En los años '70 se descubrió en Canadá que los altos niveles de metal tóxico en un bebé provenían de un recipiente eléctrico usado para hervir el agua y mezclarla con el alimento infantil.
Con el fin de proteger el amamantamiento, la Organización Mundial de la Salud (OMS) adoptó hace 15 años un Código Internacional de Mercadeo de Sustitutos de Leche Materna. Pese a que se pidió a los gobiernos que pusieran en vigor el código para 1995, muchas naciones latinoamericanas, asiáticas y africanas actuaron con gran lentitud.
Incluso pioneros en campañas en favor de la leche materna retrocedieron. Guatemala fue el primer país latinoamericano que puso en vigor hace 10 años una ley para regular las ventas de sustitutos de leche materna, cuando designó un experto del Ministerio de Salud para supervisar su implementación.
Sin embargo, las autoridaders guatemaltecas retrocedieron cuando se produjo la primera confrontación con un fabricante internacional de alimentos para bebés, Gerber, que negó haber violado las normas.
Ruth Elena de Arango, de Guatemala, expresó que "disponemos de un código, pero es letra muerta… Seguimos luchando para recuperar nuestra cultura de amamantar".
Los alimentos son un gran negocio y las preferencias de los consumidores son dictadas cada vez más por la facilidad de obtenerlos y la promoción de productos pre-envasados vendidos por grandes empresas, señalaron delegados en la reunión de WABA.
La tendencia de estandarizar productos alimenticios que son promocionados internacionalmente ha llevado al abandono de dietas locales y tradiciones culinarias, aumentando los costos de víveres hogareños y reduciendo los niveles nutritivos, agregaron.
El amamantamiento cuesta muy poco a las madres y las familias, mientras la alimentación artificial puede consumir del 20 al 90 por ciento del ingreso hogareño, además de los costos sanitarios para curar niños enfermos.
Para millones de familias, el precio de una sola lata de alimento infantil puede privar durante días de comidas nutritivas al resto de los miembros del grupo familiar.
WABA considera que la leche materna constituye "la base de la seguridad alimentaria, la economía, los recursos naturales, la sustentabilidad y las comunidades, además del futuro de la gente y el planeta", un punto de vista compartido por David Korten, un severo crítico de las corporaciones transnacionales.
"El amamantamiento tambien es una industrria no contaminada", sentenció Korten. No produce desperdicios, no requiere el uso de tierra, agua, metales, plásticos y combustibles, todos los cuales cuestan dinero y afectan el ambiente.
Si cada bebé fuera amamantado en Estados Unidos, ahorraría al mundo alrtededor de 86.000 toneladas de hojalata que serían empleadas para crear 550 millones de recipientes, además de 2.300 toneladas de papel para imprimir las marcas de alimentos infantiles. En 1987, fueron vendidos 4,5 millones de biberones solo en Pakistán. (FIN/IPS/tra-en/an/mu/ego/en).
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