Las exportaciones de Brasil bajaron a 3.912 millones de dólares en noviembre, 6,6 por ciento menos que en el mes anterior, constituyendo un estímulo adicional a la decisión oficial de atacar el proteccionismo de países ricos.
El déficit comercial de noviembre, sin embargo, debe ser "muy inferior" a los 1.308 millones de dólares de octubre, confía el secretario de Comercio Exterior, Mauricio Cortes. El resultado sólo debe ser divulgado dentro de dos semanas, porque las importaciones aún no se han informatizada, como la exportaciones.
De enero a noviembre Brasil exportó 43.958 millones de dólares, presentando un crecimiento de sólo 3,1 por ciento sobre el año pasado, un desempeño muy inferior al del comercio mundial, que se está expandiendo el doble.
Como las importaciones están creciendo más, las previsiones incluso del gobierno apuntan a un déficit total de 5.000 millones de dólares en este año.
El gobierno ya adoptó varias medidas para estimular las ventas externas, como reducción de tributos sobre productos basicos y semielaborados, y mayor oferta de financiación a bajos intereses. Pero los efectos positivos sólo ocurrirán dentro siete u ocho meses, evaluó el ministro de Planificación, Antonio Kandir.
Técnicos del gobierno admiten que el saldo negativo se mantendrá, e incluso crecerá, el año próximo y esperan que el equilibrio se produzca dentro de dos años.
La balanza comercial negativa no constituye un grave problema, repiten las autoridades económicas, recordando que el país cuenta con casi 58.600 millones de dólares de reservas internacionales y el ingreso de capital extranjero se mantiene elevado.
Pero además de las medidas internas, de reducción del "costo Brasil" para hacer más competitivos los productos nacionales, la diplomacia busca contribuir también al aumento de las exportaciones.
El canciller Luiz Felipe Lampreia y el ministro de Industria y Comercio, Francisco Dornelles, adelantaron que la delegación brasileña atacará duramente las medidas proteccionistas de Europa y Estados Unidos en la reunión de la Organización Mundial de Comercio, que se celebrará en Singapur la semana próxima.
Brasil reclama reciprocidad. Sus importaciones anuales crecieron de 19.000 millones de dólares en 1990 a 50.000 millones en la actualidad, argumentó Dornelles.
La Unión Europea y Estados Unidos se consideran mercados abiertos, pero imponen numerosas barreras.
La UE tiene un arancel promedio de tres por ciento, pero aplica el nivel más elevado, de siete por ciento, a 26 productos brasileños de gran importancia, se quejó Dornelles.
La diplomacia brasileña inició una ofensiva en Estados Unidos para reducir las barreras que contribuyeron a invertir la balanza comercial entre los dos pases, que tradicionalmente haba sido favorable a Brasil. (FIN/IPS/mo/ag/if/96
