(Artes y Espectáculos) CINE-EEUU: Acción estándar para ama de casa asesina y amnésica

Tras la pretensión y el machismo de las películas de Arnold Schwarzenegger o Sylvester Stallone, un filme que acompase las explosiones y los tiroteos con una atrayente protagonista femenina resultaría ser un refrescante cambio de ritmo.

Esta, al menos, podría ser la idea tras "Long Kiss Goodnight" (Largo beso de buenas noches), una película de TriStar estrenada el mes pasado con moderado éxito, con Gina Davis como protagonista, y la dirección de su marido, Renny Harlin.

Long Kiss Goodnight presenta una historia convencional en lo que a la acción respecta. Varios asesinatos frustrados, algunas explosiones estruendosas y un intrincado plan que involucra a agentes vendidos de la Agencia Central de Inteligencia (CIA) y un intento de reunir fondos del Congreso con un falso ataque terrorista musulmán.

Pero Long Kiss Goodnight, escrita por Shane Black, quien también escribió "Die Hard", añade el personaje de Samatha Caine (interpretado por Davis), un ama de casa amnésica quien, oh sorpresa, es una asesina entrenada.

Este cambio, más que nada, hizo que Black ganara cuatro millones de dólares por el libreto, la mayor suma pagada a un libretista de Hollywood.

La película tiene una cualidad especial para Davis, quien ha tenido destacadas actuaciones en filmes como "Thelma y Louise". En este, Davis conquista como alguien que no tiene idea de su identidad pasada, pero se sorprende al descubrir que es capaz de matar un venado y cortar vegetales a la velocidad de la luz.

"Soy cocinera", dice, sorprendida. "Los cocineros hacen esto".

Pero no lo es, sino una asesina de la CIA con el dudoso nombre de Charlie Baltimore. Pronto, Caine y su compañero de trabajo, el detective Mitch Hennessey (interpretado por Samuel L. Jackson, quien ha hecho papeles similares en docenas de películas), son perseguidos por varios asesinos, aunque logran escapar de la muerte.

La única variación de esta película sorprendentemente ilógica, en la cual los villanos explican sus planes antes de intentar matar a los héroes de formas absurdamente elaboradas, es que Caine debe proteger a su hija de los chicos malos.

La heroína, propone Black, debe aprender a reconciliar su viejo y frío mundo asesino con sus instintos maternales.

La dicotomía es sólo una de tantas que revela cómo "Long Kiss Goodnight" no es una reformulación tan radical del género de acción como podría pensarse.

Davis debe interpretar dos papeles demasiado divergentes: una dulce madre que hornea galletas, y una rubia oxigenada asesina que habla con voz ronca sobre cómo todo en la vida es dolor.

Los filmes machistas de Stallone, por supuesto, carecen de una ambigüedad femenina-masculina, pero les sobra la idiotez de definiciones reductivas de lo femenino y lo masculino.

No obstante, la película tiene sus momentos divertidos. Cuando Davis, aún como Samantha Caine, dice no entender por qué los asesinos la persiguen si tan sólo es un ama de casa, su instructor le dice "Bueno, entonces renuncia".

Davis and Jackson, actores muy por encima del nivel que exige el género, también intercambian comentarios astutos sobre la forma en que los hombres miran a las mujeres y sobre el machismo.

Pero los absurdos se acumulan, al igual que los momentos de extrema violencia. Mucho antes del final, Long Kiss Goodnight se aparta demasiado de la razón, y sólo se convierte en una variación de la clase de película de acción que posiblemente Davis y Harlin intentaron superar. (FIN/IPS/tra-en/fah/lp/cr/96

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