La Corporación Andina de Fomento (CAF) prestó a los cinco países andinos un total de 2.250 millones de dólares durante 1996, reveló hoy el presidente de la entidad, Enrique García, en su sede en Venezuela.
La CAF, el brazo financiero de la Comunidad Andina, canalizó este año 52 por ciento de los créditos otorgados por organismos multilaterales al bloque, frente a 33 por ciento en 1991.
El socio andino más beneficiado en 1996 fue Venezuela, con 673 millones de dólares, seguido de Ecuador, con 496 millones, Colombia con 339 millones y Bolivia y Perú con 287 millones cada uno, mientras que el resto fue a proyectos regionales.
García admitió que su entidad es la que puede presentar un mejor balance dentro del bloque andino, en un año en que la integración subregional tiene poco positivo que mostrar en materia de integración.
La única decisión política de aliento significativo fue la de modificar y actualizar las instituciones del grupo, nacido en 1969 y relanzado en 1989 con un nuevo acento en la liberalización comercial.
Pero las decisiones de los presidentes, adoptadas en la ciudad peruana de Trujillo, en marzo, no estarán listas el 1 de enero, como se había convenido, y habrá que esperar al primer trimestre para que entre en operación la Secretaría General y se modifiquen los órganos internos para conformar el Sistema Andino.
El máximo ejecutivo de la CAF, con una cartera de 2.724 millones de dólares y un patrimonio neto de 1.039 millones, se mostró confiado, no obstante, en que la Comunidad Andina recupere su vigor en 1997 y se concrete la negociación con el Mercado Comun del Sur (Mercosur) para una futura zona de libre comercio.
La negociación entre los dos bloques fracasó este año y este martes en la cumbre semestral del Mercosur (Argentina, Brasil, paraguay y Uruguay) en Fortaleza, sólo quedó ratificado el acuerdo bilateral con Bolivia.
García desmintió que la ambición de la CAF sea el de extenderse a todos los países sudamericanos, para transformarse en la gran agencia financiera de una liberalizada área comercial, pero precisó que sí apoyará decididamente acuerdos de integracion entre la Comunidad Andina y el Mercosur.
En cifras, el monto de préstamos aprobado es levemente inferior a 1995, cuando fue de 2.257 millones de dólares, lo que rompe una tendencia de continuo crecimiento, iniciada en 1991, cuando el total fue de 1.296 millones.
García, de origen boliviano, dijo al hacer balance sobre la actividad de la CAF este año, que el monto de préstamos va a mantenerse muy estático en el próximo período, pero que el gran cambio comenzó a darse en la calidad de los créditos que son ahora de largo plazo y orientados a fomentar la integración.
Otra nueva orientación es que la CAF promueve no ser determinante en la financiación de cada proyecto, manteniendo un nivel cercano a 30 por ciento, pero actuando como un "catalizador" que busca los recursos en otras fuentes.
"Así el efecto multiplicador es mayor", dijo García, quien en enero comienza un segundo período quinquenal al frente de la entidad, a la que ha convertido en un banco de desarrollo con una agresiva presencia en los mercados financieros internacionales.
En esta década Chile, Trinidad-Tobago y Brasil se sumaron a Chile como accionistas tipo C de la CAF, mientras Jamaica lo hará en enero y García espera lograr la adhesión en 1997 de Paraguay, para seguir después con Panamá, Argentina y Uruguay.
En 1996, la CAF pasó además a apoyar proyectos de integración que involucran a otros países del área, como la carretera entre el sur de Venezuela y el norte de Brasil, en la Amazonia, o el gasoducto entre Bolivia y Brasil.
En la actualidad, obtiene la mayoría de sus recursos de los mercados internacionales de capital, donde con diferentes instrumentos captó 1.436 millones de dólares, gracias a tener la mejor calificación de riesgo, junto con Chile, de América Latina.
García dijo que la CAF piorizó la mejora del transporte y la comunicación andina, porque la falta de estructura vial es uno de los mayores obstáculos al intercambio ya plenamente desgravado entre los cinco socios, salvo en el caso de Perú, que sólo tiene liberalizado 80 por ciento del comercio.
Otro aspecto que la CAF impulsa especialmente es el de la integración energética, además de apuntalar los programas de ajuste neoliberal de los cinco socios.
Pero Garcia destacó que desde este año se revertió la tendencia de esta década, en que el sector privado era el mayor destinatario de los préstamos, para volver a apuntalar proyectos de afianciamiento del papel regulador y social del Estado.
En 1995 los proyectos aprobados para el sector público totalizaron una asignación de 885 dólares, mientras que en 1996 va a ser de 1.231 millones, puntualizó Garcia. (FIN/IPS/eg/ag/if/96