El Partido Demócrata Cristiano (PDC), primera fuerza política de Chile, postergó hasta enero la resolución de la pugna entre la actual directiva y un grupo disidente que intentó un "golpe de Estado" el último fin de semana.
Las diferencias al interior del partido del presidente Eduardo Frei afloraron durante en consejo nacional ampliado que la colectividad celebró desde el viernes 29 de noviembre al domingo 1 de este mes en Jahuel, una localidad termal cercana a Santiago.
Allí se perfilaron claramente dos grupos, uno identificado con la directiva que encabeza el ex ministro de Hacienda Alejandro Foxley, y que cuenta con el apoyo de Frei, y un grupo disidente que tiene como principal figura al senador Adolfo Zaldívar.
Mientras Foxley convocó para los días 10 y 11 de enero de 1997 a la Junta Nacional en que se deberá fijar la fecha para elegir nueva directiva del PDC, los rebeldes juntaron firmas para una autoconvocatoria del organismo el 15 de este mes.
Se abrió así un intenso debate interno en que debió intervenir el Tribunal Supremo de la Democracia Cristiana, que este martes logró por fin que las partes llegaran a un acuerdo para realizar la Junta Nacional finalmente en enero.
Foxley anunció un total acuerdo entre los dos grupos para esta semana y calificó la situación creada por los disidentes como "un episodio ingrato, que dañó seriamente la imagen pública del PDC".
En el grupo disidente participan también el ex ministro del Interior Enrique Krauss y Rafael Moreno, ex senador y ex director para América Latina de la Organización de Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO).
El propósito de los rebeldes era convocar a la elección de la nueva directiva para el 25 de enero y en ese marco adoptar decisiones en torno a los comicios parlamentarios de diciembre de 1997 y las presidenciales de diciembre de 1999.
Según trascendidos, Zaldívar y sus aliados estarían dispuestos a aceptar la Junta Nacional en enero y a negociar una fecha de consenso para la elección de directiva a cambio de que no se anticipen las decisiones en las otras materias.
En el fondo del enfrentamiento entre oficialistas y disidentes se advierte un cuestionamiento al liderazgo de Foxley, quien a su vez parece pagar el costo del desgaste del partido que ejerce la principal responsabilidad en el gobierno.
El PDC, primera fuerza política del país, es por ende el mayor partido de la gobernante Concertación por la Democracia y de sus filas han salido los dos presidentes elegidos en el país tras el fin de la dictadura del general Augusto Pinochet (1973-90).
Patricio Aylwin gobernó entre 1990 y 1994, en su condición de líder del PDC y gestor de la alianza de centroizquierda, conformada además por los partidos Por la Democracia (PPD), Socialista (PS) y Radical Socialdemócrata (PRSD).
El éxito del gobierno de transición democrática dirigido por Aylwin permitió a la Democracia Cristiana seguir a la cabeza del gobierno con Frei, quien triunfó con 58 por ciento de los sufragios en los comicios de diciembre de 1993.
Pero los signos de alarma para los democristianos comenzaron a aflorar desde 1995, a medida que crecía la figura del ministro de Obras Públicas, Ricardo Lagos, "presidenciable" del bloque PS- PPD en la coalición oficialista.
En las elecciones municipales del 27 de octubre el PDC retrocedió tres puntos con respecto a los comicios de 1992, de 29 a 26 por ciento, en tanto el bloque PS-PPD aumentó su respaldo entre los votantes de 18 a 23 por ciento.
Foxley debió soportar el último fin de semana un vendaval de críticas, que apuntaban en lo medular a una excesiva identificación con el gobierno y a la inexistencia en el PDC de una figura alternativa a Lagos.
La próxima directiva del PDC, encabezada o no por Foxley, deberá definir tanto criterios estratégicos para el partido como posiciones para negociar con sus aliados de la coalición gobernante en torno a los futuros comicios parlamentarios y presidenciales.
Uno de los puntos a dilucidar en ests último aspecto es la creación de "primarias presidenciales abiertas", propuestas por el PPD como un mecanismo para asegurar la nominación de Lagos como candidato concertacionista para 1999.
Las posibilidades del ministro socialista fueron refrendadas este martes mediante una encuesta en que reúne 48 por ciento de las preferencias presidenciales, contra 28 por ciento de Joaquín Lavín, el más probable abanderado de la oposición derechista.
En esa encuesta, Foxley recogió sólo siete por ciento del respaldo para una eventual candidatura presidencial, pero el otro "presidenciable" del PDC, Jaime Ravinet, tuvo aún menos apoyo frente a Lagos, con sólo seis por ciento.
Pero el PDC apuesta a imponer su peso institucional, como partido mayoritario, cuando se entre a las definiciones presidenciales, y en ese sentido el liderazgo del partido es imprescindible, como ya lo demostraron Aylwin y Frei.
Desde ya se da por descontado que la presidencia del PDC será disputada por Foxley, Ravinet y probablemente por el senador Andrés Zaldívar, hermano del jefe de los disidentes, quien también aparece hoy como posible "presidenciable". (FIN/IPS/ggr/jc/ip/96