EE.UU.: Delegada ante ONU será primera mujer secretaria de Estado

Madeleine Korbel Albright, designada hoy por el presidente Bill Clinton como la primera mujer secretaria de Estado de Estados Unidos, asumirá el nuevo cargo llevando a cuestas un considerable bagaje de su mandato como embajadora ante la ONU.

Mientras Albright se prepara para asumir la secretaría de Estado el mes próximo, deja atrás una amarga lucha por la elección del próximo secretario general de la ONU (Organización de las Naciones Unidas).

La lucha fue iniciada en gran parte debido a la desaprobación de Albright respecto del actual secretario general, el diplomático egipcio Boutros Boutros-Ghali.

"En realidad ella fue la responsable del conflicto sobre la reelección de Boutros-Ghali", dijo a IPS un alto funcionario de la ONU que solicitó reerva.

"Resulta extraño que alguien que concibió una política tan mala y la ejecutó tan imperfectamente reciba una designación que se asemeja a un premio. Esto no habla bien de las decisiones de Clinton", agregó el funcionario.

Existe gran rechazo en el foro mundial a los comentarios de Albright sobre Boutros-Ghali, incluyendo su declaración el mes pasado de que "él no figura en el puente de Estados Unidos hacia el siglo XXI".

Hasta cierto punto, sostienen los diplomáticos, Washington y la ONU están en malas relaciones debido a la creciente animosidad personal entre la embajadora estadounidense y el secretario general.

"Lo que no entiendes, Boutros, es que tú eres mi problema", replicó Albright a Boutros-Ghali el año pasado cuando el secretario general se quejó del escaso apoyo de Estados Unidos a las operaciones de la ONU.

Públicamente, en cambio, diplomáticos de la organización mundial sólo tenían elogios el jueves para Albright, nacida en Checoslovaquia, como primera mujer a cargo de la política exterior de Estados Unidos.

"El secretario general está encantado" y "la ONU espera una relación muy estrecha con Estados Unidos", declaró el portavoz Juan Carlos Brandt, quien destacó la "cálida relación" entre Boutros-Ghali y Albright.

La próxima secretaria de Estado "posee una visión para un mundo pacífico en el próximo siglo", manifestó el embajador de Corea del Sur, Park Soo Gil.

Más allá de las declaraciones diplomáticas, los antecedentes de Albright despiertan algunos temores sobre la dirección que podría imponer a la política exterior de Estados Unidos.

Tomando elementos de su antigua carrera como profesora de política internacional en la Universidad de Georgetown, dividió a los países del mundo en "buenos ciudadanos", "estados renegados", como Iraq y Libia, y "países fracasados", como Somalia.

"Nuestra tarea consiste en aislar a los países renegados y levantar a los fracasados", dijo en 1993 al explicar el apoyo de su gobierno a la misión de la ONU en Somalia, la cual, tras la muerte de 18 soldados estadounidenses en Mogadiscio, contribuyó a enfriar las relaciones entre la Casa Blanca y el foro mundial.

Junto a su aliado intelectual, el ex secretario de defensa Zbigniew Brzezinski, Albright promovió políticas de línea dura contra los "renegados", defendiendo estrictas sanciones contra Iraq y Libia y criticando duramente a Cuba por el derribo de dos avionetas estadounidenses el pasado febrero.

Esa postura provocó a menudo, en el ambiente de la ONU, la ira de diplomáticos del Sur en desarrollo, especialmente de países musulmanes.

Sin embargo, la insistencia de Albright en presionar a los países que no atienden las consideraciones de Estados Unidos contribuyó a causas como la defensa de los bosnios musulmanes de los ataques de los serbobosnios.

Mediante una estrecha relación con el embajador bosnio Muhamed Sacirbey, Albright llamó la atención hacia la violación de los derechos humanos de la población bosnia musulmana, obligando a la ONU a adoptar medidas más duras contra los serbobosnios y aun forzando a la Casa Blanca a abandonar su anterior postura.

Diplomáticos de la ONU también esperan que Albright utilice su nuevo cargo para obligar al Congreso, de mayoría republicana, a pagar las contribuciones atrasadas al foro mundial, situadas actualmente en 1.500 millones de dólares.

"Se lleva bien con los republicanos, incluso con gente como (el senador ultraderechista) Jesse Helms", destacó un diplomático estadounidense.

Otras fuentes, sin embargo, consideran que Albright no es "un peso pesado" en la comunidad internacional sino "una oportunista", como declaró un analista de Washington.

Pero Albright es ante todo un símbolo, y así lo señaló el propio Clinton al designarla.

"El ascenso de una mujer criada a la sombra del nazismo en Checoslovaquia al más alto puesto diplomático de Estados Unidos dice algo sobre nuestro país", destacó el presidente. (FIN/IPS/tra-en/fah/yjc/ml/ip/96

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