El líder guerrillero guatemalteco Rodrigo Asturias debió celebrar hoy en México, lejos de sus compañeros, la firma del cese al fuego con el gobierno de su país.
"No estar en la culminación de un proceso en el que participé produce dolor, pero también tengo alegría, pues está llegando al fin, están terminando 36 años de guerra", dijo Asturias a IPS.
Impulsor de un proceso de paz que se acerca a su fin, el dirigente guerrillero abandonó la negociación paradójicamente para alentarla.
En uno de los últimos actos previos a la firma de la paz definitiva el 29 de noviembre, la comandancia de la Unidad Revolucionaria Nacional Guatemalteca (URNG) y el gobierno del presidente Alvaro Arzú suscribieron este miércoles en Oslo el cese al fuego.
En su primera declaración pública tras su retiro de las negociaciones asumiendo el costo de un secuestro realizado en octubre por la Organización Revolucionaria del Pueblo en Armas (ORPA), uno de los cuatro grupos que integran la URNG, Asturias dijo tener sentimientos encontrados.
"Yo era el pretexto para interrumpir el proceso, por lo que decidí retirarme en un gesto político que permitiría avanzar hacia la paz", señaló Asturias, de 57 años, 25 de cuales dedicó a la guerrilla.
Debido a las consecuencias políticas del secuestro, al que calificó de acción "inconsulta, fuera de control y errada", no sabe si asistirá a la firma de la paz definitiva el día 29, en la capital de Guatemala, en un acto que contará con unos 2.000 invitados, entre ellos varios presidentes.
El guerrillero, conocido como Gaspar Illom, nombre del protagonista del libro "Hombres de Maíz", escrito por su padre, el Premio Nobel de Literatura, Miguel Angel Asturias, acusó a fuerzas reaccionarias "paleolíticas" representadas en el Frente Republicano Guatemalteco de haber utilizado el secuestro.
El secuestro de la empresaria Olga Novella, de 86 años, por un comando de la ORPA y su posterior liberación a través del canje de un guerrillero, acto negociado por el gobierno de Arzú, interrumpió el proceso de paz a fines de octubre.
Por el hecho incluso se inició un proceso judicial contra el presidente guatemalteco.
Según Asturias, el secuestro de Novella fue un acto inconsulto que tuvo la intención de resolver una situación económica difícil dentro de su organización.
"Obviamente fue un problema serio en la negociación, pero no tenía ni las implicaciones ni la gravedad que quisieron darle fuerzas que están contra la paz, incluso algunos militares", expresó.
El comandante guerrillero, quien ha vivido en México durante varios períodos de su vida, lamentó que haya debido dejar la negociación en el último tramo del proceso paz. En privado y lejos de sus compañeros, Asturias celebró la firma de los nuevos acuerdos en Europa.
Tras la firma del cese al fuego en Oslo, las delegaciones suscribirán el próximo sábado en Estocolmo el acuerdo referente a reformas constitucionales y régimen electoral y el día 12, en Madrid, el acuerdo sobre la reinserción de la guerrilla.
Al referirse al futuro, Asturias indicó que espera regresar a Guatemala para participar activamente en la construcción del partido político de la URNG, proceso que se iniciará luego de la firma de la paz.
Dijo no estar arrepentido de una actividad que lo llevó a la cárcel y al exilio, y que causó problemas a su primera y segunda esposa, con las que tuvo dos hijos.
"Mi vida la dediqué a la lucha, nosotros no fuimos a la guerra porque hayamos tenido aficiones militares", sino porque no había otra salida, expresó.
"Me tocó la lucha rural, la formación del frente urbano, el trabajo de unidad, además hice todas las actividades del combatiente hasta asumir tareas de dirección. Hemos desarrollado las tareas desde el inicio al final y sin dogmantismos", añadió.
Asturias aseguró haber atendido durante su vida uno de los principales consejos de su padre -"no cambiar la Iglesia Católica por el marxismo, no ser dogmático"- y dijo que aprendió mucho de sus obras.
"Son un testimonio de mi país, de la riqueza y del sufrimiento", afirmó el líder guerrillero.
Adoptó el nombre de Gaspar Illom al fundar ORPA, a principios la década del 70, pues fue un personaje que desde muy joven le llamó la atención. En "Hombres de Maíz", Illom es un indígena que se levanta por la demanda de tierra.
"En la lucha de guerrillero siempre estuve dipuesto a ir hasta las últimas consecuencias, y ahora igual en la política. Mi padre compartía nuestras ideas, pero no podía aceptar el peligro de la guerra, en ese punto tuvimos discrepancias", recordó Asturias. (FIN/IPS/dc/ag/ip/96