De todos los temas que conforman la agenda política de Ecuador para 1997, el de la libre convertibilidad de la moneda regirá el debate, según analistas y líderes de opinión de este país andino.
El plan de libre convertibilidad "despertó el interés de todos los sectores del país", ya que "no sólo se refiere a la transformación de las variables económicas, sino a cuestiones de fondo que definirán el curso del país hacia el próximo siglo", dijo a IPS Boris Cornejo, de la Fundación Esquel.
"Nuestro programa económico sentará las bases de un Ecuador moderno y nos conducirá hacia el siglo XXI", afirmó el presidente Abdalá Bucaram, quien anunció que la libre convertibilidad entrará en vigor a partir del 1 de julio de 1997
Esta iniciativa, que toma como modelo el plan económico aplicado en Argentina en 1991 por el ex ministro de Economía Domingo Cavallo, consiste en que cada sucre (moneda local) que circule se encuentre respaldado por la reserva monetaria internacional.
Bajo este sistema, se adoptará un tipo de cambio fijo respecto del dólar, en lugar del modelo de bandas de flotación que rige en la actualidad.
Esto "nos quita la tentación de devaluar la moneda para realizar ajustes económicos y elimina la especulación", dijo Bucaram.
Sin embargo, "al no existir posibilidades de devaluar la moneda, los ajustes se dan vía desempleo y recesión productiva, como sucedió en Argentina", dijo a IPS Alberto Acosta, consultor del Instituto Latinoamericano de Investigaciones Sociales (ILDIS)
Acosta afirmó que "si bien en Argentina se llegará a obtener un índice inflacionario de cero por ciento para 1996, ahora registra la mayor tasa de desempleo de su historia, que supera el 17 por ciento de la población económicamente activa".
Para que la convertibilidad entre en vigencia, el gobierno de Ecuador ha dispuesto una serie de medidas de ajuste fiscal, tributario y laboral, que se aplicarían dentro del primer semestre del año próximo y están actualmente en discusión en el parlamento.
Entre las medidas más polémicas se encuentra la llamada flexibilización laboral, el aumento del impuesto al valor agregado, aranceles extraordinarios a bebidas y cigarrillos, la ampliación de la base tributaria y un impuesto especial a los automóviles.
La propuesta del gobierno aún no ha entrado en vigor "y muchos industriales ya comienzan a demostrar su temor", apuntó Acosta, quien señaló que algunas empresas del sector automotor ya han despedido al 50 por ciento de su personal, en espera de un período recesivo.
"Seguimos buscando la fórmula mágica intentando profundizar las recetas neoliberales, ahora la gran apuesta ha sido hacia la convertibilidad con sus temas de moda como la flexibilización laboral", comentó el experto.
Si 1996 fue el año de la expectativa política, por las elecciones generales de marzo, "en 1997 privará la incertidumbre por el destino económico de nuestro país", comentó Patricia Palacios, de la Coordinadora Política de Mujeres.
"El año que se va fue el de las sorpresas", dijo Palacios. "Después de un duro proceso electoral logró vencer Bucaram con su discurso populista, para luego presentarnos un proyecto económico más acorde con las tesis derechistas y neoliberales".
"Las cartas están sobre la mesa, sabemos los aspectos positivos y los inconvenientes del modelo bucaramista y sólo nos queda esperar y expresar nuestra opinión de todas las formas posibles", añadió.
Todos estos factores hacen que 1997 "se vislumbre como un año muy movido, con constante agitación social", señaló Cornejo, para quien "existen muchos sectores de la población que no están conformes con las propuestas económicas del gobierno", pues significan duros sacrificios para todo el pueblo.
En 1997 no se pueden esperar buenos indicadores económicos, anticipó el experto, ya que habrá un difícil proceso de transición "y si el modelo funciona los efectos positivos no se comenzarán a sentir hasta un año después».
"El liderazgo de Bucaram, su capacidad histriónica y su gran capacidad de comunicación con el pueblo ecuatoriano será en definitiva la única posibilidad de lograr el consenso necesario para que la convertibilidad tenga éxito y, por lo tanto, para tener un año positivo», concluyó Cornejo. (FIN/IPS/mg/ag/ip-if/96
