(Artes y Espectáculos) FILIPINAS: "Lo mejor de Manila"… es el ska jamaiquino

Esta banda no sume a su audiencia en desmayos o gritos de desesperación, pero ya conquistaron a miles de filipinos que le agarraron el gusto a sacudirse al ritmo del "ska", acelerado ritmo procedente del Caribe británico.

La banda Put3ska (léase "put-tri-ska") ya tiene docenas de seguidores fieles que, ataviados con ropas típicas de la década del 60, siguen al grupo por todas las salas donde toca y se mezclan entre las multitudes para meterse en el cuerpo el contagioso golpeteo de los tambores.

Habría que recorrer medio planeta para llegar a Jamaica, la cuna del ritmo que Pu3ska impuso en la escena musical filipina. La tendencia en este país, donde hasta hace poco se escuchaba poco más que "pop" occidental, es alentadora, no solo para el ska sino para otros géneros musicales del mundo.

Así, el público dispuso sus oídos a ésta y otras bandas nacidas en un país célebre por el virtuosismo de sus cantantes que, sin embargo, se esconden en las salas de concierto de los hoteles y son conocidos apenas por los turistas.

"Este sonido es nuevo aquí. Pero mucha gente ya se ha familiarizada con el ritmo, aunque no necesariamente sepan que se llama ska", dijo Myra Ruaro, la cantante de esta banda formada en 1994.

"Es bulliciosa, alegre y muchos saltan y saltan para bailar. Tiene un ritmo pesado y sólido, pero al mismo tiempo colorido y divertido", agregó Ruaro, de 26 años.

El nombre de la banda tiene esas mismas características. "Es, realmente, muy filipino. Es pícaro, alocado, pero no vulgar", explicó la cantante. Se trata de un juego de palabras que combina una frase local ("putres ka"), que significa algo así como "chico travieso", y el término "ska".

Put3ska puede estar demostrando que el gusto musical de los filipinos se está ampliando.

Ruaro, una cantante sin adiestramiento académico pero con diez años de experiencia profesional, admitió que las preferencias musicales en este país están estrechamente vinculadas a las listas de discos más vendidos en países occidentales. "Pero lentamente estamos alcanzando una audiencia más vasta", dijo.

La cantante sabe de lo que habla. Cuando un grupo de músicos le pidió que se sumara a ellos y tomara el micrófono hace dos años, les preguntó, incrédula: "¿Ska? ¿En Filipinas?"

Hoy, su voz es la que impulsa los dos discos que Put3ka ha impuesto en las bateas.

El primero, titulado, simplemente, "Put3ska", contiene el éxito "Manila Girl" (Muchacha de Manila). El simple que promocionó la canción obtuvo un disco de oro.

La audiencia de una emisora radial de rock eligió el año pasado a la banda como la mejor en las categorías de revelación artística, actuación en vivo y cantante. Los televidentes asiáticos de la cadena MTV, en tanto, votaron su vídeo como uno de los mejores de 1996.

Put3ska lanzó en noviembre su segundo disco, "Manila's Finest" (Lo mejor de Manila) bajo el sello Octoarts/EMI.

La mayoría de las nuevas canciones son composiciones propias de la banda, algunas de ellas en idioma tagalog, el oficial de Filipinas, a las que se suma su versión del clásico del ska "My Boy Lollipop", de Millie Small.

La sección de bronces de la banda es uno de los atractivos, pues, sin duda, "se necesita vientos fuertes para hacer ska", recuerda Ruaro.

Put3ska se denomina a sí misma como una banda "de ska de los 90, orientada a los 60 e influenciada por jamaiquinos y británicos y por su propio ska".

El ska, ritmo que disfruta su "tercera ola" alrededor del mundo, nació en Jamaica en las décadas del 50 y el 60 como versión local del rythm'n'blues.

Luego fue introducido en Gran Bretaña por emigrantes de Jamaica, y desde entonces viene ganando fanáticos desde Nueva York a América Latina, pasando por Japón.

La imagen de Put3ska, así como sus canciones, se corresponde a la década del sesenta. Así, se visten con las coloridas ropas de los "chicos rudos" de los villorios jamaiquinos de entonces.

Todos los hombres de la banda (o sea, todos sus integrantes menos Ruaro) tienen el cabello rapado, lentes oscuros, corbatas muy finas, sombrero, trajes negros brillantes y pantalones ajustados.

El ska irrumpió en la escena musical filipina en la década del 80, con bandas como Skatatonics y Toilet Skandal, pero el telón no se abrió y solo pudieron disfrutarlo unos pocos. Durante años se le consideró una "música alternativa", pues muchos de sus aficionados venían de las huestes de fanáticos del punk rock.

Pero Celine Ulgado, la apoderada de Put3ska, no ha tenido problemas en su trabajo. "Es más fácil, pues entre los más populares somos los únicos que cultivamos este estilo", explicó. (FIN/IPS/tra-en/js/hvdb/mj/cr/96

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