Las numerosas ausencias de gobernantes, y la partida anticipada del vicepresidente de Estados Unidos, Al Gore, llevaron hoy a reducir a la sola jornada de este sábado la Cumbre de América sobre Desarrollo Sostenible, que tendrá lugar en esta ciudad de Bolivia.
Sólo 15 jefes de Estado y de gobierno de un total de 34 se reunirán en la cumbre con la esperanza de adoptar acuerdos que permitan vencer la pobreza mediante acciones que armonicen el crecimiento económico y la conservación ambiental.
Los organizadores del encuentro adelantaron para las 23,30 gmt de este sábado la ceremonia de firma de la Declaración de Santa Cruz y el Plan de Acción, aunque algunos mandatarios continuarán el domingo sus sesiones de trabajo.
Gore, principal figura de la cumbre, abandonará este mismo sábado Santa Cruz de la Sierra, ciudad del oriente de Bolivia, situada 900 kilómetros al este de La Paz, y lo mismo harán los presidentes Carlos Menem de Argentina y Fernando Henrique Cardoso de Brasil.
La jornada sabatina de la cumbre fue declarada "día de regocijo" por las autoridades de esta ciudad de 700.000 habitantes, la segunda de Bolivia, que ha sido el motor de desarrollo de este empobrecido país en las últimas décadas.
Un inédito operativo policial de seguridad, con más de 6.000 efectivos, se desplegó en toda la ciudad, que concentra en estos días la atención de más de 1.000 periodistas llegados de casi todos los países de América y de algunas naciones de Europa y Japón.
El encuentro pondrá fin a sobresaltos y conflictivas discusiones interamericanas de su agenda, que pusieron al desnudo las diferencias de un continente separado por abismales y viejas diferencias entre ricos y pobres.
Esta parte del mundo, integrada por 34 países de Norte, Centro, Suramérica y Caribe se caracteriza por una rica presencia cultural, de lenguas, de biodiversidad y recursos naturales, pero también por indicadores económicos y niveles de desarrollo humano extrapolados.
Así, mientras el PIB real per cápita más alto le corresponde a Estados Unidos y sus 24.680 dólares al año, los dos más bajos son precisamente del país anfitrión, Bolivia, con 2.510 dólares, y de Haití, con 1.050 dólares.
Esas diferencias, que se manifestaron en la discusión de los proyectos de Declaración y Plan de Acción, estuvieron a punto de hacer fracasar varias veces la cumbre, que finalmente se realizará este sábado con la asistencia de 12 presidentes y tres primeros ministros.
Aunque no se explicaron oficialmente las razones para reducir virtualmente la cumbre a un solo día, se supo que cambio obedeció a la prisa del vicepresidente de Estados Unidos, Al Gore, quien permanecerá en Santa Cruz "pocas horas" y retornará a su país el mismo sábado.
Los presidentes que asistirán son los de Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, El Salvador, Haití, Honduras, Nicaragua, Panamá, Paraguay, Perú, Suriname, junto con los primeros ministros de Belice, Santa Lucía y Canadá.
Las ausencias corresponden a los gobernantes de Estados Unidos, México, Guatemala, Colombia, Costa Rica, Venezuela, Ecuador, Uruguay y a la mayoría de las naciones del Caribe.
Pese a que concentrará a menos del 50 por ciento de los jefes de gobierno del hemisferio, se espera que la cumbre tendrá un alcance estratégico continental por los consensos alcanzados previamente sobre el complejo tema del desarrolo sostenible.
Así lo ratificaron voceros del gobierno anfitrión, que coinciden en calificaron los documentos que se firmarán este sábado como "importantes hitos en el diálogo político de América" por el fuerte alcance de sus recomendaciones en materia social.
El último mandatario en descartar su llegada a Santa Cruz fue el presidente José María Figueres, de Costa Rica, quien no logró la autorización del congreso de su país para el viaje.
El gran ausente de la cumbre es el presidente Bill Clinton, de Estados Unidos, país que convocó por primera vez en las últimas décadas a sus colegas de América a la Cumbre de Miami (1994), donde se decidió institucionalizar este diálogo, que tiene en la cita de Santa Cruz su primer resultado.
Pero la ausencia de Clinton en la cumbre no es casual, sino responde al desacuerdo con la forma en que el continente encaró el tratamiento del desarrollo sostenible, que no se redujo al componente ecológico e incorporó con mucho énfasis el enfoque social y de desarrollo humano para enfrentar la pobreza.
"A Estados Unidos no le interesaba esta cumbre, y siempre quiso disminuir su alcance y convertirla en un encuentro sobre medio ambiente. Washington tenía mucha desconfianza de los compromisos que pudiera implicar el desarrollo sostenible", dijo a IPS una alta fuente diplomática que pidió no ser identificada.
"En realidad, Estados Unidos nunca estuvo verdaderamente comprometido con el desarrollo de esta cumbre", agregó.
La fuente precisó que pese a esa oposición -que influyó mucho en la decisión de otros mandatarios de no asistir- se está construyendo un nuevo interamericanismo que si bien comenzó en Miami, tiene en Santa Cruz su extensión al brazo suramericano. (FIN/IPS/jcr/ggr/en ip/96