El colapso de la Unión Soviética dejó en silencio a una industria cinematográfica alguna vez próspera, pero actualmente algunas repúblicas luchan por volver a marcar su presencia en el mundo del cine.
En el Festival de Cine de Londres de este año, la república ex soviética de Kazajistán ofreció una muestra de la capacidad de sus realizadores al exhibir lo que se transformará con toda seguridad en un clásico.
"La familia del cazador", primera película de la directora Shapiga Musina, narra una trágica historia de celos que llevan a un asesinato.
"La idea surgió a partir de un cuento que me relató un famoso escritor. La historia de una generación enfrentada a otra me interesó y decidí escribir este guión", explicó Musina.
El filme se ambienta en las aisladas montañas de Kazajistán, donde un cazador vive con su madre y lleva a la casa a una joven y hermosa mujer. La madre resiente la presencia de la joven, pero de a poco va cediendo su lugar dominante en el hogar.
Sin embargo, cuando un día el cazador sale en busca de comida, la rivalidad y falta de comprensión entre las mujeres produce resultados fatales.
Primero la madre le provoca un aborto a la joven, y en represalia ésta la hace caer en la trampa del cazador, causándole la muerte. Luego, el espíritu de la mujer asesinada retorna y coloca a la joven al borde de la locura.
En muchos aspectos, la película se asemeja a una tragedia griega, por situarse en un mundo bello y armonioso, donde el mal sólo existe dentro de los seres humanos.
"Para mí el filme se trata de la espiritualidad, y está dirigido a Dios y a la gente", manifestó Musina, y agregó que su película presenta una vida que ya no existe en su país, "donde cada día es una lucha por la supervivencia".
Musina se graduó en la escuela de cine en 1972, trabajó como miembro del consejo de Kasajfilm, el instituto cinematográfico, y luego compuso y dirigió varios cortometrajes, como "Historia de pasión" y "Cazador de libélulas".
Pese a su vasta experiencia, la realización de un largometraje fue una tarea muy difícil para Musina, dadas las actuales condiciones económicas de su país.
"En el pasado había mucho dinero disponible para hacer cine pero también había mucha censura, en cambio ahora tenemos completa libertad pero escasos recursos", dijo a IPS.
"El gobierno sólo puede financiar alrededor de un filme por año, por lo tanto la mayoría de los realizadores deben encontrar fuentes alternativas de financiamiento", explicó la directora.
Musina debió recurrir a su propio capital y a patrocinadores comerciales, pero considera que valió la pena, porque por primera vez su pueblo "tiene la oportunidad de explorar su cultura y mirar cosas buenas y malas que forman parte del país".
"La familia del cazador" está filmada en blanco y negro, salvo algunas escenas que están en sepia y otras en color.
"Este detalle es importante, porque se trata de la forma en que el pueblo de Kazajistán ve la vida. Las tareas cotidianas son algo gris para nosotros, mientras los momentos importantes tienen un gran significado y los vemos en vibrantes colores", explicó Musina.
"La familia del cazador" en poco se parece al tradicional cine soviético fundado por el legendario Sergei Eisenstein, autor de "Iván el Terrible". En muchos sentidos, se acerca más a obras de directores japoneses como Kurosawa, donde el diálogo escasea y las imágenes místicas abundan.
En cuanto al futuro del cine de Kazajistán, Musina señaló que "cada director debe librar una dura batalla y recurrir a patrocinadores como fuente de financiamiento, pero aun así no hay garantías".
"Pese a estos problemas, espero que todos los realizadores piensen como yo que el esfuerzo vale la pena, porque es importante que una nación tenga su propia voz", concluyó. (FIN/IPS/tra-en/ba/ml/cr/96