El gobierno y la guerrilla de Guatemala dieron otro paso hacia el fin de la guerra civil en América Central, con la firma en esta capital de la segunda parte de un histórico acuerdo de paz y el comienzo hoy en Madrid de negociaciones para el tercer acuerdo operativo.
Este lunes en Madrid representantes de ambas partes entraron en la difícil fase de llegar a un acuerdo sobre Bases de la Incorporación de la Unidad Revolucionaria Nacional de Guatemalteca (URNG) en la Vida Política del País.
El punto crucial de las negociaciones se centra en el estatuto jurídico de la URNG, que pretende conformarse en partido político tras los acuerdos.
La segunda parte del acuerdo, sobre reformas constitucionales, se firmó el sábado en Estocolmo. Finalmente, el 29 de diciembre, un acuerdo final de paz relacionado a un cronograma vinculante para el cumplimiento de los acuerdos deberá firmarse en Guatemala.
El proceso de paz está diseñado para encarar las raíces de 36 años de enfrentamientos armados, que causaron la muerte de entre 140.000 y 200.000 muertos.
Docenas de figuras internacionales que participaron en la ceremonia de firma en Estocolmo se sintieron especialmente satisfechas con la diversidad de guatemaltecos fuera y dentro del edificio de la cancillería sueca.
Una mujer indígena maya con un bebé de tres meses compartió el mismo espacio que militares guatemaltecos de alto rango vestidos de uniforme. El descubrimiento de las similitudes entre ellos es central para el futuro de los acuerdos.
Los mayas constituyen más de 60 por ciento de los 10.5 millones de habitantes de Guatemala, una comunidad históricamente excluida del poder político y el bienestar económico.
Ciertos pasos para restaurar el equilibrio han sido dados mediante pactos que aceptan los 21 dialectos maya en procesos legales, mientras un reciente acuerdo sobre la identidad y los derechos de los pueblos indígenas será reforzado por la firma del tratado de paz de Estocolmo.
Entre los firmantes el sábado figuraron Gustavo Porras, coordinador de la comisión de paz del gobierno de Guatemala, Carlos Gonzales, autoridad de la UNRG, y el mediador de paz de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), Jean Arnault.
La cuestión de las sanciones contra quienes no sigan el acuerdo aún se está discutiendo, dijo Arnault a los periodistas.
El mediador de la ONU añadió que "hay pequeños grupos dentro de Guatemala que encontrarán difícil desmovilizarse, que aún quieren continuar la guerra. Pero por supuesto hay leyes a las que apelar, no necesitamos el acuerdo para eso".
Pero hay otros problemas. Las partes aún no decidieron si las víctimas de la guerra serán compensadas y cómo, y si habrá amnistía para los culpables, añadió Arnault.
El ministro sueco de ayuda al desarrollo, Pierre Schori, prometió que su gobierno presionará al resto de los países de la Unión Europea a seguir el ejemplo de Suecia e incrementar la ayuda al desarrollo para Guatemala en 1997.
Suecia respaldará el proceso de paz y desarrollo el año próximo con 12 millones de dólares de ayuda para el fortalecimiento de la democracia a nivel local y nacional, el trabajo en derechos humanos, el fortalecimiento del sistema legal y la ayuda social y económica a los pobres. (FIN/IPS/tra-en/mp/rj/lp/ip-hd/96
