Los uruguayos, generalmente grises y respetuosos de su historia, se vieron sacudidos por un grupo musical que se apartó de esa ruta y terminó en medio de un huracán acusado de atacar el honor del prócer nacional, José Artigas, y el de Ansina, su asistente negro.
Artigas es el principal referente de los uruguayos. Encabezó a partir de 1910 un movimiento independentista, inspirado en ideas federalistas, con el respaldo de pequeños y medianos hacendados y campesinos sin tierra.
Encabezó la Liga Federal formada por la Banda Oriental (el actual territorio de Uruguay) y las provincias argentinas de Córdoba, Corrientes, Entre Ríos, Misiones y Santa Fe.
La Banda Oriental fue invadida en 1816 por Portugal con el tácito apoyo de las clases altas de Buenos Aires y Montevideo. Acosado, Artigas se exilió en Paraguay, donde vivió hasta su muerte, acompañado por Ansina.
El "Cuarteto de Nos", creado en 1981, interpreta música con humor y parodia en clave de rock. Dentro de esa tónica creó el tema "El día que Artigas se emborrachó", cuya letra "cuenta" un hipotético día en que el prócer se embriagó y que a partir de ese momento "hizo cualquier cagada".
"Se emborrachó porque la guerra perdió (…) dejó como diez embarazadas (…) se casó con una prima que era medio retardada", y borracho dijo "me gusta esa china (mujer) y en realidad no era otro que el negro Ansina", dice el texto.
La letra del popular grupo musical, caracerizado por una línea irrverente, abrió varios frentes de batalla y una polémica sobre la censura previa.
El diputado Agapo Palomeque, del Partido Nacional, que integra la coalición de gobierno, la consideró "pornografica" y sostuvo que "no hay ninguna referencia histórica que señale que Artigas se haya emborrachado de esa manera ni que se haya confundido de esa manera".
La referencia a Ansina también originó la reaccion de "Mundo Afro", una organización de defensa de los derechos y la cultura de la colectividad negra local.
"Como negros no nos vamos a quedar en forma pasiva ante este tipo de atropello a nuestra historia ni a ninguna de sus figuras referenciales. Menos aún mantendremos silencio ante ningún tipo de actitud racista", advirtió en la revista Tres, Néstor Silva, de esa organización.
El historiador José Pedro Barrán, uno de los principales del país, indicó que la mayoría de los datos históricos de la letra son auténticos. Expresó dudas "de que algún uruguayo no se haya emborrachado en el siglo XIX con la abundancia de caña brasilera que había".
El autor de la letra, Roberto Musso, aclaró que su motivo inspirador fue el humor: "no me interesan las revisiones históricas" y "en todo caso estoy contra los mitos".
El artista añadió que "ni remotamente" pensó que la letra podía irritar a la comunidad afrouruguaya.
Lo cierto es que el gobierno entendió que en los hechos pudieron configurarse eventuales delitos e inició una investigación a través del fiscal penal José Luis Barbagelata.
Barbagelata dijo a IPS que no existe delito en los antecedentes que le remitió el gobierno y abrió el camino para que éste le especificara sus acusaciones.
El gobierno no lo hizo, y en cambio comenzó a estudiar la creación de una figura penal que castigue a quienes ofendan varias banderas históricas y a la figura de Artigas.
La situación puso al descubierto un "vacío en la legislación y en el futuro se puede caer en situaciones parecidas", comentó a IPS el fiscal de Corte y procurador general Rafael Robatto al justificar el anteproyecto de ley.
Marcelo Pereira, integrante del Consejo de Redaccción del semanario "Brecha", señaló que ahora se puede "declarar amor u odio a la monarquía, el budismo, la pena de muerte o la logosofía, a Napoleón o a Artigas sin ser castigados. Quizá mañana no tengamos tantas libertades".
Pereira cuestionó que se busque consagrar como símbolo la figura de Artigas, recordando que del rostro del prócer "en realidad no se conserva más que un dibujo realizado en Paraguay cuando ya era muy viejo".
A partir de esa imagen, agregó "se han inventado, con resultados bastante diversos, todas las imágenes que conocemos, incluyendo las de monedas y billetes".
"Soplan malos vientos para la libertad de reír", advirtió el periodista, indicando que lo que se pretende es "obligar a todos los habitantes de este país, quién sabe por cuánto tiempo, a observar determinados ritos".
Tomás Linn, columnista del semanario "Búsqueda", tuvo una postura similar ante el riesgo de censura, pero señaló el "mal gusto" de una "canción tonta".
"El problema no lo creó el Cuarteto de Nos ni sus seguidores. Lo creó la sociedad. Para poder comprender dónde estamos parados y cómo afrontar la cuestión, lo peor que podemos hacer es acallar esa voz disidente", dijo.
Linn sostuvo que "hace falta asumir el legado democrático y libertario de Artigas (…) para defender el derecho de todos a expresarse en libertad (…) La censura nunca acalla a otros. Nos acalla a nosotros, a nuestros miedos, a nuestra debilidad de convicciones, a nuestras inseguridades". (FIN/IPS/rr/dg/cr/96