HONG KONG: Cauto optimismo ante proximidad de traspaso a China //Balance y Perspectivas//

Más de medio millón de personas emigraron de Hong Kong desde 1984, cuando Gran Bretaña y China suscribieron un tratado que prevé la devolución de la colonia británica al gobierno chino para la medianoche del 30 de junio de 1997.

Un total de 50.000 personas abandonaron Hong Kong este año, frente a 46.000 el año pasado, reflejando el nerviosismo reinante en la población, especialmente en la clase media, a causa del traspaso.

Las cifras son altas, pero también demuestran que los ánimos han comenzado a calmarse, porque la situación actual, aunque permanece volátil, es mucho menos tensa que hace dos o tres años, observan los analistas.

En realidad la emigración se redujo significativamente luego del pico producido luego de 1989, a raíz del sangriento aplastamiento de manifestantes por la democracia en la plaza de Tiananmen. A comienzos de los años 90, el éxodo era de aproximadamente 62.000 personas por año.

El año pasado, por cada 100 personas que emigraban 60 retornaban, a menudo con pasaportes extranjeros en sus bolsillos, de acuerdo con el Instituto de Administración de Recursos Humanos de Hong Kong.

En general, la población de Hong Kong es optimista sobre el período pos-devolución de la colonia, ya que mientras persistan las diferencias políticas entre China y Gran Bretaña -y entre Beijing y los demócratas- su vida no sufrirá grandes alteraciones.

El Fondo Monetario Internacional lanzó este mes un informe en el que destaca la "significativa reducción de la incertidumbre sobre la naturaleza y los detalles de la histórica transferencia de soberanía".

Mientras, la Organización de Cooperación y Desarrollo Económico sostiene que el retorno al régimen chino sólo tendrá repercusiones económicas "menores", en la medida en que "gran parte del ajuste económico necesario está en marcha desde hace tiempo".

Algunos creen que estas visiones son demasiado simplistas. En Hong Kong, "los ánimos varían del más profundo pesimismo al optimismo desenfrenado, y se trata de evaluaciones honestas, no de simples relaciones públicas o posturas de propaganda", señaló Bob Broadfoot, de la Consultoría sobre Riesgos Económicos y Políticos.

"La visión más optimista es de los empresarios, especialmente de aquellos que han trabajado en China y saben las ganancias que pueden obtener. Ellos consideran la integración de Hong Kong a China como una oportunidad única", indicó Broadfoot.

En cambio, aquellos que se beneficiaron de privilegios coloniales, los conglomerados como Jardine Matheson y Swire, y los cuasimonopolios como Hong Kong Telecom son menos optimistas, según la consultoría.

"Las firmas que poseen grandes capitales de inversión en China manifiestan escasa o ninguna preocupación sobre el futuro de Hong Kong", afirmó Douglas Henck, vicepresidente de la Cámara Estadounidense de Comercio.

"El nerviosismo es más común entre los pequeños empresarios, que arriesgan bienes personales", explicó.

No obstante, existen sutiles señales de que muchas personas que hace algunos años hubieran emigrado, ahora están dispuestas a darle a Hong Kong una oportunidad, argumentando, además, que cualquier cambio será paulatino y probablemente no tendrá efectos hasta dentro de uno o dos años.

"Honestamente, no tenemos muy claro lo que pasará luego del traspaso de Hong Kong. Podría afectar la libertad de expresión, pero presumimos que tendrá escaso efecto sobre la industria manufacturera", manifestó Kiyoshi Yamanoi, un empresario japonés.

Algunos estudios demostraron que las corporaciones multinacionales con sede en Hong Kong han elaborado planes de contingencia para retirarse.

Sin embargo, es improbable que se produzca una fuga masiva de capitales el próximo año, porque "la mayor parte del dinero ya está en el extranjero", según una investigación de la Universidad China de Hong Kong para la firma Credit Lyonnais Securities Asia.

Casi un cuarto de los encuestados tenían la mitad de sus ahorros en moneda extranjera. "La encuesta refleja una visión pesimista", concluyó la Universidad China.

En particular, la inestabilidad en China continental es lo que causa mayor preocupación en la colonia. Según los analistas, el temor tiene más que ver con la posibilidad de un caos en China que con las intenciones de Beijing para Hong Kong. (FIN/IPS/tra- en/ap-ip/ys/ral/ml/ip/96

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