EUROPA: La integración del Este sólo comenzaría en el 2005

En la perspectiva más optimista, la integración a la Unión Europea (UE) de las economías en transición más avanzadas de Europa del 4ste se concretaría únicamente a partir de la segunda mitad del decenio venidero, predijo un estudio de Naciones Unidas.

El pronóstico de la Comisión Económica de las Naciones Unidas para Europa (CEE/ONU) enfría las expectativas de un ingreso más cercano, en el 2000, como preveía el entusiasmo de líderes políticos de Europa oriental.

"Aún para las economías en transición líderes esa fecha tan próxima parece impracticable", observó Paul Reyment, director de Análisis Enonómico y Proyectos de la CEE/ONU.

Por razones que exceden la economía y se extienden hasta la seguridad, las dos partes alientan la idea de la fusión.

Sin desdeñar la posibilidad de negocios suculentos, el principal interés de la UE reside en el mantenimiento de la seguridad y de la estabilidad política en los países ex socialistas del continente.

Para los políticos que conducen los procesos de cambios en los países del este, la incorporación de sus economías al andamiaje de la UE puede vigorizar las nuevas instituciones gubernamentales y aumentar la seguridad en la región.

El aplazamiento de las primeras incorporaciones obedece a dificultades de ambas partes.

La UE está empeñada en un proceso de redefinición de sus normas, concebidas para armonizar a seis países y ahora responsables del concierto de 15 instrumentos.

La Conferencia Inter-Gubernamental de la UE comenzó a sesionar en marzo en Turín, Italia, con la misión de pulir el Tratado de la Unión Europea (conocido como Tratado de Maastrich) y de definir las modalidades de la acción futura del bloque regional.

Las conclusiones de la Conferencia se conocerán en junio de 1997 y sólo a partir de entonces podrá comenzar el proceso de negociación de nuevas admisiones al círculo europeo.

Los primeros en la fila de los negociadores, en espera desde 1990, son Chipre y Malta, aunque las recién electas autoridades maltesas anunciaron que no avanzarán con su solicitud de incorporación.

Detrás siguen 10 países firmantes del Acuerdo Europa con la UE. Son Bulgaria, República Checa, Eslovaquia, Eslovenia, Estonia, Hungría, Letonia, Lituania, Polonia y Rumania.

Pero el estudio de la ONU, conocido esta semana, admite la posibilidad de que la Conferencia Inter-Gubernamental fracase en la solución de los problemas que enfrenta la UE, especialmente en los relacionados con la adopción de decisiones y con la estructura institucional.

En ese caso, la incorporación de los países de Europa del este podría aplazarse indefinidamente "con un riesgo considerable de efectos negativos en el desarrollo de sus mercados económicos y de sus nuevas instituciones democráticas".

Si todo marcha sobre rieles, en 1998 quedaría abierto el proceso de negociaciones con Chipre y, eventualmente, Malta.

Para que las expectativas de los políticos de Europa oriental se cumplan haría falta que en apenas dos años se completen las negociaciones y las ratificaciones parlamentarias.

Las incorporaciones de Grecia, Portugal y España a la UE demandaron discusiones diplomáticas y trámites institucionales que se extendieron entre 16 y 17 años.

Basada en esos calendarios, la CEE/ONU calculó que aún en el caso de negociaciones sin tropiezos y de ratificaciones rápidas, sería improbable que la economía en transición más avanzada se una a la UE antes de mediados de la década próxima.

Otra cuestión que sobresale en el panorama de las negociaciones es la variedad de los postulantes a la admisión en el sector oriental.

La clasificación de la CEE/ONU identifica a 12 economías en transición de Europa del este, que a su vez subdivide en cuatro de Europa central (República Checa, Eslovaquia, Hungría y Polonia) y ocho de Europa del sur (Albania, Bulgaria, Rumania, Bosnia- Herzegovina, Croacia, Eslovenia, Macedonia y Yugolsvia).

El grupo se amplía con los tres estados bálticos: Estonia, Letonia y Lituania.

Para completar figuran los miembros de la Comunidad de Estados Independientes (CEI), que incluyen a Armenia, Azerbaiyán, Belarús, Georgia, Kazakstán, República Kirguisa, República de Moldova, Federación Rusa, Tayikistán, Turkmenistán, Ucrania y Uzbekistán.

En la última categoría aparecen Rusia y otros ex miembros de la desaparecida Unión Soviética con los cuales la UE comparte intereses en una gama muy amplia de actividades.

El organismo de la ONU previno que al escoger los primeros países para la admisión, la UE debería recordar que sus intereses estratégicos descansan en el desarrollo económico y en la estabilidad política de todos los países.

Por esa razón, reclamó a la UE una política coherente que apoye el proceso de transición y aseguren que la incorporación de algunas economías en transición no afectará los intereses de las que queden afuera.

De lado de los países en transición, los requisitos que deben llenar para la admisión a la UE son: establecimiento de los democracia, protección de los derechos humanos y funcionamiento de una economía de mercado.

La CEE/ONU aconseja a las economías en transición que para abreviar la espera se dediquen a profundizar las aperturas de sus economías y a ganar credibilidad mediante esfuerzos de transformción sustanciales.

El estudio previene que el aplazamiento de los ingresos más allá de las expectativas de los aspirantes de Europa del este crea el peligro de una amplia desilusión con el "Proyecto Europa" en las economías en transición y el riesgo consiguiente de inestabilidad política y de inseguridad en la región. (FIN/IPS/pc/dg/if-ip/96

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