ESPAÑA: El gran problema sigue siendo ETA //Balance y Perspectivas//

El gran problema en España sigue siendo la organización separatista vasca ETA, pues en este año la economía mejoró y la política se estabilizó, en una tendencia que promete continuar en 1997.

ETA ha superado su propia marca, al convertir a una de sus últimas víctimas en la persona que ha permanecido mayor tiempo secuestrada. El funcionario de prisiones José Antonio Ortega Lara cumplió 342 días en cautiverio el martes 24, uno más que el empresario José María Aldaya, liberado a principios de este año.

A ese secuestro ETA sumó en 1996 el del joven empresario vasco Cosme Declaux, así como atentados con bombas y a balazos, con heridos y muertos.

Además, como una novedad de los últimos años, continuamente centenares de adolescentes se manifiestan con violencia en las ciudades del País Vasco en apoyo de los independentistas.

También como una novedad de los últimos años continúan ganando fuerza los movimientos por la paz en aquella región. El más fuerte de ellos, "Gesto por la paz", realiza manifestaciones en todas las ciudades vascas, reclamando el fin de la violencia y enfrentándose pacíficamente a los simpatizantes de ETA.

Si en el conflicto vasco los duros golpes policiales contra los separatistas se alternan con las acciones de ETA, en el plano económico la tendencia general es favorable, ya que según las previsiones, se logrará el objetivo de poner la inflación por debajo de 3,5 por ciento al finalizar este año.

El crecimiento del producto interior bruto (PIB) se estima que al finalizar el año será de 2,2 por ciento, inferior en seis décimas al de 1995. No obstante, la economía marca una tendencia expansiva tras la baja registrada en el cuarto trimestre del año pasado y el primero del actual.

El crecimiento del PIB se ha basado en mayor medida en el comercio exterior, ya que la demanda interna sigue retraída. La persistencia de fuertes tasas de desempleo, por encima de 20 por ciento de la población activa, se encuentra en la base de esa retracción de la demanda.

Particularmente notoria es la falta de inversión en la industria de la construcción, lo que ha llevado al gobierno a preparar una modificación en las leyes sobre uso de los terrenos. Hasta ahora los municipios generaban gran parte de sus ingresos en los impuestos para permitir edificar edificios.

Según el plan del gobierno, todos los suelos serán edificables, a menos que lo impidan razones históricas o medioambientales.

Fuentes gubernamentales manifiestan su satisfacción por la situación económica, ya que se ha recuperado el crecimiento al mismo tiempo que baja la inflación.

Las dos mayores centrales sindicales españolas, Unión General de Trabajadores (UGT, pro socialista) y Comisiones Obreras (CCOO, de origen comunista), plantearán en 1997 que el salario mínimo se aumente en 7,1 por ciento.

El reclamo se basa en la necesidad de recuperar el poder adquisitivo perdido en los últimos años. El gobierno acepta aumentar sólo 2,6 por ciento, equivalente a la inflación prevista para el año próximo.

La diferencia entre las dos posiciones permite prever una dura negociación y, según fuentes sindicales, huelgas y manifestaciones.

En el plano político, la estabilización parece ser la norma. El gobierno del centroderechista José María Aznar aparece sustentado por los diputados de su propio partido y por los nacionalistas moderados del País Vasco, Cataluña, Valencia e Islas Canarias.

La oposición mayoritaria, del Partido Socialista Obrero Español (PSOE) y de la coalición Izquierda Unida (IU), cumple su papel de oposición en el parlamento con la vista puesta en el calendario electoral, pero sin afectar a la estabilidad gubernamental.

Con ese panorama, en 1997 la mirada se dirigirá sin muchas esperanzas hacia la evolución del conflicto vasco y con mayor optimismo hacia la economía.

Si se cumplen las previsiones de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), que agrupa a los países más industrializados, España superará el crecimiento del PIB de 1996 y bajará aún más la inflación. Para un año después, se espera que descienda un punto el porcentaje de desocupación.

España continuaría encabezando la lista de países con mayor desempleo pero, si se cumplen las previsiones de la OCDE, la tendencia habría comenzado a bajar. (FIN/IPS/td/ag/ip-if/96

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