Bajo una torrencial lluvia, esta ciudad de Bolivia se constituyó hoy en la capital hemisférica del desarrollo sostenible, como anfitriona de la cumbre que reunió a 15 jefes de estado y de gobierno de América.
Representantes de 34 de los 35 países de América, con la sola excepción de Cuba, fueron acogidos en esta urbe del oriente boliviano, situada 900 kilómetros al este de La Paz, orgullosa de su progreso económico y su tradición de hospitalidad.
La Cumbre de América sobre Desarrollo Sostenible marcó en Santa Cruz de la Sierra la continuidad del encuentro de gobernantes realizado en diciembre de 1994 en Miami y que se repetirá dentro de dos años en Santiago de Chile.
Los 900.000 cruceños distribuyeron este sábado su atención entre la cumbre y los preparativos de la peregrinación del 8 de diciembre al santuario de la patrona del Oriente, la Virgen de Cotoca, distante 21 kilómetros de la ciudad.
"Sabe (suele) llover el día de la Virgen, pero ahora la lluvia se adelantó para la cumbre", comentó un empleado del hotel House Inn, horas antes de que se levantara el bloqueo de las carreteras para las peregrinaciones hacia el santuario.
Las medidas de seguridad aislaron virtualmente a Santa Cruz del resto de Bolivia, sobre todo durante la llegada al aeropuerto de Viru Viru (voz autóctona que identifica a un ave de la región) de las delegaciones gubernamentales.
"Bajo el cielo más puro de América", como reza el primer verso del himno de Santa Cruz, fueron desplegados unos 5.000 policías que montaron rigurosos cercos de resguardo en torno a los puntos neurálgicos de la cumbre.
Los sitios más vigilados fueron el aeropuerto y la carretera hasta la ciudad, los hoteles Los Tajibos y Yotaú, sede de la cumbre y lugar de alojamiento de los mandatarios respectivamente, y el centro de prensa instalado en el Colegio Franco-Boliviano.
El despliegue policial no sirvió sólo para la protección de los visitantes, sino también para disuadir a la Central Obrera Boliviana (COB) de realizar una marcha de protesta ante la cumbre contra el gobierno del presidente Gonzalo Sánchez de Lozada.
La marcha contemplaba en su plataforma el rechazo a la privatización de Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB), materializada el miércoles último por el gobierno mediante una recapitalización de la empresa.
Edar Ramírez, presidente de la COB, acusó a las autoridades de ejercer medidas de amedrentamiento contra los trabajadores y de intimidar a la prensa para hacer fracasar la movilización de los sindicalistas.
Según Ramírez, es un contrasentido que en el contexto de la política económica neoliberal del gobierno de Sánchez de Lozada se realice una reunión para debatir sobre el desarrollo sostenible y fórmulas para terminar con la extrema pobreza.
Las protestas de la COB no alteraron sustancialmente el ambiente del encuentro hemisférico ni la vida de los "cambas", como se denomina también a los naturales de Santa Cruz en alusión a las etnias amazónicas.
El concepto del desarrollo sostenible no sólo se generalizó en la charla cotidiana de los santacruceños, sino que quedó además plasmado en un monumento a la cumbre, inaugurado el jueves, levantado a marcha forzada por 290 obreros.
El carácter de la cita hemisférica atrajo obviamente a los grupos ambientalistas, que realizaron debates paralelos, plantearon sus puntos de vista a la prensa e hicieron llegar públicamente sus propuestas a los gobiernos.
El universo ecologista concentrado en Santa Cruz incluyó desde las transnacionales ambientalistas, como Greenpeace y el Fondo Mundial de la Naturaleza, hasta expresiones alternativas latinoamericanas y de la propia Bolivia.
Desafiando a la lluvia, y en pleno desarrollo de la cumbre, llegó este sábado a la ciudad la marcha de un centenar de jóvenes comandantes de las brigadas de defensa ambiental de la comunidad campesina de Inti Wara (Estrella del Sol).
Los brigadistas, procedentes de Villa Tunari, en el valle del Chapare (Cochabamba), invirtieron siete días en cubrir los 200 kilómetros de camino hasta Santa Cruz para pedir a los presidentes una "pausa ecológica" en la depredación ambiental del continente. (FIN/IPS/ggr/en-ip/96)
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