Chile tiene una economía "medio suiza y aburrida" por su estabilidad y crecimiento, dijo hoy el ministro de Hacienda, Eduardo Aninat, jefe del equipo económico del gobierno del presidente Eduardo Frei.
En una reunión con los corresponsales de prensa internacional, Aninat sostuvo que la distribución del ingreso en Chile es "un poco menos mala" que el promedio de América Latina, mejor que la de Brasil, pero peor que en Costa Rica o Uruguay.
El ministro apuntó asimismo que el gran interrogante del modelo económico liberal imperante en el mundo hacia el nuevo milenio está en establecer hasta dónde será integrador en los beneficios y cuánto tendrá de excluyente.
Aninat pasó revista al comportamiento de la economía chilena, que en 1996 volverá a ser la de más alto crecimiento en América Latina, con un incremento del producto interno bruto (PIB) de 6,7 por ciento, según las últimas proyecciones.
El ministro resaltó que la inflación, de 6,5 por ciento, será al igual que en 1995 inferior al PIB y que la tasa de desempleo se situará en torno a 6,2 por ciento, manteniendo las tendencias históricas de la desocupación en el país.
Para Aninat, el indicativo más importante de la solidez de la economía chilena está en que el alto crecimiento del PIB de 6,7 por ciento está acompañado de un también significativo superávit fiscal, del orden de 2,5 por ciento del producto en este año.
La confluencia de ambos factores es escasa no sólo en América Latina, sino en el mundo, y Chile en ese sentido es comparable con Corea del Sur, que tiene un crecimiento superior a ocho por ciento con un superávit en torno a uno por ciento del PIB.
Grecia, Brasil, Gran Bretaña, Portugal, Alemania, España y Francia tienen déficits fiscales y tasas de crecimiento del PIB que fluctúan desde 0,7 a 3,5 por ciento, de acuerdo a estadísticas entregadas por el titular de Hacienda.
Malasia tiene un crecimiento del producto en torno a nueve por ciento y un déficit fiscal de casi cuatro por ciento, mientras Colombia y Argentina, cuyo PIB aumenta en alrededor de 4,5 por ciento, muestran déficits fiscales de 0,5 y 1,5 por ciento.
Aninat subrayó que el PIB en Chile está creciendo más del doble de la demanda interna, que de acuerdo a cifras correspondientes al tercer trimestre corresponde a menos de tres por ciento del producto.
Para mantener este desarrollo saludable de la economía fue preciso aplicar un ajuste, con altas tasas de interés, impidiendo así un "boom" que pudo haber sido el preámbulo de una recesión con desborde de presiones inflacionarias, indicó el ministro.
"El freno está todavía un poco duro", admitió Aninat a propósito de las quejas empresariales, subrayando que para controlar la inflación algunos sectores tienen que pagar un precio que en ningún caso ha sido excesivo, según recalcó.
Los empresarios de la construcción de viviendas privadas se quejan de que el ajuste resiente la actividad del sector, pero ellos mismos prevén para este año un crecimiento de su actividad de 10,3 por ciento, comentó Aninat.
En materia de indicativos macroeconómicos, José de Gregorio, asesor del ministro, calificó de manejable el déficit de la balanza comercial, que será este año entre 800 y 1.000 millones de dólares, y de un volumen similar en 1997.
Este déficit, derivado del ajuste y del alza de algunas importaciones y caída de precios de exportaciones, es solventable con las reservas internacionales del Banco Central, que llegan a 16.000 millones de dólares.
Entre los aspectos críticos vinculados a la gestión económica están las reivindicaciones salariales en los sectores de la Educación y la Salud.
Aninat resaltó que la reforma educacional propuesta por Frei está en vías de aprobación y que en materia salarial se logró finalmente esta semana un acuerdo con el Colegio de Profesores para mejorar las rentas de los maestros.
En el sector de la Salud pública, cuyos trabajadores completaron este viernes nueve días de paro, la solución será más compleja por el déficit histórico de inversiones en la infraestructura hospitalaria estatal, señaló el ministro.
En la perspectiva más general, el jefe del equipo económico recordó que Chile dedica hoy 72 por ciento del presupuesto del Estado al gasto social, en sectores como Salud, Educación, Vivienda y al plan especial de erradicación de la pobreza.
Admitió que no obstante esos esfuerzos, Chile mantiene una distribución regresiva del ingreso, que sin embargo se desprende de un mejoramiento general, "en que si los pobres aumentan su ingreso en cinco, los ricos lo hacen en 20", según graficó.
El modelo de economía de mercado no es redistributivo, pero no se ha descubierto un modelo alternativo que cree simultáneamente crecimiento y equidad, señaló Aninat, citando a Enrique Iglesias, presidente del Banco Interamericano de Desarrollo.
La gran pregunta para el 2000 en todo el mundo está en determinar "cuánto de este modelo es integrador en los beneficios y cuánto tiene de excluyente, y si este modelo prevalecerá o habrá cambios en el siglo XXI", comentó el ministro chileno. (FIN/IPS/ggr/jc/if/96
