DERECHOS HUMANOS: Tribunal contra impunes plantea reunión mundial

La reunión sobre "Impunidad y sus efectos en los procesos democráticos", que se celebra en esta capital, planteó la creación de una Corte Internacional Penal permanente para sancionar violaciones de derechos humanos.

Representantes de organizaciones humanitarias de América Latina, Estados Unidos, Canadá y Europa y de países tan lejanos como Filipinas y Camerún participan en el seminario inaugurado este viernes y finalizará este domingo.

El argentino Adolfo Pérez Esquivel, Premio Nobel de la Paz de 1980, subrayó la necesidad de impulsar la creación de un tribunal internacional, ante la gravedad de la impunidad de los crímenes contra los derechos humanos.

Pérez Esquivel y Fabiola Letelier, presidenta del Comité de Defensa de los Derechos del Pueblo (Codepu) de Chile, advirtieron que la falta de castigo a los autores de atropellos está propiciando renovadas formas de violación de derechos humanos.

En este seminario internacional participan varias personalidades mundiales, encabezadas por el francés Louis Joinet, relator especial de Naciones Unidas contra la impunidad a la violación de derechos civiles y políticos.

El objetivo general del encuentro es analizar la respuesta de los gobiernos y la sociedad civil a los fenómenos de violaciones masivas de derechos humanos, que en su fase más reciente comenzaron en América Latina en la década del 70.

Los crímenes de lesa humanidad cometidos en la región por los regímenes dictatoriales en nombre de la seguridad nacional se extendieron en los últimos años a otras regiones en conflicto, particularmente a la antigua Yugoslavia y áreas de Africa.

Un denominador común de estos procesos es que los asesinatos políticos y las desapariciones forzadas, así como las prácticas de tortura, salvo muy escasas excepciones, no han sido aclarados judicialmente y no han tenido sanción legal.

"Somos el grito de una humanidad que se niega a que el olvido sea la expresión del crimen", es uno de los lemas de este seminario, organizado por Codepu, la Fundación de Ayuda Social de las Iglesias Cristianas (Fasic) y la filial chilena del Servicio Paz y Justicia (Serpaj-Chile).

Las organizaciones no gubernamentales son un actor central en la lucha por los derechos humanos, que en la década del 70 tuvo como eje la demanda de amnistía para los presos políticos de las dictaduras latinoamericanas, señaló Joinet.

En la década siguiente, las movilizaciones debieron dirigirse contra las leyes de autoamnistía que expidieron los dictadores en su propio beneficio junto a otras leyes de impunidad, agregó el relator especial de Naciones Unidas.

Con la caída del Muro de Berlín, la presente década se abrió bajo el signo de la reivindicación de la democracia y con la esperanza de que por fin se podría juzgar y sancionar los crímenes contra los derechos humanos, agregó Joinet.

Hoy, se vive una cuarta etapa de lucha contra la impunidad, impulsada por la sociedad civil, pues la realidad muestra que pocos gobiernos en el mundo tienen voluntad política para actuar en esa dirección, puntualizó el experto internacional.

La humanidad debe asumir una "trilogía" ante los crímenes de lesa humanidad, que consiste en saber la verdad, hacer justicia sancionando a los culpables y dar una adecuada reparación a las víctimas, dijo Joinet.

Pérez Esquivel fustigó los argumentos de defensa de la estabilidad de "no arriesgar" la democracia que se dan en países latinoamericanos para permitir leyes de impunidad y no juzgar a militares por crímenes y desapariciones forzadas.

"Estos planteamientos significan invitar al olvido en nombre de garantizar el futuro. Pero una sociedad que borra el pasado y no extraen lecciones de él no se colocan frente al futuro, sino ante un abismo", indicó.

"Los fantasmas de las dictaduras quieren inculcarnos el miedo y del miedo a la cobardía hay un solo paso. Pero no podemos vivir en la cobardía porque perdemos la identidad de ser personas", subrayó Pérez Esquivel.

El Nobel de la Paz criticó la indiferencia de los gobiernos frente a la impunidad y recalcó que cuando un Estado suscribe un instrumento como la Declaración Universal de los Derechos Humanos no sólo debe cumplirla, sino también exigir que otros Estados la cumplan.

Letelier dijo el viernes, en el discurso inaugural del seminario, que la gran odisea de este siglo y de los inicios del nuevo milenio es la lucha de la humanidad para que avance la conciencia universal en torno a los derechos humanos.

Esta lucha, dijo, tiene como centro a la persona humana y encuentra cuerpo en la democracia, que postula igualdad social, económica y cultural, y cuya meta es "asegurar el derecho de todos en todos los campos".

"A mayor democracia, hay mayor capacidad de sanción contra los violadores de los derechos humanos", expresó la abogada y hermana del ex canciller Orlando Letelier, asesinado por los cuerpos represivos de la dictadura del general Augusto Pinochet en 1976 en Washington.

Durante los regímenes dictatoriales en América Latina se produjeron 120.000 desapariciones forzadas como consecuencia de las prácticas de terrorismo de estado, que dejaron también un saldo de miles de asesinatos políticos, recordó Letelier.

"La impunidad en procesos de transición a la democracia atenta contra esa misma democracia, porque crea aberrantes privilegios, desconoce la igualdad ante la ley y es la negación del estado de derecho", señaló la presidenta del Codepu.

Latelier y Pérez Esquivel coincidieron en que la imagen de la impunidad repercute negativamente en las democracias como un estímulo a la corrupción y fomenta "la policía de gatillo fácil" y otras formas de abuso de autoridad.

"La impunidad multiplica el efecto de las atrocidades en las víctimas sobrevivientes de la represión y en sus familias, y nos ata además al pasado, atentando contra nuestra libertad de construir el presente y el futuro", recalcó la abogada.

Letelier hizo un llamado "a constituir un gran movimiento internacional contra la impunidad", y recalcó que se trata de una lucha por la democracia y el humanismo, que en su última acepción es una lucha por la paz. (FIN/IPS/ggr/mj/hd/96

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