/DERECHOS HUMANOS/ARGENTINA: Niñas trabajadoras, negadas por las estadísticas

El alto índice de desempleo arrojó en los últimos años en Argentina a miles de niñas y niños a las labores peor calificadas: venden flores en la calle, abren las puertas de los autos, lavan parabrisas, hurgan en la basura, hacen tareas domésticas. O son víctimas de la explotación sexual.

En este sentido, las niñas -incluídas las extranjeras de países limítrofes- son las trabajadores infantiles "invisibles" por excelencia, ya que son principalmente empujadas a trabajar en el servicio doméstico sin registro, o son obligadas desde cada vez mas pequeñas a ofrecer su cuerpo a cambio de dinero.

El trabajo infantil más vulnerable es aquel que no está registrado, y por lo tanto se torna casi imposible de proteger.

El aislamiento, el abandono de los estudios, la explotación y los abusos son las características de las tareas domésticas de los niños, sin que se reflejen en las estadísticas.

Estas conclusiones se divulgaron este miércoles en la presentación del informe del Estado Mundial de la Infancia 1997 elaborado por Unicef, con la presencia de la directora regional Marta Maurás, de visita en Buenos Aires.

Maurás difundió además una investigación sobre trabajo infantil en Argentina, un fenómeno estrechamente asociado al desempleo que se ubicó en 17,1 por ciento en mayo.

Un estudio del Centro de Estudios Macroeconómicos señaló este mes que 45 por ciento de los argentinos en edad de trabajar tienen problemas de empleo.

El trabajo infantil se observa principalmente en los países en vías de desarrollo. En América Latina trabaja un niño por cada cinco. Si se recorren los distintos países, Haití, Guatemala, Brasil y República Dominicana son los peor ubicados en los registros de la Organización Internacional del Trabajo (OIT).

En diálogo con IPS, el sociólogo Silvio Feldman, autor de la investigación sobre "Los niños que trabajan en Argentina", dijo que "en un contexto social de deterioro, con altos niveles de desempleo, muchas familias empujan a sus hijos a buscar ingresos y facilitan la acción de quienes se aprovechan de esa necesidad".

Sin embargo, el presidente Carlos Menem, quien asistió a la presentación del informe junto a la directora regional de Unicef, aseguró que entre 1990 y 1996 la pobreza registró un retroceso de 50 a 15 por ciento, la desocupación bajó y el número de niños que trabajan también descendió.

Menem aseguró que en 1990 eran 200.000 los niños que trabajaban y ahora son 149.000, según los datos del Consejo del Menor y la Familia.

No obstante, el estudio de Feldman, basados en censos y encuestas oficiales, indica que en 1995 eran 252.000 los niños que trabajaban entre los seis y los 14 años.

Si se clasifica el trabajo infantil por género, los varones duplican el número de mujeres, pero si la encuesta pregunta sobre las "actividades domésticas", las niñas argentinas representan 62,7 por ciento y los varones 43,3 por ciento.

Respecto de la explotación sexual, el director del Consejo del Menor y la Familia, Atilio Alvarez, advirtió que la edad promedio de iniciación de las niñas y niños captados para esta actividad bajó de 14 a 12 años "a pedido de los clientes".

Alvarez señaló además que ocho por ciento de la pornografía involucra a menores.

El funcionario había señalado además que este año se notificaron cinco veces más casos de recién nacidos arrojados a la intemperie que lo que había sucedido anteriormente.

"A ciertas causas sociales como la pobreza deben sumarse detonantes que coinciden, como alguna enfermedad mental de los padres", explicó.

Alvarez observó asimismo que en los últimos dos años el alto desempleo provocó un crecimiento del fenómeno de "cirujeo", como se conoce a las carretas tiradas por caballos en la ciudad, con familias que van hurgando entre los residuos domiciliarios.

En el mundo, el informe de Unicef señala que son 250 millones de niños los que fueron empujados a trabajar, lo que les impide seguir con sus estudios. El documento advierte además sobre la persistencia de un mito que sostiene que los niños explotados trabajan principalmente en industrias para la exportación.

Sólo cinco por ciento de los menores son empleados en fábricas.

"Si permitimos que se difunda la noción de que los niños más explotados trabajan todos en el sector industrial exportador, prestaríamos un mal servicio a la gran mayoría de niños que trabajan en condiciones virtualmente invisibles", reza el informe.

El documento también cita un estudio de la OIT según el cual 56 por ciento de los niños trabajadores de entre 10 y 14 años son varones, pero advierte que si se pudiera registrar el trabajo doméstico la mayor proporción de trabajadores infantiles serían niñas.

Unicef señaló además que las menores que son empleadas en casas de familia -en Argentina la mayoría son bolivianas o paraguayas- padecen muchas veces no sólo la falta de escolarización sino el abuso sexual por parte de los adultos.

"Los trabajadores domésticos infantiles son los niños mas olvidados del mundo", alerta el estudio del organismo.

"Las niñas trabajadors son a menudo invisibles, se las trata como si no existieran", asegura el informe.

Además advierte que al igual que sus madres las jóvenes realizan jornadas laborales más largas y peor pagadas que los menores varones, "una disparidad de géneros que se convierte así en un círculo vicioso". (FIN/IPS/mv/jc/pr-hd/96

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