COMERCIO: Vislumbran acuerdo Norte-Sur sobre textiles en Singapur

Los países en desarrollo consiguieron de las naciones industrializadas el compromiso de empezar a levantar las barreras arancelarias a la importación de textiles y vestidos en cumplimiento del acuerdo firmado hace dos años en el ex GATT.

Los datos filtrados de las reuniones a puertas cerradas que tienen lugar esta semana en Singapur durante la primera conferencia ministerial de la Organización Mundial del Comercio (OMC) indican que Estados Unidos y Canadá habrían retirado sus objeciones a una cláusula referida al sector textil.

El proyecto de declaración, que debe ser aprobado el viernes, incluye un punto dedicado a la apertura de mercados para productos textiles y de vestimenta, pero el acuerdo se habría producido a condición de que remita la resistencia de los países en desarrollo a la aceptación de la llamada "cláusula social".

Sin perjuicio de esos trascendidos, la ministro de Comercio de Malasia, Rafidah Aziz, desmintió este martes la existencia de tal pacto, diciendo que la conferencia de Singapur no es un foro negociador sino una simple "revisión" del proceso de la OMC.

Estados Unidos y Canadá objetaron inicialmente el párrafo sobre textiles y vestimenta, que en parte expresaba el compromiso de los países industrializados a "ejecutar total y específicamente las disposiciones del Acuerdo sobre Textiles y Vestimenta (ATC).

Los países en desarrollo aceptaron en la Ronda Uruguay de Negociaciones Comerciales, cuya Acta Final fue firmada en 1994, otras cuestiones sensibles como la liberación del comercio de tecnología de la información, en la perpectiva de que los viejos sistemas de cupos de importación serían suprimidos.

Sometidos a presiones para que aceleren la liberación en esas áreas, en particular por Estados Unidos, los países en desarrollo sostienen sin embargo que muchos países industrializados no han cumplido con su parte de aquella negociación, que es la apertura de los mercados a la importación de textiles y vestimenta.

Además, muchos países en desarrollo afirman que las naciones industrializadas intentan destruir los márgenes de competitividad de ciertas industrias del Sur introduciendo nuevas condiciones, como la llamada "cláusula social".

Los países industrializados aducen que los fabricantes de muchos mercados en desarrollo producen más barato gracias a la explotación ilegal de la mano de obra, como en el caso del trabajo infantil, para cuya erradicación proponen la aceptación de la cláusula social.

En especial los países asiáticos, donde la mano de obra es barata y las condiciones de trabajo son en ocasiones inferiores a las observadas en Occidente, se niegan a aceptar ese tipo de cláusula como condición para el cumplimiento de acuerdos previos de liberación comercial. (FIN/IPS/tra-en/ks/cpg/arl/if/96

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