El gobierno de Colombia anunció hoy que está cumpliendo con el despejar militar de un área de 14.000 kilómetros cuadrados para facilitar la entrega de 60 soldados en poder de la guerrilla y ahora corresponde a los insurgentes demostrar su buena voluntad.
El presidente Ernesto Samper manifestó este viernes su confianza en que "en un hecho de humanidad" las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) liberen a los soldados.
El mandatario reiteró que el gobierno está dispuesto a garantizar la neutralidad de las fuerzas que estén en la cabecera municipal de Remolinos del Caguan, en el sur del país, cuyo retiro es exigido por las FARC para la liberación de los militares.
La desmilitarización fue interpretada por algunos analistas como un punto a favor del gobierno, ya que sin ceder al control territorial estaría colocando a la guerrilla como obstaculizadora del acuerdo.
Las FARC pidieron incluir en la zona de despeje la localidad de Remolinos del Caguan, en el departamento de Caquetá, por considerar que allí se instaló una base militar para impedir la entrega de los soldados, pero el gobierno se negó a aceptar la solicitud por "razones de seguridad".
Samper anunció la creacion de una comisión de verificación que viajará la semana próxima a Caquetá y "sirva de testigo de que en el área no hay peligro para que sean devueltos los soldados".
El ministro de Defensa, Juan Esguerra, afirmó que el cumplimiento del despeje militar, hasta el día 16, constituye "una expresión del sentido humanitario y patriótico que el gobierno y las Fuerzas Armadas están poniendo" para lograr la liberación de los soldados.
Los militares fueron capturados por las FARC el 31 de agosto, durante la ocupación del puesto militar de Las Delicias, en el sureño departamento de Putumayo, en el que murieron cerca de 30 soldados.
Esguerra dijo que durante estos 11 días habrá afectivos del ejército concentrados en tres localidades cercanas al área de despeje, localizada entre Remolinos del Caguán, Montañitas y Cartagena del Chairá, pero aseguró que no realizarán "ningún tipo de actividad".
La orden de despeje, que se comenzó a cumplir este viernes, estuvo precedida de la aparición de avisos de rechazo a la guerrilla en la localidad de Cartagena del Chairá.
El alcalde de la localidad, Gustavo Burbano, afirmó que existe preocupación en la comunidad por las leyendas que aparecieron en las paredes de la alcaldía y otros edificios públicos: "por un Caquetá mejor, muerte a los auxiliadores de la guerrilla".
"No podemos afirmar que son grupos paramilitares pero lo cierto es que aquí lo que se conoce es que existen dos bandos, el de la guerrilla y el del ejército", dijo Burbano. (FIN/IPS/yf/ag/ip-hd/96
